Cap. 17

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Yo sé que no estoy loco, lo sé perfectamente, sé lo que vi y lo que viví en aquella casa. Nadie me creerá ni intentando convencerles, tengo que darles pruebas irrefutables y para hacer eso necesito volver a ese lugar...

Parece que Hoseok tenía razón... escuchar y obedecer jamás ha sido lo mío.

(...)

- Jefe necesito hablar con usted- dije caminando a paso veloz detrás de él.

- Oficial Jeon, no pierda su tiempo

-No- levanté la voz- no entiendo por qué me destituyó del caso, sabe lo mucho que he aportado y lo mucho que trabajo en él

- Lo sé Jeon, pero tengo una reputación que mantener y no me arriesgaré a perderla porque usted se ha vuelto- me dirigió una mirada de desprecio- loco

- Señor, es que no lo entiende- me coloqué con rapidez frente a él para impedirle el paso- estoy muy cerca de descubrir lo que pasó con el caso 692, sólo déjeme...

-No Jungkook- dijo levantando aún más la voz- vuelve a tu oficina y haz tu único trabajo- hizo una pausa y me miró fríamente- o me veré obligado a despedirte- y sin más el jefe pasó por un lado mío mientras que yo veía cómo salía de la estación de policía.

(...)

Han pasado cuatro semanas desde que volví del hospital, los moretones en mi cara ya desaparecieron... y las cicatrices sólo se ven si miras con detenimiento. Desde hace tiempo me destituyeron del caso PREY, pero eso no me detuvo en lo absoluto. Yo seguía investigándolo a escondidas, como lo hacía en un principio.

Prefería trabajar así, no tenía reportes absurdos que entregar y sólo me tengo que enfocar en buscar información. Considerándolo de esta manera ahora tengo mucho más tiempo libre que antes, por lo que tengo tiempo de pasear por las calles de Corea y despejar mi mente para descubrir pistas con más facilidad cuando se presta la oportunidad.

Decidí entrar en uno los bares más famosos de la ciudad, me senté cerca de la barra y pedí lo de siempre cuando veo que una persona con capucha se sienta al lado mío. Decidí ignorarla y seguir con lo mío.

-¿Jeon Jungkook?- volteo a ver a la persona un poco sorprendido.

Entonces me da un pequeño papel doblado para después retirarse sin decir nada más. Comienzo a desdoblar el papel y veo que hay una nota escrita en él.

"Veo que no has cambiado nada,

Sigues siendo igual de distraído e inútil

y encima te han destituido~

Si necesitas ayuda puedes venir a verme. 

Calle Haneul 762"

Me levanté de mi asiento con rapidez y me dirigí a la entrada del bar,  sintiendo el aire frío pegándome en la cara comencé a buscar por aquella persona con capucha, pero ya no estaba ahí.

Suspiré con frustración y volví a examinar la nota, esta letra... 

(...)

La oficialía se encontraba a oscuras a excepción de una oficina, la de Lee. Me acerqué y entré a la estación dando pasos rápidos hacia mi oficina, no quería que Lee me encontrara y me comenzara a hacer preguntas estúpidas de qué hacía aquí tan tarde y por qué estaba aquí.

Con sumo cuidado abrí la puerta y me adentré a mi oficina mientras la cerraba lentamente  a mis espaldas. Una vez dentro me dirigí a mi escritorio y abrí el primer cajón a la derecha y comencé a buscar entre los papeles la carta que recibí antes de la muerte de mi madre.

Al encontrarla comparé la letra con la de la nota... todo coincidía, incluso la forma en que se dirigía a mí. Si voy al lugar que me marca podré encontrar al mal nacido que asesinó a mi madre.

No me preocupé en volver a cerrar el cajón y simplemente me retiré de la estación de policía...

(...)

- ¿Crees que funcionará?

- Claro que sí. Ese hombre es testarudo hasta las entrañas. Además... Ya lo he visto antes.

- Cariño...

- ¿Mm?

- Eres estupendo.

(...)

- ¡No estoy loco, no lo estoy! - susurraba a si mismo dentro del auto apretando el volante con suma fuerza y coraje.

Maldecía el momento en que su amigo, Hoseok, lo había traicionando. Maldecía el momento en que comenzó a ver por sus amigos antes que por él, a partir de ahora jamás volvería a pensar por nadie más que no sea él, jamás volverá a sentir compasión por un colega o amigos, no lo merecen. Los amigos siempre te van a traicionar. A veces cerraba los ojos negándose a si mismo estar loco. Lee le había dicho que Hoseok y Tae habían llamado, ¿Habrá hablado Tae con él? Jamás se lo dijo.

- Ah~ Kook ¡Piensa! - golpeó el volante en cólera.

Se asomó por el espejo divisando el nombre de las calles, ahí estaba Haneul. Bajó la velocidad del coche buscando el número de la casa. Su cuerpo sudaba frío y de vez en cuando su piel se enchinaba. Ahí estaba, el número grabado con plaquilla de metal sobre la puerta de madera. Se veía un barrio bueno, más sin embargo estaba muy obscuro. Por fuera la casa se veía pequeña e inocente, pero aún así el listo Jeon no se dejaba llevar por la primera impresión.

Bajó del auto lentamente guardando su pistola, se relamió los labios y peinó su cabello para dar pasos lentos hacia la puerta. El frío golpeaba sus mejillas, y el viento silbaba en sus oídos y entre las ramas de los árboles.

Tocó la puerta pero nadie respondía por lo que probó suerte tomando la perilla, y para su sorpresa la puerta estaba abierta. Lentamente entró en la casa tratando de distinguir las cosas que habían en aquella oscuridad que le transmitía señales de alerta por todo su cuerpo.

Se pegó a la pared y guiándose por ésta, caminó por la casa hasta que se topó con un puerta, la abrió y entró en una habitación.

- Comenzaba a creer que no vendrías- dijo una voz en la habitación, su cuerpo se tensó, entonces Jungkook sólo pudo ver una sombra moverse por la habitación hasta estar en el medio de ésta- tiempo sin vernos... Jeon Jungkook...

P.R.E.Y. (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora