28. Ayuda inesperada

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Shaoran pasó toda la noche manipulando los Comunicadores, mientras tanto, Petra se había dado un baño y se había puesto una muda de ropa humana nueva.

Shaoran la observó y sonrió burlonamente. Petra frunció el ceño.

-¿Qué pasa?- preguntó la chica cruzándose de brazos, Shaoran notó que no llevaba puesto un corpiño.

-Nada- dijo- Te vez rara en ropa humana.

Petra se sentó en el suelo a su lado con ambas piernas cruzadas. Ambos tenían que susurrar para no despertar a la familia del muchacho.

-Aquella doctora vio el lobo- comentó Petra lo que Shaoran estaba intentando no pensar. Aquello le carcomía los nervios. Si las autoridades se enteraban...

Justo cuando Shaoran terminó de modificar los Comunicadores, una serie de golpes en la puerta los distrajeron. El chico corrió hacia el armario más cercano y guardó los tres dispositivos en él justo cuando su padre apareció caminando con aire somnoliento hacia la puerta.

-¿Quién es?- preguntó Makoto.

-Buscamos a Petra Louvré- dijo una voz al otro lado de la puerta. El padre de Shaoran encendió la luz y antes de que el muchacho pudiera hacer algo abrió la puerta. Al instante dos oficiales entraron a la habitación y tomaron a Petra por los brazos.

La chica zafó uno de sus brazos y le pegó una patada en el estómago al oficial que la sostenía para luego salir corriendo por la puerta. Pero no llegó muy lejos, al instante una mujer le cerró el paso y le clavó una jeringa en el cuello. Shaoran corrió hacia su amiga y logró sujetarla antes de que ésta se desmayara.

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Cuando Petra despertó se encontraba encadenada a una silla. Intentó moverse pero era imposible, habían usado sus mejores recursos para mantenerla aprisionada. La silla se encontraba ubicada en el centro de una habitación circular, a su alrededor, debían haber aproximadamente cincuenta sillas con gente importante de La Resistencia sentada en ellas. Durante sus horas reconstruyendo los Comunicadores, Shaoran le había contado algunas cosas sobre el lugar, entre ellas, que ese era el nombre que le habían puesto a lo que restaba de la humanidad.

El mismísimo presidente se encontraba allí. El Sr. Martinez caminaba alrededor de Petra, inspeccionándola, como si sospechara que de la nada iba a escupir fuego por la boca.

-Una doctora me informó acerca de sus particulares condiciones físicas- dijo el hombre. Era alto, debía medir casi dos metros y su cabello castaño hacía juego con su abundante barba. Si alguien lo viera, pensaría que era un hombre alto, común y corriente. Pero la mirada que le estaba dando a Petra era diferente, casi como si fuera un conejo de laboratorio.

-Petra es muda, señor- dijo Shaoran. El muchacho también había sido llevado a la sala de interrogatorios, solo que él se encontraba sentado sin ataduras a una silla que se encontraba cerca de la muchacha.

-Muy conveniente- dijo Guillermo- pero, si de verdad es una humana, imagino que la Señorita Louvré entiende nuestro idioma.

Petra asintió con la mejor cara de póker que pudo poner, aunque sus ojos miraban de un lado al otro, evaluando las posibilidades.

-¿Y porqué, señorita Petra, usted tiene un lobo tatuado en el pecho?- preguntó el Presidente- Se sabe gracias a los antiguos libros que los miembros de la nación Aethereum lo poseen y, casualmente, ellos también tienen los mismos razgos físicos que usted.

-Petra fue secuestrada por ellos hace unos años, la tatuaron para hacerla parte de los suyos, creyeron que era muy buena para la lucha- insistió Shaoran. El presidente ahora se dirigió a él.

-No sabía señor Shaoran, que usted poseía la posibilidad de hablar en lenguaje de señas, muy interesante- lo acusó.

-En realidad yo preguntaba- contraatacó el chico- Petra solo negaba o asentía a mis preguntas...Fue una conversación muy larga- agregó.

Shaoran miró a su alrededor, impaciente, no sabía como salir de aquella situación.

-Presidente Martinez- interrumpió la Doctora Park- lamento informar que los resultados de mis estudios eran inconclusos. Tendría que volver a revisarla por si a caso pero, estoy segura de que Petra es humana.

El Presidente se volteó hacia ella y se quedó callado unos segundos. Shaoran no podía creer lo que acababa de ocurrir, ¿A caso la mujer los estaba protegiendo?

-Bien- terminó por decir- le asignaré un grupo de médicos y especialistas para examinar a la muchacha y asegurarnos de que...todo ande bien.

Shaoran solo pudo intercambiar una mirada de alivio con Petra, antes de que unos gritos en el exterior los distrajeran. Al instante, un oficial entró por la puerta secundaria.

-¡Necesitamos refuerzos afuera!- exclamó.

Todas las personas que se encontraban en la habitación salieron por aquel lugar al instante para ver que sucedía, dejando a Shaoran, a la doctora y a Petra solos. La señora Parks se acercó hasta Shaoran y le entregó un juego de llaves.

-No podrán irse sin levantar sospechas- le dijo la mujer- pero haré lo posible para que los verdaderos resultados no salgan a la luz.

La médica salió corriendo por la puerta principal. Shaoran se apresuró para soltar a su amiga, afuera, solo se oían gritos y disparos.

-¿Qué está sucediendo?- se preguntó Petra.

En ese preciso instante, una cara familiar se asomó por la puerta.

-¿Ankara?- dijo Petra acercándose hasta ella para fundirla en un fuerte abrazo- ¿Qué haces aquí?

-El barco se irá mañana al amanecer- explicó la chica, respirado agitada, llevaba una espada de obsidiana consigo, ¿De dónde la había sacado?- vive a buscar los Comunicadores, ¿Ustedes están bien? Thais pensaba que algo malo había ocurrido.

-Estaba en lo cierto- coincidió Shaoran- pero por el momento estamos bien.

-Bien, tenemos que apurarnos, no tenemos mucho tiempo.

-¿Dónde está Thais?- preguntó Shaoran.

En ese instante se escuchó un rugido que hizo temblar el suelo del búnker. Petra sonrió.

-Es la distracción.

Fluxa: La protectora de StateraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora