Tres años más tarde...
Con las manos congeladas dentro de los bolsillos de mi chaqueta y el estuche con mi guitarra colgando de mi hombro continúe caminando calle abajo, llegaba tarde al trabajo y tenía que ser rápida. Sentía la punta de mi nariz muy fría y podría apostar a que se encontraba rojiza, necesitaba entrar en calor y los ligeros copos de nieve que comenzaban a caer en las calles de Chicago no ayudaban mucho. Logré divisar a la distancia la entrada en el bar de Joshua y apresuré el paso algo desesperada por internarme en la calidez del lugar.
-Buenas noches Joshua.- Saludé al chico tras la barra quien limpiaba vasos y cocteleras muy concentrado.
-¿Qué hay Lauren? Es segunda vez que llegas tarde en lo que va de semana, ¿Algo anda mal?.- Preguntó con la vista clavada en el cristal reluciente de uno de los vasos.
-Lo sé y lo siento. Tuve que ayudar a mamá a hacer las compras, no volverá a suceder.- Expliqué apretando con fuerza la correa del estuche.
-No te preocupes. Abriremos en media hora, puedes comenzar a bajar las sillas de las mesas y acomodar el lugar.- Indicó y asentí antes de caminar a la parte trasera del lugar para poder dejar mi guitarra y ponerme a trabajar.
Era la misma rutina de todos los días. Ayudaba a mi madre en casa por las mañanas y por las noches me dirigía al bar de Joshua para trabajar. Necesitábamos el dinero para los medicamentos de mi madre, sólo éramos ella y yo así que yo tenía que trabajar cuatro turnos por semana a causa de la artrosis que ella padecía. La mejor parte venía en cuanto el bar abría y muchos chicos llegaban para pasar el rato y disfrutar del tranquilo ambiente que el lugar les ofrecía, aquel momento en el que yo podía demostrar lo que sabía hacer a la perfección. Tan sólo con mi guitarra en mano subía a la tarima del lugar todas las noches para poder cantar.
-Hay demasiada gente esta noche ¿No crees?.- Preguntó Ally mientras yo ajustaba los acordes de mi guitarra.
-No lo sé, para mí es igual.- Me encogí de hombros antes de coger la uñeta- Deséame suerte.
-Mucha suerte ojiverde.- Murmuró con diversión antes de besar mi mejilla con cariño.
Con un salto estuve sobre el pequeño escenario mirando a todos los que se encontraban en el bar aquella noche, tomé asiento en el banquillo de madera y acomodé el micrófono frente a mí instalándome en el que parecía ser mi lugar.
-¡Buenas noches chicos espero estén disfrutando hoy en Red House!.- Exclamé recibiendo de inmediato las respuestas por parte del público- Les cantaré algunas canciones así que espero les agrade lo que escucharán porque de lo contrario estaré en problemas.- Murmuré recibiendo como respuesta las risas de todos por aquella broma.
Ubiqué mis dedos en los acordes correctos y carraspeé levemente antes de comenzar a tocar sintiendo la música fluir transmitiendo la suave melodía por todo en lugar.
I met you in the dark, you lit me up
You made me feel as though I was enough
We danced the night away, we drank too much
I held your hair back when
You were throwing upComencé a cantar deslizando mis dedos sobre las cuerdas de mi guitarra mientras escudriñaba las reacciones en cada uno de los rostros que observaban, pero sólo me basto fijar la vista en uno de ellos. Mis ojos atraparon aquel mar de color marrón para no soltarlos, su mirada fue acompañada por una sonrisa de aliento y entonces supe que tenía que cantar para ella.
Then you smiled over your shoulder
For a minute, I was stone-cold sober
I pulled you closer to my chest
And you asked me to stay over
I said, I already told ya
I think that you should get some rest