Golpeo la mesa con furia. Ese idiota lo está diciendo todo. Observo la imagen con cuidado y me quedo paralizado cuando la veo. Está tirada en el suelo con una barra clavada. No se mueve y parece no respirar. Grito y tiro uma silla. Asustando a Steve, que se levanta de un salto.
-- ¿Qué ocurre?
-- ¡Ese imbécil de Alex se ha cargado a dos de las chicas!-- grito y golpeo una pared, haciendo un agujero.
-- Está...
-- Sí- - giro la cabeza a otro lado, no quiero mostrar debilidad alguna, y menos ahora.
Miro por la pantalla de nuevo. Matthieu está gritando a Alex. Le miro interesado. El traidor está entrando en la parte oscura de su poder. Sonrío y apoyo las manos sobre la mesa. Matthieu Lange es el indicado para hacer la última tarea. La más importante.
-- Libera a Nash -- le ordeno a Steve, que me mira perplejo.
-- ¿Nash? ¿Por qué?
-- No es de tu incumbencia -- le espeto.
-- Sí lo es, Tom, ya sabes que soy t...
-- ¡Cállate! -- grito--. ¡No lo eres! ¡Y nunca lo serás! ¡Suelta a Nash! ¡Ya!
Me giro con el corazón latiendome a gran velocidad y recorro la distancia hasta dónde se encuentran los demás.
- ¿Qué es Tom Holland? -- esa es la telepata, Ashley.
-- Un vampiro diurno -- traidor.
-- Puede andar bajo el sol... -- ese es el otro telepata.
-- ¿Qué hace aquí? -- ¿la chica pregunta todo?
-- Es el jefe, junto con nuestro padre, que ...
-- Suficiente charla-- le corto sacando los colmillos.
Se dan la vuelta y veo pánico en sus ojos, menos en los de Matthieu, que solo tiene odio, dos pozos azules de puro odio. Si lo manejo bien puedo ponero de mi parte. Miro a Ashley y sonrío.
-- Se te olvido una pregunta, Ash... ¿cómo matar al vampiro diurno?
Salto sobre ellos abriendo los brazos. Mis garras alcanzan el hombro del chico telepata, evitando su ataque mental. Tengo que desacerme de ellos dos antes de los eléctricos. Me giro hacía Ashley, que me mira fijamente.
-- Ese truco no sirve conmigo, brujita -- le digo esquivando un rayo de Alex.
Le lanzo encima de Ashley, pero ella desaparece ante mis ojos. Me giro rápidamente y una bola de energía golpea mi pecho. Pierdo el equilibrio y me bamboleo hacía atrás. Pero utilizo eso como entrada contra Alex. Le clavo los colmillos en el cuello y le empiezo a absorver la sangre. Sabe amarga. Que asco.
Le suelto, dejándole solo unas pocos litros en el cuerpo. Quizás muere. Si no lo hace le limpiaré la memoria y volvera a servirme, pero no le dejaré tan libre como ahora.
-- ¡Tú la mataste!-- grita Matthieu señalandome.
-- Perdona, Matt, pero fue tu hermano quien hizo que el techo se cayera sobre tu novia -- digo de forma obvia--, yo no quería matar a nadie, y menos a las dos chicas. No la pagues conmigo.
-- Tú eres idiota -- dice la chica banshee, Bea, la tengo que mantener alejada de mi.
-- Y tú una banshee, creo que ya sabemos todos qué somos, ¿no? -- señalo a Ashley y el chico--, telepatas-- al chico al lado de Bea--, super fuerza-- a Bea--, banshee--, y a los hermanos--, eléctricos .
-- ¿Eléctricos? ¿No había un peor nombre?-- dice el chico de la super fuerza.
-- ¿Y tú quién eres?
-- Jacob.
-- Jacob, ¿crees que el nombre super fuerza es chulo? Vampiro diurno lo aplasta -- le comento y paso a través de ellos hasta la salida del pasillo--. Ahora que ya no estamos intentando matarnos, acompañarme.
-- ¿Y por qué deberíamos hacer eso? -- ataca Bea.
-- Aquí hay mutantes de todo tipo, banshee, deseosos de pasar a la fase cuatro, por lo que van a querer sorprenderme. Saben que la mejor forma de hacerlo es matar a alguien, y no tienen pavor ninguno a hacerlo. Asi que, queridos, mejor no os separeis de mi.
Veo como Ashley mira a los demás. Están manteniendo una conversación telepatica. Me apoyo en la pared y espero. Seguro que Matthieu solo habla para insultarme, ya que mis oídos están pitando. Sonrío negando, pobre, aún no sabe el lado fuerte del tema, ya no podrá matarme y yo podré utilizarle.
-- ¿A dónde nos llevas? --pregunta Ashley.
-- A ver lo que hacemos aquí, por supuesto.
-- Y después nos dejas irnos -- añade Bea.
-- ¿Es que mandais tú y la telepata? Los demás no tenéis voz ni voto, pobres, aquí todos tenemos opinión, pero después se somete a votación para sacar el mejor lado, claro está, si no esto sería un caos.
-- No has respondido-- gruñe Matthieu.
-- Después os dejaré en paz -- les sonrío y ellos asienten, pero noto que no me creen del todo--. Oh, vamos, arriesgaos, total, estáis un poco en la mierda todos, dejad que os invite como huéspedes.
Ashley desaparece y aparece ante mi. La miro con desagrado. Si no la necesitase ya la habría matado, aún ignorando los sentimientos. Este trabajo me da mejor premio que salir con una telepata.
-- No me fio de ti, Tom.
-- ¿Y tienes que venir tan cerca para decirmelo o simplemente echabas de menos mi cercanía?-- bromeo y me acerco a ella, lanzandola un beso--. Mi corazón ya está ocupado, y lo siento, telepatash, estás fuera del radar Holland.
-- Pudrete, Tom -- me espeta y siento como algo estalla en mi cerebro.
Aprieto los puños sin borrar la sonrisa. Menos mal que se me da bien ocultar las emociones, si no Ashleh sabría que es la única capaz de herirme de muerte. Siquiera Harrison podría.
-- Venid por aquí -- les indico.
Recorremos los pasillos hasta la sala de habitaciones. Les digo cuáles son las de cada uno, y después de una bronca entre Matthieu y Harrison me voy, con los cuerpos de Nora y Maya flotando tras de mi.
En vez de encaminarme al puente de mando me voy a la parte de detrás. Abro una puerta y el azote del mar golpea mi rostro. Pedí trabajar en esta sucursal debido al mar. Me relaja. Y para ser vampiro, y más diurno, es necesario.
Conduzco los cuerpos hasta un pequeño sitio de hierba, con un sauce llorón dando sombra. ¿Hace cuánto que no lloro? Desde que me pusieron el ADN de murciélago, es decir, desde que estaba en el vientre de mi madre.
Cavo rápidamente dos tumbas, una más grande que la otra. Meto cada cuerpo en un agujero y les echo tierra hasta que desaparecen. Me arrodillo en medio de ambas tumbas y levanto la mirada al cielo.
-- Dios, sé que no he sido bueno, no esperes que lo sea tampoco después de esto -- empiezo juntando mis manos--. Estás dos mujeres son inocentes, solo portadoras de un feto diferente al resto del mundo. Siquiera era su pecado, ya que lo llevaban de forma involuntaria -- callo y bajo la mirada--. Pero cuide de ellas, delas cobijo ante tu halo de luz y felicidad, permitelas descansar en paz y nunca saber de los pecados que se han cometido a su alrededor. Se acerca una nueva era. La era mutante. He encontrado a los dos mutantes que van a empezar la rebelión, pero necesito doblegarles. No te pido suerte ni gracia, solo que cuides de cada mutante como si fuese hijo tuyo, aunque sean de la ciencia. Nadie merece estar solo y despreciado -- gruño golpeando el suelo--. Vamos a golpear por nuestra libertad y aceptación. Somos como los demás pero superiores. Deben querernos. ¡Deben querernos!-- grito. Subo la mirada y miro al cielo--. Pero por ahora simplemente cuide de ellas dos, las entierro bajo este sauce llorón ya que no puedo llorar, por lo que el árbol llorará eternamente por ellas... -- miro la tumba de Nora--, descansa en paz-- miro la de Maya-. Adiós madre.