22. El beso erróneo

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El grupo se encontraba en las profundidades del bosque. Jovan y Caleb iban unos pasos más adelante, codeándose y conversando, mientras Caleb intentaba enseñarle a Jovan a usar una espada.

-Tampoco te hagas el listo conmigo- se quejo Jovan, que a pesar de los intentos del humano de enseñarle, todavía no conseguía dar una hábil estocada- hasta hace poco vivías dentro de un búnquer- le recordó.

Caleb se encogió de hombros y giró la espada sobre su mano.

-Se podría decir que aprendo rápido- alardeó el muchacho. Jovan se mordió el labio y rodó los ojos. Caleb rió.

-Presumido- susurró el rubio.

Unos pasos detrás de ellos, Viator caminaba con Ankara pisándole los talones, con sus pensamientos sumidos en otra parte.

-La gente te extraña en la Nación del Sur- comentó Ankara- sobre todo las chicas- la muchacha rió fríamente- tenías que oírlas, "Viator me besó antes de irse", "Viator me dijo que iba a extrañarme y a pensar en mi cada día", "Me prometió traerme la joya más cara de la Nación Illustratum". Montón de mentirosas- susurró. Viator la miró de reojo, de veras estaba celosa.

Ellos había tenido algo que en términos humanos podría haberse denominado "amigos con derechos". Ella quería hacer pública la relación pero Viator no quería, su padre era demasiado estricto: "El hijo del comandante no puede andar distrayéndose con chicas". Eso es lo que hubiera dicho. Además, él siempre había visto lo de ambos como algo físico y creía que ella también lo veía de esa forma. Al parecer no era así.

La chica tomó a Viator de la mano y comenzó a desviarse del camino. Viator le echó una mirada a Jovan y Caleb, que seguían peleando sin notar que se estaban separando.

-No deberíamos dejarlos solos en el bosque- comentó Viator- Jovan se está recuperando de su herida y Caleb...

Ankara tomó a Viator por los hombros y lo empujó hasta que su espalda chocó contra el tronco de un árbol. Viator intentó evitar la mirada de la chica pero no pudo, cuando sus ojos se encontraron, estaban plagados de deseo.

-Te extrañe demasiado- susurró ella y lo besó en el cuello, despacio. Viator suspiró, ya no recordaba la última vez que había sentido aquello. La chica continuó besando su cuello y comenzó a arrastrar sus manos por el fuerte torso del muchacho.
Aquello continuó por un rato hasta que la chica lo besó en la boca con intensidad y Viator le devolvió el beso. Se besaron hasta que sus pensamientos se volvieron difusos y se imaginó a Thais. Sus enormes ojos marrones, sus dientes blancos y perfectos, sus largas piernas, sus curvas, su piel oscura, sus labios carnosos. Viator comenzó a besarla con más fuerza y a pasar sus manos por el cuerpo de la chica sin ser consciente de lo que hacía, aquello continuó hasta que un ruido emitido por la boca de Ankara lo devolvió a la realidad. El chico se separó de ella, sin darse cuenta, la chica le había quitado la parte de arriba de la armadura y él había comenzado a quitarle la suya.

-Había extrañado esto- repitió la chica. Justo en ese instante un ruido a unos metros los hizo sobresaltar. Viator tomó su espada de obsidiana y se paró delante de Ankara por instinto. El chico palideció en cuanto notó quien se encontraba allí.

Thais se encontraba sentada encima de Gala con un extraño bastón en las manos y, por su mirada, había presenciado todo.

Fluxa: La protectora de StateraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora