-- Déjala en paz, Hiddleston -- sisea Matthieu con la pistola apuntada a Tom.
-- Mira quien está aquí, el famoso Matthieu Lange, ¿qué tal está tu chica?
Maya.
Oh dios.
La dejé con Aaron.
Mierda.
No.
-- ¿Qué le has hecho? -- grito.
-- Nada de tu incumbencia, Johnson, además, no fui yo quién la dejó sola con Carpenter-- dice Tom, oigo como la mandíbula de Matthieu cruje.
-- ¿Que hiciste qué, Ashley?
-- ¡Fue su elección para dejarnos pasar! ¡No pensaba que le iban a hacer daño!
-- Como la pase algo...
-- Me importa una mierda esta conversación, los dos, conmigo, ya, o a la pequeña Maya le pasarán cosas malas.
Miro a Matthieu. Tiene los ojos azules reluciendo de furia, una vena se marca en su cuello. Observo como un lado de su cabeza está sangrando, ¿qué le habrá pasado?
Matthieu tira la pistola al suelo y se acerca a mi. Veo como Mickaela nos mira desde dentro de la jaula, me pide ayuda con los ojos, pero no puedo proporcionarsela. No puedo hacer nada con una pistola apuntandome.
-- Andando-- dice Hiddleston.
-- ¿Y Tom?
-- Cuando se levante que haga lo que le salga de la punta en gana, Johnson, andando, vamos a ver a una amiga tuya.
Bea
Agito los barrotes una vez más gritando pidiendo ayuda. Pero nadie aparece. Miro la jaula, buscando alguna forma de salir, pero están todos los barrotes pegados de tal forma que no se puede hacer nada para salir. Me tapo la cara con furia y desesperación. ¿Qué coño ha pasado? Estaba con Nora, y apareció Nash, y después todo está en blanco.
Oigo como la cerradura de la puerta de la habitación se abre y me agazapo en una esquina de la jaula, intentando huir de cualquiera que entre.
La puerta termina de abrirse y veo a Tom Hiddleston entrar. Ahogo un sollozo, ¿cómo puede... ¿Ash?
-- ¿Ash? -- agarro los barrotes de la jaula.
Ella me mira alarmada y hace un amago de ir corriendo hacía mi, pero Tom saca una pistola y la apunta, Ash se para. Me doy cuenta de que tiene el hombro lleno de sangre.
-- ¡¿Qué la has hecho?! -- grito--. ¡Tiene que ir a un hospital, Tom! ¡Llevala a un puto hospital ya, joder!
Tom me mira con su misma mirada inexpresiva, no veo el amor que dice sentir por mi, ni ninguna mierda de sentimientos.
-- Llevala a un puto hospital, Tom, por favor, se está desangrando.
-- Y lo sé, Bea, no hace falta que me digas lo obvio -- noto fastidio en su voz, que me golpea como una piedra de demolición.
Y entonces me doy cuenta.
Tom me ha mentido.
A todos.
Ahora lo entiendo.
Ya sé por qué me sacó de la fiesta.
-- No... -- susurro--. ¡Tenéis que encontrar a Nora y Maya! -- grito--, ¡son ellas! ¡Tenéis que encontrarlas!
Un disparo atraviesa el aire cortandolo como si de un cuchillo se tratase.
Maya
Agarro otra bebida y la trago, sintiendo como el alcohol quema mi garganta. Aaron Carpenter me ánima a beber más, pero no quiero. No puedo. Ya estoy empezando a perder la conciencia, no quiero quedarme desmayada, y menos con Aaron y los demás. En otra situación, si fuésemos amigos, pues quizás, porque sé que me llevarían a casa sana y salva. Pero ahora... no , gracias.
-- ¡Oh, vamos, Jamison, una más! -- me incita Aaron, bebiendo una más.
-- Creo que no-- digo poniéndome de pie a duras penas, pero cayendo sobre Aaron en un intento de mantenerme erguida.
-- Yo creo que tienes razón, ven.
Aaron me agarra de la cintura de forma sutil y me conduce entre la gente como si fuese una danza. Nos movemos con delicadeza entre la gente, siguiendo el ritmo de la música, que está empezando a causarme dolor de cabeza. Se lo digo a Aaron, que me saca al aire fresco.
La brisa del mar mueve mi pelo y respiro lentamente con los ojos cerrados, en dirección al mar. Agarro con fuerza la barandilla de madera, ruda contra mis manos.
Abro los ojos y veo que Aaron me mira fijamente, para después desviar su mirada castaña hacia el mar.
-- ¿Y qué hacías aquí, señor Carpenter? -- pregunto apoyando el brazo en la barandilla, quedando enfrente de él.
-- Podría preguntarla lo mismo, señorita Jamison.
--Pero no lo has hecho.
-- No me importa demasiado.
-- Pero si algo.
-- ¿Por qué piensas eso?
-- Que algo no te importe demasiado no significa que no te importe nada, sino no de una forma completa -- apunto y Aaron suelta una risa mirándome de reojo.
-- Eres lista y te fijas en las cosas, me gusta-- me sonrojo ante sus palabras y hago un movimiento con la mano, dejándolo pasar.
-- Tampoco es para tanto.
-- Sí lo es, eso podría salvarte la vida algún día, Maya, se precavida.
Noto un tono amenazador en su voz, pero también precavido, como intentando no contar algo. Tengo que averiguar si es sobre mis amigas.
-- ¿Tú eres precavido, Carpenter? -- me acerco más a él, quedando a pocos centímetros de él, puedo oler su colonia, Axe.
-- Contigo siento que debo serlo, ya que pareces ser demasiado curiosa, Maya Jamison.
-- Todos somos curiosos, solo que algunos tenemos más ganas que otros de saber la verdad -- me encojo de hombros y miro el mar--. Por ejemplo, el por qué salías de la puerta atrancada.
Aaron me mira con los ojos echando chispas, pero luego se suaviza, en cambio, sus labios se aprietan en una línea fina.
-- ¿Qué hay ahí dentro, Aaron? ¿Qué tiene que ver con Nora, Bea y... Matthieu?
-- ¿Bea? Bea no tiene nada que ver, ella no ha hecho nada, ¿me entiendes? -- me agarra de los hombros--. Edtoy intetando protegerla, Maya, díselo de mi parte, no quiero que la hagan daño.
Su mirada se ha llenado de pánico.
-- Tienes miedo... ¿De qué tienes miedo, Aaron? ¿Qué demonios hay ahí dentro?
-- Nada que a ti te pueda hacer ningún bien, Maya, hazme caso, manteneros alejadas, las cuatro de vosotras.
Tengo que decírselo.
-- Están dentro -- digo rápidamente.
-- ¿Cómo? -- Aaron se tensa.
-- Nora, Ash, Tom, Matthieu y... Bea.
Aaron se gira rápidamente y desaparece corriendo, le sigo de la misma forma, entra corriendo por la puerta y la atravieso antes de que se cierre delante mía.
Y lo que veo me hace soltar un grito.