Observo el cuerpo de Tom tirado en el suelo. El charco de sangre a su alrededor. Los últimos segundos transcurren en mi mente como un gif, repitiéndose una y otra vez en mi mente. Ahogo un sollozo y me abrazo acurrucandome sobre el suelo.
-- Bea...
Levanto la vista y veo a Ash delante mía. Tiene el hombro empapado de sangre, pero me mira con esperanza .
-- Vamos a sacarte de aquí-- dice--. Matthieu, rompe la cerradura.
Matt se acerca y dispara a la cerradura, que salta de la jaula. Ash se mete dentro y me agarra de la cintura, ayudándome a andar. Cuando llegamos fuera me apoya contra los barrotes. Cuando paro de llorar me giro hacía ella.
-- Gracias...
-- No hay de qué.
-- Hay que salir de aquí, tienes que ir a un hospital -- le digo, Ash niega.
-- Hay que encontrar a Nora.
-- Ashley, no le va a pasar nada, Nash está con ella.
-- ¿Y se supone que eso me tiene que hacer sentir mejor, Bea?
-- No... pero podemos esperar mientras vamos a un hospital que Nash no sea como... como Tom.
Ash me mira con los ojos húmedos.
-- Tom no te merecía, Bea, y no pienso repetirlo nunca más, pero Jack te quiere, y mucho, no le hagas daño.
Cierro los ojos con fuerza mientras más lágrimas caen. He tratado mal a Jack, él siempre me ha querido y tratado bien, pero yo le apartaba.
-- Jack no me merece, Ash, le he tratado mal.
-- No digas gilipolleces, Bea, eres una gran persona, con defectos, pero eso los tenemos todos, Jack te quiere, y en el fondo tú también, pero tienes demasiado miedo de quererlo porque Tom te ha hecho daño-- me dice--. Jack te quiere, Bea, y tú a él, así que ve a por él.
La miro con los ojos anegados de lágrimas y después a Maya, que está temblando en el suelo con Matthieu a su lado, pero sin tocarla.
Se nota que se quieren, pero... hay algo en Maya... y en Matthieu... Guardan secretos.
Pero todos los hacemos.
Oigo un quejido detrás de mi y me giro. El cuerpo de Tom se ha movido unos centímetros. Voy corriendo arrodillandome a su lado y apoyo su cabeza sobre mis piernas, sin importarme que su sangre manche mi ropa. Sus ojos azules están abiertos, mirándome con miedo, nunca lo había visto así. Dirijo mi mirada a su herida, pero cierro los ojos girando la cabeza, no puedo soportar verle así.
- Bea... -- susurra, pero su boca no le deja hablar más.
-- Calla, Tom, te vas a poner bien -- aunque no te lo merezcas.
Él me mira para luego cerrar los ojos y respirar lentamente, le miro con miedo a que muera entre mis brazos, no creo poder superar eso si ocurriera. Acaricio su pelo, que de enreda y pega entre mis dedos. Beso su frente y su rostro coge algo de color.
-- Hay que irnos -- oigo como dice Matthieu, que se ha levantado con una Maya desmayada entre sus brazos--. Tenemos que llegar a un hospital.
-- ¿Y Tom?... -- pregunto mirándole con tristeza--. Sé que no se lo merece, Lange, pero... no puedo dejarle morir.
Los ojos de Matthieu me miran con odio, sé que tiene razón pero no puedo, me siento impotente, no puedo dejarle morir sabiendo que puedo salvarle.
-- Por favor, Matthieu...
-- Haz lo que quieras, Bea, pero es tu responsabilidad, no pienso cargar con ese cabrón.
Asiento y levanto a Tom apoyandole sobre mi hombro. Solo con dar unos pasos sé que no voy a ser capaz de llevarle yo sola. Entonces es cuando Ash se pone al otro lado y me ayuda. La miro sorprendida, no me esperaba ese gesto por su parte...
-- Gracias...
-- No lo hago por él, sino por ti Bea, prometeme que si le salvamos dejarás de ir a su lado, ven con nosotras.
Sonrío y asiento. Miro a Tom, que lleba la cabeza gacha, siento pena por él, pero Ash tiene razón.
Matthieu nos dirige por los pasillos y cuando salimos nos pegamos unos a otros para que no se vea la sangre en nuestros cuerpos. Logramos salir fuera del local y empezamos a ir al hospital.
Nora
Cuando vuelvo a abrir los ojos unod ojos azules aparecen delante de mi campo de visión. No logro ver a la persona, debido a que mi vista sigue desenfocada. Parpadeo varias veces hasta que los colores y formas cogen viveza ante mis ojos, veo al chico delante mía y grito, apartandome de él.
-- ¡No me toques!
Él ríe.
-- Veo que despertaste, Nora.
-- Alejate de mi.
La puerta de la habitación se abre y entra Nash, que me mira con fuerza, noto que intenta transmitirme seguridad, pero la rechazo, no quiero nada de él ni del chico delante mia.
-- Dejadme ir.
-- Lo siento, Nora, no puedo permitirme tal cosa, eres algo valiosa en este instante.
-- He dicho que me dejéis irme, no pienso ser nada vuestro, ni nada que os de dinero -- respondo enfadada, pero él solo vuelve a reírse, torciendo su cabesa rubia, que brilla cuando la luz de la ventana le toca.
-- A mi no me das dinero, Nora, al menos no todavía, solamente un simple comprador.
Nash baja la cabeza cuando le miro interrogante.
-- ¿Comprador? ¿Qué comprador?
-- ¿No se lo dijiste, Nash?
-- Decirme el qué -- miro a Nash de nuevo, pero él rehuye mi mirada.
El chico rubio me sonríe, pero no es una sonrisa bonita, ni tranquilizadora, me trasmite miedo e inseguridad, ganas de huir de su lado, pero no puedo, la puerta está cerrada y no me veo con fuerzas de escapar de los dos. Sus ojos azules se fijan en mi tripa y siento un escalofrío.
-- De vuestro hijo, Nora.
Abro mucho los ojos y mis manos se disparan a mi tripa, mientras suelto un sollozo.
-- Nash... ¿qué me has hecho?
-- Nora... -- Nash intenta acercarse a mi, pero me alejo de él con una patada, apartandole de mi.
-- Te odio-- siseo, y suena más amenazador de lo que pensé, ya que centré todo mi dolor en esas dos palabras, que golpean a Nash como una pared.
Me mira dolido pero no puedo sentirlr mal por él. No puedo. No quiero.
El chico rubio se ríe y yo me hago una bola lejos de ellos, que salen de la habitación cerrando con llave.
Empiezo a llorar y entierro la cabeza entre las piernas.
¿Por qué yo?