Marely se encontraba en la choza principal organizando unos papiros con información para el viaje, cuando Viator se asomó por la ventana.
-¿Has visto a Thais?- preguntó. Marely negó. El chico frunció el seño, preocupado- ¿Crees que estará bien?
-La he visto salir con Gala hace un rato- Viator dirigió la mirada hacia el cielo, como si esperara verlas aparecer volando. Marely sonrió- tranquilo, soldado. Ellas estarán bien.
Viator se sentó sobre el marco de la ventana y dejó caer su cabeza contra la pared.
-En serio te gusta- le dijo Marely levantándose y sentándose frente a él.
Viator lucía más pálido que la última vez que separaron, aunque no había perdido nada de su fuerza. La cicatriz brillaba en su rostro y su cabello estaba un poco más largo y completamente despeinado. No traía puesta su armadura, solamente unos pantalones rotos a la altura de las rodillas que debían ser de Caleb y su cuerpo estaba cubierto con aquella extraña pintura negra idéntica a la de Thais.
-Es tan diferente a toda la gente que conocí- confesó Viator. Por algún motivo no le sorprendió que Marely se diera cuenta, siempre parecía saberlo todo.
-¿Y porqué no le dices? Para cuando tengas el valor, podría ser demasiado tarde.
Viator dirigió la mirada a su amiga. Ahora era su turno de mirar hacia afuera, perdiendo su vista en los distintos tonos de verde.
-Háblame de él, o ella- le pidió. Marely sonrió tristemente.
-Él. Su nombre es Tae, es mi mejor amigo de toda la vida- contestó- lo besé antes de irme, lo extraño- Resumió.
Viator se inclinó hacia adelante y la tomó de la mano, en un intento de reconfortarla.
-Iremos a verlo, lo prometo- le dijo. Marely sonrió- y acerca de Thais...no lo sé. Ella parece tan...distante, como si nunca nadie pudiera igualarla, merecerla. Parece destinada a ser más que todos nosotros, no sé si me explico.
Marely entendía la sensación. Le agradaba la chica pero su presencia la inquietaba, uno podía sentir su poder, su presencia, su sabiduría. No creía poder entablar siquiera una conversación con ella sin sentirse una tonta, y eso era algo raro para alguien de la nación Aspersusque.
-Yo creo que eres la persona ideal para ella- contestó al cabo de un rato- ella confía en ti como en nadie y, hasta los Dioses decidieron que era su destino unirlos, agregó señalando la pintura. Yo creo que, cuando llegue el momento, deberías decirle lo que sientes.
En ese momento Ankara apareció. La pintura blanca de la chica combinaba con su blanco cabello.
-Viator, ¿Qué te parece si vamos de caza, como en los viejos tiempos? Caleb y Jovan vendrán con nosotros. Al parecer Caleb quiere enseñarle al Illustratum a cazar- lo invitó la chica. Viator le dio una última mirada al cielo, esperando que un dragón apareciera entre los árboles, pero nada sucedió.
Finalmente se encogió de hombros y miró a Marely.
-¿Vienes?- le preguntó. Marely negó, pensativa.
-Necesito un rato a solas para pensar- contestó. Viator no lo discutió, el se sentía así muy a menudo, le dió un último apretón antes de incorporarse.
En ese momento, Caleb y Jovan aparecieron a su lado, cargando la enorme armadura del Aethereum. Ankara observó a la armadura y luego a Viator sonriente.
-Vamos, como en los viejos tiempos.
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Fluxa: La protectora de Statera
Science FictionCuando el equilibrio se rompe, y Habens Stateram falla, la gracia de la Nación del sol, será la única salvación, pues los elegidos de statera tienen una misión, y cuando la reina vuelva al trono, y la sangre camine por tierras sagradas, la guerra c...