5 - Te quiero

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Habían pasado dos semanas desde la primera cita que tuvieron Harry y Louis y las cosas iban mejor.

Habían tenido más citas donde fueron al cine, a caminar al puente que estaba en el lago de la ciudad, a tomar un helado al parque y a la casa de Louis a ver películas aunque Harry aún no conocía a la mamá del ojiazul y también iban a la casa de Liam.

Desde la cita dónde Louis se atrevió a darle un beso a Harry se despiden con un pequeño beso en los labios, tal vez más pero nunca falta un beso.

Era el día en que Harry le declararía su amor al castaño y tenía preparado todo, sería tan romántico e inolvidable y todo gracias a Liam y Niall que lo ayudaron.

Harry se encontraba frente a la puerta del hogar del castaño, sin atreverse a tocar porque estaba muy nervioso.

Finalmente tocó el timbre y comenzó a secar el sudor de sus manos y cuando abrieron la puerta esperaba ver a Louis, pero en su lugar salió una mujer muy bonita con mucho parecido al ojiazul.

La mujer lo miró fijamente y después sonrío ampliamente porque el chico ruloso estaba bastante guapo y bien vestido, sin duda Louis había heredado sus buenos gustos.

— hola, Lou no tarda en bajar pero pasa soy su mamá y puedes decirme Jenn – la ojiazul se presentó amablemente.

— hola Jenn, soy Harry – el rizado también se presentó sonriéndole levemente.

— eso ya lo sé, mi hijo no deja de decirme lo lindo que eres con él, por eso te quiero pedir que no lo hagas sufrir porque mi niño te quiere – Jenn pidió preocupada.

— no se preocupe yo también lo quiero mucho y no lo dañaré al contrario, quiero hacerlo feliz y por eso lo invité a cenar hoy... le tengo una sorpresa – el rizado dijo muy emocionado.

— ya me imagino, diviertanse entonces y si es cierto lo que dices me dejarás más tranquila – la mujer le sonrió y volteó hacia las escaleras para ver al castaño bajar sonriente y emocionado.

— ¡Hazz! qué bueno que llegaste ¿de qué hablaban ustedes? – Louis preguntó mirándolos acusadoramente imaginando que su madre había aprovechado para hablar con él.

— sólo nos estábamos conociendo cariño, éste chico es genial – Jenn contestó sonriendo yeso no convenció a su hijo.

— ok espero que sea eso y no cosas vergonzosas de mi... – Louis miró acusadoramente a su madre.

— oh no cariño, eso lo hacemos otro día ahora vayanse que se les hace tarde – Jenn los ánimo a irse.

—¡mamá por favor! – el castaño protestó.

— si Lou mejor vámonos y luego vengo a que me cuentes todo eso Jenn – Harry bromeó sabiendo que el castaño se molestaría.

— ¡nada de eso! adiós mamá, al rato vuelvo – Louis comenzó a caminar hacia la puerta, tomando al ruloso del brazo para que también saliera.

— adiós Jenn, nos vemos – Harry se despidió riéndose con Jenn.

— ¡diviertanse mucho!– la mujer se despidió y después cerró la puerta.

Cuando ambos adolescentes se bajaron del taxi llegaron a un campo lleno de flores silvestres y en el centro del campo se miraba un gran árbol que de unas ramas sujetaba unas cortinas celestes y otras verdes creando una especie de casita.

Harry le tapó los ojos a Louis y lo tomó la cintura para comenzar a caminar guiándolo hasta llegar al pie del árbol y antes de quitar su mano de los ojos del castaño, le susurró al oído.

Olivia  | L.S | (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora