5. Intimos

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*Petra en multimedia*

Petra siempre era la primera que se levantaba. Excepto ese día, comprobó al ver que su hermano y la chica Fluxa ya se habían ido.

A pesar de que la Nación Fluxa era sumamente agradable, Petra extrañaba su hogar donde todo era frío y te obligaba a mantenerte en movimiento de forma permanente para mantenerse caliente.

Aquí era diferente, la chica tenía ganas de quitarse su armadura y relajarse bajo el sol durante un rato. Suena algo que Marely haría.

Pero el problema era que Petra nunca se quitaba su armadura.

Y menos se relajaba.

Es por esto que la chica no perdió el tiempo. Se vistió y salió del lugar, pensando que se encontraría el lugar completamente desolado, cuando le sorprendió ver que Shaoran también se había despertado temprano.

¿Es que todos habían decidido madrugar ese día?

En cuanto la vió, Shaoran se puso algo nervioso y se acomodó su armadura. Era raro verlo con armadura y a la chica le sorprendía que de hecho hubiera podido ponérsela correctamente.

Aquella vestimenta lo hacía lucir más varonil, ya que la cota de malla se ajustaba en sus brazos y hombros, resaltando sus músculos (que Petra no esperaba que tuviera), los cuales no se notaban mientras usaba aquellas vestimentas humanas.

-Buen día- dijo el chico, rascándose la cabeza.

-Hola- dijo Petra, por primera vez, sin saber muy bien que hacer. La chica se fijó en el rostro del chico, específicamente sus ojos, los cuales (increíblemente no lo había notado antes) eran más finos que los de Caleb. El tipo de ojos que sus antepasados Aethereum solían tener.

Shaoran se removió, incomodo y se llevó una mano a la cara. Petra llevaba mirándolo unos cinco minutos.

-¿Tengo algo en la cara?- preguntó el chico. Petra se sobresaltó, como saliendo de su propio mundo y negó.

-Estaba pensando que tus ojos son diferentes a los de Caleb- dijo la chica, sorprendiéndolo.

Shaoran suspiró aliviado, esperaba que la chica lo insultara u ofendiera de alguna manera pero eso era mucho más simple de manejar.

-Tengo descendencia Japonesa. Japón era algo así como...una Nación en la Tierra.

-¿Del Este?- adivinó Petra.

-Supongo- contestó el chico- una de las tantas.

-¿Y tienes familia?- preguntó la chica. No sabía de dónde había salido su curiosidad, normalmente no le hubiera importado, pero sentía la necesidad de tener algún tipo de conversación con el chico. El rostro de Shaoran pareció ensombrecerse.

-Vivía con mi hermana pequeña y mi mamá. Pensándolo bien, ni siquiera les dejé una nota antes de irme- Petra notó que el chico comenzaba a entrar en pánico, como si acabara de recordar que había dejado sus pantalones junto a la fogata y ellos se estuvieran prendiendo fuego- no les dije nada, cuando escapé con Caleb. Y él tampoco le dijo nada a sus padres.

Petra pudo ver cómo la ansiedad crecía en el humano.

-Tengo que hacer algo, pensarán que estoy muerto- dijo el chico. Petra abrió los ojos, alarmada.

-O peor, iniciarán un grupo de búsqueda para encontrarlos- su mente estratega funcionaba a toda velocidad.

Vaya, gracias. Pensó Shaoran con sarcasmo.

-Debemos informarle a la Reina para que decida qué hacer- decretó Petra, finalmente- mientras tanto, podríamos vigilar a los humanos, que andan tramando.

Shaoran asintió y Petra abrió la boca para llamar a Eloy pero el chico la tomó de la mano, frenándola.

Petra se tensó y miró su mano y luego la de Shaoran, apartándola. Miró hacia otro lado con las mejillas encendidas.

El chico no podía creerlo, ¿Se había sonrojado?

-Iremos en el método tradicional- dijo el chico, ignorando la reacción de su amiga, mientras señalaba al establo de caballos.

-Bien- dijo Petra, su voz sonó más suave y tímida de lo usual y se dirigió al lugar dándole la espalda.

Shaoran la siguió, sintiendo un agradable ardor, allí donde sus manos se habían tocado.

Fluxa: La protectora de StateraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora