27 - Te haré una canción

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Anne decidió hablar con su hijo después de la comida para aprovechar que Des estaría presente.

Durante la comida Harry se dio cuenta de que su madre estaba muy rara y en cierta forma se sintió incómodo ante su mirada fija en él.

Cuando estaba por irse de nuevo a su habitación Anne lo hizo detenerse.

— ¿Harry? – la mujer habló nerviosa.

— ¿qué quieres? – el rizado contestó secamente.

— necesito hablar sobre ti y sobre Louis... – comenzó Anne esperando ver la reacción de su hijo, que para su sorpresa no fue nada buena.

— no quiero hablar contigo sobre él, no quiero escuchar cómo lo insúltas y lo juzgas – Harry contestó de inmediato caminando de nuevo hacia su habitación.

— hijo por favor yo necesito... – Anne fué interrumpida por el rizado que se detuvo en seco y habló molesto.

— no me interesa lo que tengas que decir de Louis ¡entiende que no quiero escucharte! – gritó lo último desesperado por que no llegaba el castaño.

— calmate hijo, sólo quiero que me escuches y hablemos – pidió la mujer sintiéndose triste al ver la mirada que le dedicaba su hijo era muy diferente y fría.

— ¿porqué cuando tú quieres hablar conmigo yo sí tengo que escucharte? con todo lo que ha pasado ya no me interesa hablar contigo ¿ya para qué? Lou ya no está conmigo – Harry se lamentó lo último corriendo hasta encerrarse en su habitación sin darle tiempo a su madre de contestar.

— ¡Harry por favor! ¡Harry! – por más que lo llamó no obtuvo respuesta así que se resignó a que no hablarían ése día.

Harry permaneció toda la tarde sentado en la orilla de su cama en la oscuridad de la habitación esperando al ojiazul pero nunca llegó.

De pronto se escuchó un par de toques en la puerta y Harry de un salto se apresuró a abrir con una pequeña sonrisa que se esfumó al mirar a Des.

— papá... – Harry murmuró decepcionado al no ser el castaño.

— hijo es hora de cenar – el hombre se apresuró a decir.

— no tengo hambre – respondió el ojiverde sin ocultar su tristeza.

— ¿quieres que hablemos? – Des preguntó preocupado al ver a su hijo tan desanimado.

— hoy no papá, prefiero acostarme a dormir porque mañana iré al colegio – contestó Harry cabizbajo.

— ¿sabes que tenemos que hablar sobre lo que pasó ayer, verdad? – preguntó el hombre mirándolo serio.

— si, lo sé pero hoy no me siento bien por favor papá – Harry pidió suplicante.

— pero mañana no te salvas de la charla que tenemos pendiente – aceptó Des pero advirtiéndole.

— si papá te prometo que mañana hablamos todo lo que quieras – dijo el rizado esperando que su padre ya no insistiera.

— está bien, descansa hijo – suspiró Des cerrando la puerta detrás de él dejando al ojiverde sólo.

Así que Harry sin ánimos se acostó en su cama y poco a poco se fué quedando dormido.

Era de madrugada cuando Harry comenzó a removerse incómodamente en su cama sin poder despertar.

— uhmm... – gemía de frustración ante lo que estaba soñando.

Harry iba caminando por un lugar muy raro lleno de árboles sin hojas y una niebla que le impedía ver para su alrededor.

De pronto se comenzaron a escuchar risas muy cerca de dónde se encontraba parado.

Olivia  | L.S | (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora