Prólogo

3.9K 146 19
                                    

Advertencia: Segundo libro. Leer primero "Exilium: La profecía de Statera".

A las afueras del templo de Statera, mientras la multitud Exilium murmuraba con impaciencia, Thais miraba la puerta y temblaba. La chica dirigió su mirada hacia Viator, buscando consuelo.

El chico se paró frente a ella y posó sus manos sobre sus mejillas. Dirigió sus ojos hacia ella y la muchacha abrió un poco los labios para soltar un suspiro, siempre le sorprendía lo oscuros que eran.

-Todo va a salir bien- le dijo- ellos seguirán tus indicaciones sin chistar, solo tienes que decir unas palabras para calmar un poco las cosas y luego pensaremos bien que hacer, ¿De acuerdo?

La muchacha asintió y Viator acarició su mejilla con el pulgar. Con un asentimiento de ánimo, el muchacho se separó y se dirigió hacia las puertas.

En cuanto éstas se abrieron, la multitud calló y todos se voltearon hacia Thais. La muchacha vestía como siempre, solo que ahora llevaba puesta su capa de piel de Dragón sin cubrir su cabeza, que se encontraba adornada por una corona de plata.

Mientras caminaba, la gente se corría para abrirle paso. Muchos lloraban, otros se agachaban ante ella y tocaban sus brazos y su cabello como si no pudieran creer que fuera real.

Gala aprovechó el momento; caminó detrás de ella y a la dragona la siguió Viator.

Cuando llegaron al frente, Gala se sentó en el medio de la habitación, justo encima de la estatua de Statera y Thais se paró en frente de ella. Viator se reunió con su hermana y los demás, a la espera del discurso de su amiga.

-Parece una verdadera reina- susurró Caleb y su tono de voz soñaba auténtico, y no una de sus típicas bromas.

-Lo es- dijo Marely y se agachó ante ella. El resto del grupo la imitó y junto a ellos, también se inclinó ante ella el resto de la población Exilium. Viator admiró a su amiga, su imponente presencia y a su dragona, claro que parecía la reina más poderosa de todo Nihil, pero le preocupaban los pensamientos que podrían estar atormentándola.

-Por favor, levántense- pidió Thais, algo abrumada ante toda aquella gente que se arrodillaba para servirla- Como saben, he...- su voz tembló- he fallado mi misión ante Statera. Por lo tanto, su aura ya no podrá hacerles daño y ahora puedo mostrar mi rostro ante ustedes. Ese era el motivo principal por el cual no podía estar con ustedes, ni verlos...

Se detuvo un segundo y me miró a Viator, nerviosa, al parecer no sabía cómo continuar.

-Preséntate- susurró el muchacho. Thais asintió volvió su vista al público.

-Soy Thais y soy la última Fluxa viva en todo Nihil. Hace muchos siglos, cuando los humanos destruyeron a mi Nación y alteraron el equilibrio, Statera acudió a mí para que la ayudara. Necesitaba reconstruir la Nación Fluxa, necesitaba un grupo de gente como yo: que buscara el equilibrio entre las naciones. Por ello comencé a rescatar a los Exiliados y así surgió el pueblo Exilium. Todos nosotros somos una gran familia con una gran misión. Por ello, tenemos que actuar con precaución...

Thais se detuvo y desvió su vista del público y la dirigió hacia la puerta. La multitud se volteó y soltó gritos de exclamación al ver un enorme dragón blanco en la entrada. Muchos tomaron sus lanzas y arcos dispuestos a atacar.

-¡Esperen!- gritó Thais y se abrió el paso entre los Exilium para llegar al animal.

Arley, el comandante de los guerreros Exilium, carraspeó nervioso.

-Mi reina, no estoy seguro de que sea muy...

Thais levantó su mano para callarlo y lo miró tranquilizadoramente para luego seguir avanzando hacia el animal. Puede ser que acabara de ser abandonada por la diosa y que hubiera fallado en su misión, pero solo una cosa tenía clara: nadie más saldría herido por su culpa. Amigos u enemigos.

La chica se detuvo a unos metros de los enormes pies del animal y se arrodilló ante él.

-Isaías, bienvenido- dijo la chica levantándose con una sonrisa. La prescencia del muchacho calmó un poco más sus nervios. El chico salió de entre las sombras y la miró maravillado.

-¿Habens Stateram?- dijo el chico comenzando a llorar. La chica se agachó hasta quedar a la misma altura que él. De entre toda la gente que había rescatado, Thais sentía un apego especial hacia aquel chico, lo sentía casi como un hermano menor.

-Llámame Thais, veo que tus cuernos están creciendo, ¡Ya estás convirtiéndote en un hombre!- dijo la chica, orgullosa y dirigió su mirada hacia el Dragón blanco, que agachó su cabeza hasta estar a la altura de la reina. La muchacha, sin temor, extendió su mano y le acarició el hocico, haciendo que el público gritara de sorpresa. Solo alguien de la nación Fluxa podía tocar un dragón sin salir herido. Lo cual le hizo preguntarse cómo es que Isaías había logrado llegar hasta allí montado en aquel animal.

-¿Qué mensaje traes para nosotros?- preguntó Mei- se supone que deberías estar protegiendo la Tribu.

Cómo saliendo de un ensueño, Isaías apartó la vista de Thais y sacudió la cabeza.

-¡He visto a los humanos!- dijo el chico, nervioso- Duilio me llevó hasta ellos, nos está queriendo decir algo- dijo refiriéndose al dragón. Thais encontró la mirada de Viator al fondo de la sala, el muchacho miró a su hermana, la cual le hizo una seña a Thais para que se acercara.

Thais agradeció a Isaías la ayuda y se dirigió de nuevo a la cabeza del lugar. Cuando llegó al grupo, se apartaron de la tribu Exilium y Petra habló:

-Realeza, no podremos vencerlos solos.

-¿A qué te refieres- preguntó Thais.

-Shaoran y Caleb nos dijeron sobre las armas que poseen y cómo son superiores a las muestras en todo sentido. Un solo humano puede matar a veinte de nosotros usando una sola arma en unos minutos- explicó la chica.

-Necesitamos tiempo para planear nuestra próxima jugada- coincidió Marely- y mientras tanto, los Exilium deben tener órdenes claras o esto se convertirá en una masacre.

Thais asintió y se dirigió a su pueblo.

-Statera ha hablado: la guerra ha comenzado. Esto significa que muchos morirán y sé que cada uno de ustedes es perfectamente capaz de pelear y sacrificarse por nuestra tribu.

La multitud vitoreó sus palabras.

-Pero- interrumpió- en este momento los humanos son más fuertes que nosotros y si los enfrentamos, fracasaremos. Statera quería que restablezcamos el equilibrio y eso vamos a hacer, pero para eso, deben seguir mis órdenes pasó a paso o será el principio del fin.

...

Espero que les halla gustado la introducción de la segunda parte de esta aventura, detro de poco voy a subir el book trailer :)

Fluxa: La protectora de StateraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora