Miré a través de la ventana esperando encontrarme a la morena de ojos marrones observándome desde la casa vecina justo en la ventana de su habitación. Pero ella no estaba allí como todas las mañanas antes de marcharnos a la escuela. Fruncí el ceño algo desilusionada por la ausencia de mi mejor amiga y tomando mi mochila descendí las escaleras rápidamente sintiendo el exquisito aroma del desayuno. Nada más al adentrarme en la cocina me llevé una gran sorpresa notando a Camila sentada en un taburete frente a la isla de la cocina charlando despreocupadamente con mi madre quién se dedicaba a servir una taza de café. Dash lanzó un ladrido anunciando mi llegada y ambas se giraron para regalarme una amplia sonrisa.
-Buenos días cariño.- Mamá fue la primera en hablar y Camila le siguió poniéndose en pie y caminando hasta mi para abrazarme.
-Hola Lern.- Susurró depositando un beso en mi mejilla como lo hacía cada mañana.
-Creí que estabas enferma o algo parecido. No te vi desde mi ventana.- Dije en cuanto nos separamos.
-Tu madre me invitó a desayunar. Y así ahorraremos algo de tiempo para entregar nuestro proyecto de ciencias.- Arrugó la nariz al sonreír luciendo condenadamente tierna en el acto.
-Te has pasado las últimas dos semanas preocupada por ese estúpido proyecto.- Reí negando con la cabeza mientras tomaba asiento junto a ella y cogía una tostada.
-No es estúpido.- Frunció el ceño dándome un ligero golpe en el brazo.
-Auch.- Fingí dolor.
-Estoy segura de que me ayudará en el futuro saber las consecuencias de la ataxia.- Rodé los ojos ante sus palabras.
Camila siempre a sido las más académicamente inteligente de las dos. Yo en cambio, estoy más inclinada hacia el área artística, específicamente la música. Es imposible que pase un día sin tocar mi guitarra o escribir alguna que otra letra que viene a mi mente, podría pasarme horas y horas encerrada en mi habitación simplemente haciendo música.
-¿Qué harás está tarde?.- Preguntó la castaña quien caminaba junto a mí distraídamente mirando sus converse a cada paso.
-No lo sé. Es jueves así que no hay mucho que hacer.- Me encogí de hombros jugando con las correas de mi mochila- ¿Y tú? ¿Tienes planes?.- Alcé una ceja mirándola de reojo.
-Bueno. Justin me invitó a los bolos.- Murmuró mordiendo su labio inferior.
-Oh.- Fue lo único que salió de mis labios luego de unos segundos- Eso es...genial. Te divertirás Camz.
-Eso creo.
Me era bastante difícil ser totalmente indiferente frente aquellas situaciones. Creo que para nadie es un secreto lo loca que estoy por ella, pero no me atrevo a confesárselo abiertamente por miedo a su reacción. Hemos sido amigas desde los cinco años aunque he sido su primera vez en demasiadas cosas, incluyendo su primer beso, no estoy segura de que este en sus planes llevar una relación con su mejor amiga.
Sin olvidar lo completamente diferentes que somos en muchos aspectos. Ella es dulce, aplicada y tremendamente alegre, y yo soy impulsiva, algo acelerada y en algunas ocasiones mal humorada.-Ya decía yo que se perdían la primera clase.- Bromeó Justin en cuanto nos acercamos a nuestros casilleros.
-Eso quisiera yo, pero doña responsable ha decidido estar a tiempo para entregar el para nada interesante proyecto.- Hice comillas con mis dedos provocando que el castaño y yo riésemos siendo fulminados por la mirada de la castaña.
Conozco a Justin McCall desde que tengo memoria. Es el hijo de uno de los mejores amigos de mi madre y casi un padre para mí, Marcus McCall. Esto lo ayudó a convertirse en un hermano para mí y también en mi mejor amigo, jamás nos hemos separado, ninguno de los tres.