Capítulo 3

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-Esto está delicioso mamá.- London dijo mientras comía muy concentrada de su plato de las pastas caseras de mamá.

Las comíamos cada viernes como una especie de tradición, al igual que nuestra tarde de cine con Camila. Suspiré al recordar el incómodo momento con la morena esta tarde. Luego de que me encerrase en mi habitación sólo escuche el fuerte portazo de la puerta de entrada y no fui capaz de ir tras la castaña para explicarme y disculparme por mi actitud de mierda. Me mantuve encerrada en mi cuarto espiando por la ventana a través de las cortinas cada cinco minutos para asegurarme de que ella no estaba haciendo lo mismo desde la ventana frente a la mía en la casa contigua.

-¿Tu que opinas Laur?.- La voz de mi madre me saco de mis pensamientos y sacudí la cabeza rápidamente antes de mirarla.

-Lo siento ¿Qué decías?.- Ambas se me quedaron viendo algo intrigadas y compartieron una mirada algo cómplice entre ellas.

-Estaba preguntándote si te había gustado la cena, cariño.

-Oh sí. Está bueno supongo.- Me encogí de hombros tomando otro bocado con mi tenedor.

-Podrías llevarle un poco a los Cabello más tarde. Beatriz ama mis pastas.- Sugirió y fruncí el ceño al escuchar el apellido sin poder evitar pensar en la confesión de Camila de esta tarde.

-No tengo ánimos.- Respondí con un bufido.

-¿Qué sucedió con Camila esta vez?.- London fue la encargada de hacer la pregunta que las tres sabríamos que vendría.

-No es nada.

-Sí que lo es. Esta tarde cuando he llegado, Camila ya no estaba aquí y tú estabas encerrada en tu habitación tocando la guitarra con efusividad.

Esa era una perfecta forma de saber que algo andaba mal.

-¿Discutieron?.- Esta vez fue mamá la encargada de hacer la pregunta obvia y sólo asentí- Cariño, estoy segura de que lo solucionaran mañana por la mañana.

-Siempre lo hacen.- Mi hermana se encogió de hombros y yo asentí.

Camila y yo jamás solíamos pelearnos, tampoco lo hacíamos con Justin muy a menudo. Por lo general nuestra amistad era pacífica, divertida y estaba llena de confianza aunque no pudiese controlar mis impulsivos sentimientos cuando se trataba de Camila. Desde que noté que me gustaba no pude evitar reaccionar como una completa idiota cada vez que ella tenía algún acercamiento con algún chico. Creí que mis enojos inexplicables se vendrían abajo en cuanto confesé que me gustaban las chicas pero la castaña parecía ser realmente distraída como para no notar que estaba locamente atraída por ella.

-¿Por qué no me hablas? ¿Estás enojada conmigo Lauren?.- La voz de Camila se escuchó a mis espaldas pero yo sólo continúe con mis dibujos sentada sobre la hierba con la espalda recargada contra el tronco del viejo naranjo en mi patio trasero- ¿Es por qué me tomé de la mano con James Murdock?

-Dijiste que el no te gustaba. Además solía tirarte los libros en el salón y siempre terminaba peleándome con él.- Murmuré sin despegar los ojos de la libélula que estaba dibujando en mi cuaderno.

-Pero ya no está fastidiándome todo el tiempo, ha dicho que quiere ser mi amigo.- Dijo la morena sentándose junto a mí sin quitar su insistente mirada de mí.

-Los amigos no se toman de las manos.- Dije rodando los ojos.

-Ya no estés enojada conmigo. Si quieres puedo dejar de hablar con James. Sabes que tu amistad es mucho más importante.- Dijo y yo la miré fijamente dejando de lado mis dibujos para poner especial atención en ella.

Sweet Creature (Camren G!P) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora