-Eso es todo por hoy Lauren.- Dijo Brent a través del micrófono y yo levanté mi dedo pulgar antes de quitarte los audífonos y dejar la cabina de grabación.
-¿Cómo estuve?.- Pregunté mientras caminaba hasta la pequeña nevera y tomaba una botella de agua.
-Sólo debo ajustar un poco la base y mañana trabajaremos en el estribillo para finalizar tu nuevo single amiga.- Exclamó dando giros con su silla y yo reí ante su entusiasmo.
-Bien, es hora de que regrese al hotel. Me espera una video llamada.- Tomé mis cosas luego de comprobar la hora en mi móvil y seguido de esto marqué el número de Mani.
-No te atrevas a dejar el edificio sin mí. Hay un montón de chicas gritando eufóricas en el exterior y la verdad es que valoro lo suficiente mi vida como para acabarla en manos de tu novia.- No pude contener mi risa y deje escapar una carcajada.
-Esta bien, pero debes darte prisa o estaré en problemas con ella.
Finalice la llamada y me encontré con la morena junto doblando la esquina del amplio pasillo que daba directo al lobby del edificio. Con su ayuda y la de algunos guardaespaldas conseguí atravesar aquel mar de chicas y montarme completamente a salvo dentro de la camioneta que aguardaba por nosotras. Aún no podía acostumbrarme del todo a tener tanta atención por parte de las grandes multitudes que siguen mi música. Pero sé que es sólo cuestión de tiempo.
-Último día amiga y regresarás a tu burbuja.- Normani palmeó mi hombro ligeramente mientras caminábamos por los pasillos del hotel en dirección a nuestras habitaciones.
-Ya quiero regresar.- Estuve de acuerdo- Te veo mañana amiga.
-Adiós.
Cerré la puerta de la habitación y me recargue contra está lanzando un suspiro de cansancio. Quite mis zapatos y mi sudadera para ir en busca de mi laptop y conectarme a la velocidad de la luz. Sólo cinco minutos bastaron para que la pantalla indicase una llamada entrante con el nombre de mi novia.
-¡Hola cariño!.- Exclamó la castaña completamente sonriente en cuanto acepte la llamada.
-Hey mis amores.- La mirada de Lizzie se contacto con la mía a través de la pantalla en cuanto ella oyó mi voz- Hola princesa.
-Mira quien es Liz, ¡Es mamá!.- Exclamó con entusiasmo la morena tomando las regordetas manos de la bebé quien me dio una sonrisa enseñándome sus pequeños dientes.
-¿Eso es un nuevo diente?.- Pregunté entornando los ojos para poder ver mejor- ¡Sí lo es! No puedo creer que me lo haya perdido.
-Tenemos muchas cosas para enseñarte en cuanto estés de vuelta, ¿Estarás aquí para su primer año, verdad?
-Claro que estaré, no puedo perderme el primer cumpleaños de mi princesa.
Observé a la niña sobre el regazo de Camila y deseé con todas mis fuerzas poder estar acariciando su cabello castaño, o simplemente estar esperando con cara de idiota a que ella me lanzase un baboso beso con manos y labios torpes. Lizzie se había convertido en mi mundo con tan sólo saber de su llegada y me era muy difícil estar lejos de ella y perderme de los avances respecto a su crecimiento.
-Tú madre estuvo aquí hoy. Se encargó de Liz mientras yo terminaba mi turno en el hospital. Se ha vuelto agotador.- Comentó la morena y pude notar su mirada de cansancio.
-Deberías descansar cariño. Y al parecer nuestra hija también.- Dije riendo ligeramente en cuanto la pequeña soltó un adorable bostezo.
-¡Mamama!.- Vocifero la pequeña dejando escapar un risita mientras señalaba con su pequeño dedo en mi dirección a través de la pantalla.
-Así es cariño. Vamos despídete de mamá.- Dijo Camila ayudando a Lizzie a agitar su manita en forma de despedida.