Sushi. (I)

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- ¡Aún no me puedo creer que vayas a ir a cenar con Marco! - exclama Natalia cuando la ve entrar al salón

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- ¡Aún no me puedo creer que vayas a ir a cenar con Marco! - exclama Natalia cuando la ve entrar al salón

- Vamos más a cenar, ¿te lo recuerdo?

- Ya hija, pero vas a ir a solas con Marco en el coche.

- Eres imposible.- le dice antes de ir a contestar el timbre - ¿Quién es?

+ ¿Hola? Soy Marco, ¿puedes decirle a María que ya he llegado?

- Soy María, ahora bajo.

La chica cuelga el telefonillo y abraza a Natalia antes de salir al ascensor.

Fuera del edificio:

- La primera en la frente.- murmura el chico

'Me sudan las manos, no sé de que manera ponerme en el coche para recibirla y no parecer ridículo, o cómo hacer que los chicos prometan que no se van a cachondear mucho de mí esta noche, de momento el grupo de WhatsApp desprende humo.' piensa

La luz de la entrada del piso se ilumina, aparece María y la sonrisa tonta vuelve a situarse en su cara. La recibe sin hablar, con dos besos y la acompaña hasta el coche.

Ponen rumbo hacia la casa de Nacho en Alcalá y en el coche sólo se respira un aire incómodo; y es que el no encuentra la manera de abrir la boca y soltar algo inteligente.

Enciende la radio, pone la emisora de los 40 principales. Shakira, Alejandro Sanz, Ed Sheeran o Niall Horan suenan. Pero es cuando empieza a sonar Morat y su último éxito: Amor con hielo, cuando sin comerlo ni beberlo empieza a cantarla, ella ríe ante sus intentos de recitar algunas frases que desconocía, reconoce su valentía y se une a él. No es que canten del todo bien, pero es algo para salir del paso y no sentirse tan incómodos...

El locutor de la radio habla nada más acabar la canción, Marco vuelve a bajar el volumen y cuando parece que se ha relajado al fin se atreve a decir algo que lleva pensado decirle desde que la ha visto salir del edificio:

- Vas mu-mu-uy guapa...- consigue esbozar

- Gracias.- contesta María asombrada y tímida.

Durante el resto del trayecto hasta la casa de Nacho sólo se oyen dos cosas: la radio y el ruido del coche. Ante un tribunal deberían admitir que se miran por turnos e intentan no ser descubiertos.

Marco reconoce los coches de los demás aparcados y admite en voz alta:

- Pues somos los últimos.

- Lo siento.- comenta María

- No es culpa tuya, dijeron a las ocho y media, han sido ello los que se han adelantado.- la calma

Aparca el coche y se bajan; divisan dos cabezas asomadas en la ventana: Álvaro e Isco les espían.

- ¿Pensarán que no les hemos visto? - esboza María

- No están bien de la cabeza, no se lo tengas en cuenta.- llama al timbre

Segundos después en la puerta aparecen Nacho y su mujer María:

- Hola María, gracias por venir.- le dice Nacho tras darle dos besos - Esta es mi mujer, se llama María.

- Hola.- saluda su mujer riendo - Pasad al salón que están dentro.

En efecto, allí se encuentran los demás: Álvaro con Alice, su mujer; Lucas con Macarena; e Isco y Carvajal jugando con Alejandra y Nacho, los hijos de María y Nacho.

Amor con hielo | Marco AsensioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora