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Estoy siendo una dramática.

Horas antes, Paula me había llamado para aconsejarme sobre que vestimenta elegir y, cuando digo aconsejarme, me refiero a obligarme  qué ropa llevar para mi "cita" con Harry. Luego me había comentado varias situaciones -que seguramente haya visto en películas- en las que Harry me besa apasionadamente para despedirse de mi al final de nuestra salida.

Y ahí estoy yo, tumbada en la cama e imaginando esas escenas.

Cuando soy consciente de lo que mi imaginación hace conmigo, cierro los ojos con fuerza y me obligo a pensar en lo guapo que es Chris Evans sin camiseta. Pero parece que cuando menos quiero pensar en Harry, más lo hago.

Suspiro agotada y me siento al borde de la cama, al mismo tiempo que me colocó un rebelde mechón detrás de la oreja.

Si seguo así, Harry Styles va a ser el culpable de mi insomnio.

Me levanto de la cama y, arrastrando los pies, me dirigo a la cocina. Con los ojos entrecerrados debido a la luz que desprende las bombillas fluorescentes, me preparo un vaso de leche caliente.

Mentalmente hago una lista de pros y contras sobre Harry y lleguo a la conclusión que de contras solo esta el ser un completo imbécil. Pero, puedo vivir con eso, ¿no?

—Mierda..

¿En que demonios estoy oensando? ¿Estoy asimilando que en un futuro Harry y yo nos...? ¡Por dios, no! No voy a casarme con él. ¡Jamás!

¿Qué demonios me ocurre? Esto nunca me ha pasado con un chico y espero que, cuando la cita fuera un desastre, pueda dormir en paz sabiendo que él no me volverá a molestar. Pero, ¿por qué siento una opresión en el pecho cuando pienso en él lejos de mi? ¿Por qué me molesta pensar en Harry con otra chica? ¿Por qué deseo con ansias que llegue la tarde para verle? Y sobre todo, ¿por qué quiero que el me bese cuando temo que lo hagan? Quizás sé las respuestas, pero me niego a decirlas.

Él no me puede gustar. Apenas le cononzo y... ¡Y nada! ¿Qué hago discutiendo conmigo misma sobre Harry Styles? Él es un imbécil y estoy segura que si no consegue nada conmigo ira a los brazos de otra mujer y que lo haga, porque eso mismo va a hacer. Por muy bien que salga la cita, yo le diré lo contrario.

Traguo con rapidez el contenido del vaso y me dirigo de nuevo a la cama.

No voy a convertirme en las amigas obsesionadas por un chico de las que tanto me río...

[...]

O quizás sí, fue lo primero que pienso cuando el reloj de la biblioteca marca las dos y vi el Mercedes de Harry tras el cristal.

Mis palmas sudan, mis rodillas tiemblan y tengo la sensación de querer vomitar.

Aspiro con fuerza y mentalmente cuento hasta diez mientras me dirigo a la salida. Intentó no mirar hacia su dirección cuando cierro la puerta mecánica de la tienda pero aún así, soy consciente de su mirada fija en mi.

Sé que he cometido un error al haber hecho caso a Paula sobre mi atuendo. Yo jamás llevo faldas.

Cuando pongo mi mirada en él, sale del coche como todo un jodido super modelo y se dirige hasta mi.

—Estas preciosa—me dice y la verdad es que si yo estoy guapa, él estaba como un maldito dios griego. Las dos veces que le he visto solo ha llevado trajes caros y realmente pensé que su armario solo se basaba en eso, pero me equivocaba. Lleva puesto unos vaqueros negros apretados y una camisa blanca debajo de una chaqueta de cuero. Sus zapatillas son unas deportivas blancas y, sobre su cabeza descansan unas gafas de sol.

Me cago en la pu...

—Gracias.

Me sonrie ampliamente y coloca una de sus manos sobre mi espalda, guiándome hacia su coche. Me abre la puerta de su lujoso Mercedes y, cuando la cierrs, no pude evitar sonrojarme.

—¿A dónde iremos?—pregunto cuando se sienta junto a mi y, soy consciente que si sigo mirándole asi, daría por hecho que estoy dispuesta a acostarme con él. Demonios, de hecho estoy dispuesta.

Sacudo la cabeza para eliminar los pensamientos que las hormonas producen en mi.

—Por lo que veo eres curiosa, ¿no?—Arranca el coche con la sonrisa aún pegada en sus labios—. Es una sorpresa.

—Espero que tu sorpresa no sea secuestrarme—bromeé.

Su sonrisa se borra y sus labios forman una línea recta.

—¡Pues claro que no!

—Lo digo porque no me la esperaría y sería una autentica sorpresa para mi—Cuando las palabras dejaron de salir de mi boca, rodeo los ojos.

¿En serio he dicho eso? Dios, cuando quiero ser una idiota integral realmente lo clavo a la perfección.

Me regaño mentalmente pero, cuando la ronca risa de Harry resuena en el interior del coche, mi atención se centra en él.

Sus dientes blancos destacan antes su oscura ropa y sin darme cuenta, el coche se para y él me mira.

Sus ojos estan concentrados en mi rostro, como si quisiera memorizar cada pequeño detalle de el y, cuando siento mis mejillas arder, Harry sonrie aún más.

—Si sigues así, nunca te dejaré ir—susurra.

Me cago en la pu...

Sus palabras me ponen aún más nerviosas y, en mi interior, una vocecilla no para de gritar que por favor no lo haga

Vuelvo a arrancar el coche cuando la luz del semáforo se torna verde, no sin antes dedicarme una mirada de soslayo en la que estoy segura que, si no fuera porque estoy sentada, me hubiera hecho caer.

En Italia {H.S}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora