Reincidente.

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Narra Igor

Javi ha insistido en venir conmigo al hospital, y es de gran ayuda a la hora de llevarla dentro. El móvil está ahí, esperando a que lo cojamos alguno de los dos y llamemos a Marco; aunque ella nos haya pedido que no lo hagamos, siento que si no se lo digo no me lo va a perdonar jamás en la vida.

Cuando entramos a la zona de urgencias, no podemos evitar gritar pidiendo un médico. Ha perdido mucha sangre por el camino. Una doctora acude rápidamente y al verla se tapa la boca:

— Traigan una camilla.— le pide a un enfermero — No puede pasar otra vez, esto no.

Dejamos a María en la camilla, y dos enfermeros junto a la doctora se la llevan, a nosotros dos nos piden que esperemos en la sala de espera.

Minutos después la doctora llega para hablar con nosotros:

— Decidme que no ha sido Dani otra vez, decidme que no le ha vuelto a pegar a mi sobrina.

— Sí, le ha pegado, otra vez.

— Pues no me queda otra que llamar a sus padres y contarle esto.— se sienta con nosotros — Desde la primera vez que ocurrió la he estado cubriendo. No quería que sus padres lo descubrieran bajo ningún concepto, pero esto ha ido demasiado lejos.

La mujer se levanta alterada y se marcha, supongo que para llamar a los padres de María. Mientras tanto sus amigas y los chicos van llegando, yo sigo pensando en si llamar o no a mi hermano.

— Son las dos y media de la mañana, ¿qué pasa? — contesta al otro lado de la línea

— Estamos en el hospital.

— ¿Qué narices ha pasado? ¿¡Y María!?

— Tranqulizate.

— ¿Que me tranquilice? Voy para allá ahora mismo.

— Si vienes me mata. Me dijo que no te llamase.

— Y si no voy y veo como está, yo si que me muero.— tras esto mi hermano cuelga rápidamente, espero que tenga cuidado en la carretera y que ella despierte.

A las amigas de María les permiten entrar a la sala dónde la tienen conectada a un montón de cables. Nosotros nos quedamos mirando desde fuera.

Al llegar sus padres y contarles lo ocurrido, nos dan las gracias por haber traído a su hija aquí, pero también nos piden saber quiénes somos... ¿Cómo le dices a una persona que eres el cuñado de su hija sin ellos saber que está con mi hermano? Opto por decirle que tenemos amigos en común.

Cuando regresa la tía de María todo se desmorona. Entre ella y las amigas comienzan a explicar todo lo ocurrido entre Dani y María; cada pelea y cada vez que esta se ha quedado inconsciente o ha pedido que no contaran nada a sus padres porque Dani había amenazado con hacerle algo a ellos en alguna ocasión. Montse y Antonio, que así se llaman, no entienden porqué se les ha estado ocultando esto, que su hija está siendo maltratada no es algo que deban callar.

— Por eso aceptó ir a Madrid y que no le dijéramos su verdadero paradero a Dani, ¿no?

— Exacto. Ella no quería irse de casa, ella pretendía finalizar aquí sus estudios, en su tierra.

Montar decide sentarse, sin poder contener las lágrimas y Antonio comienza a andar de un lado a otro maldiciendo por lo bajo.

— Pero por lo que parece Dani ya sabía del paradero de María desde hace semanas.— alguien dice entrando en la sala

— Anda bocazas, pero si has tenido la decencia de venir a ver a tu prima.— dice Carolina levantándose de la silla y encarándose con el chico — Cómo la misma que has tenido de ir a parar a tu queridísimo amigo para que no le pegara, ¿no? ¡No tienes ni una pizca de vergüenza para aparecer aquí!

— Carolina, calmate.— le pide la tía de María y dirigiéndose al chico — ¿De qué hablas Pablo?

— Que la culpa de que Dani estuviese tan enfadado, entre otras muchas cosas, es por mi culpa. Se me escapó que María se había ido a vivir a Madrid, pero yo no sabía que seguía pegándole.

— Pablo, olvídate de la luz del sol y de la luna, porque vas a tardar un año en volver a pisar la calle después de lo que has hecho.— menciona su madre mientras consuela a Montse que había roto a llorar aún más fuerte tras oír aquello

— ¡Pero yo no le dije que había venido! Debió haberse enterado de otra manera, porque yo tampoco lo sabía.

— ¿De qué otra manera? ¡Si lo borró de su vida! — exclama Carla

La tía de Marina manda a Pablo a casa, y nosotros le escoltamos a la puerta, cuando llegan mi hermano y mi padre. El se tira a mí, un abrazo necesario.

— ¿Dónde está?

— La tienen en una habitación enchufada a un montón de cables...

— ¿Puedo verla?

— ¿Estás preparado para conocer a tus suegros?

Aquello hace reír y asusta a Marco a la misma vez. Los cuatro pasamos a la sala de espera y nos sentamos. Mi padre saluda a los suyos, mientras las chicas vienen a saludar a Marco y le ponen al día. Poco después es mi hermano el que va a saludar a sus suegros... Y le acompaño.

— ¿Y de qué conoces a mi hija?

— Es una larga historia y creo que será mejor que lo cuente ella cuando se despierte.

— Eso esperamos hijo, eso esperamos.— dice Montse

Carolina había vuelto a la habitación de María para estar un poco más con ella, cuando sale corriendo pegando voces:

— ¡Chicas! ¡Está despierta! — exclama con lágrimas en los ojos



[…]

Narra María

Que mis primeras palabras al despertar fueran "me duele la cabeza" tiene delito. Que mis padres me comeran a besos ha sido bonito, que los abrazos de mis amigas, increíble. Cuando mi tía me ha contado que Pablo fue el que le contó a Dani su paradero me ha hecho menos gracia; y que Gilberto, Igor y Marco viniesen a verme ha sido inesperado.

Creo que me quedé dormida sobre las seis y media después de que todos se fueran. Me acabo de despertar y al estar las persianas bajadas, el bulto que se encuentra en el sillón de enfrente no consigo distinguir de quien se trata. ¿Mi tía? ¿Mi madre?

Cojo como puedo el mando que hay en la mesilla derecha y subo las persianas. Conforme va entrando luz me percato de que es casi la una de la tarde y que Marco es el dueño del sillón. Encogido y tapado con una sábana, parece un bebé.

— Te vas a romper la espalda.— esbozo para captar su atención al ver que abre los ojos

Al escucharme salta del sillón y tirando la sábana al suelo para venir junto a mí. Me agarra las manos y consigue evadirme del mundo como sólo él sabe. Un dulce beso en los labios, que da paso a un segundo beso pero esta vez más continuado.

Pero como en nuestra historia siempre hay alguien que como los jueves estorban en el mejor momento, aparecen mis padres enmedio de ese beso.

— Ejem.— mi padre se aclara la voz.

— Mamá, papá. A ver como os lo explico... Este es Marco Asensio, y es mi...

— Novio.— responde decidido el chico

— Eso.— río mientras me tapo con las sábanas y Marco se pone colorado.



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Me hubiera encantado hacer este capítulo muchísimo más largo, pero no es posible. Los próximos los serán, prometido. Me hubiera gustado haber podido dedicarle más tiempo a esta historia, pero las circunstancias no han podido. La autoescuela y el accidente no me han permitido hacer la gran mayoría de cosas que pretendía hacer este mes; como grabar vídeos para mi canal de youtube. Mi Julio se ha basado en ir a la autoescuela, y cinco minutos que tenía libres cuando llegaba a comer y antes de irme otra vez, pues los aprovechaba para escribir.

Pero mañana al fin me examino del teórico del coche, mañana seré libre, mañana empezaré nuevos proyectos.

Y espero que esta historia os esté gustando, gracias por leerla♡

Amor con hielo | Marco AsensioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora