Cap. 31

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"Debes de ser cuidadoso Jeon... Jimin es peligroso" - era lo único que pensaba Jungkook ante esta situación, aquel pequeño jovencito no parecía ser nada a lo que todos recordaban, tan destrozado, tan enfermizo. Quién diría que la misma humanidad te puede llevar a la locura, quien diría que los tuyos te pueden herir tanto... hasta quienes más amas.

- La misma situación de siempre... ¿no, capitán? - cuestionó con un claro tono de burla, aún no daba la cara y de algún modo Jeon agradecía eso. El ambiente se volvía apretado... asfixiante.

- He visto cosas que nadie ha visto, he hecho cosas que nadie ha hecho. Toda mi vida esta basada en incógnitas... - decía Jeon caminando con lentitud hacia Jimin.

- Jeon, ¡no! - Lee lo tomo del brazo, Jungkook le sonrió dulcemente... esa sonrisa parecía... se veía... simplemente diferente.

- Tranquilo... estaré bien - y sin dudarlo unió sus labios en un beso largo pero tierno. Lee lo tomó de la nuca afianzando el beso, ¿por qué todos esos tactos se sentían distintos? - te amo - le susurró finalmente para volver su mirada a Jimin.

- Me dan tanto asco... - finalmente Jimin les dirigió la mirada. Por primera vez Jimin se mostraba sin aquella vieja venda. Sus ojos eran hermosos, color gris; extraño, sin embargo carecía de parpados... era como si le hubieran sido arrancados. Al rededor parecía tener grietas... como si Jimin fuera de porcelana perfecta y fina... y se hubiese quebrado.

De un momento a otro una luz iluminó aquella iglesia abandonada, seguida de un trueno y el sonido de gotas de lluvia...una tormenta. 

-¿Por qué haces esto?- Jungkook le cuestionó- ¿qué acaso no ves que no eras más que un juguete para Yoongi?

-¡Cállate!- su voz logró hacer que Jungkook comenzara a tener dolores de cabeza, ¿cómo era posible que ese...ser tuviera tales tonos de voz?- él me amaba y yo a él- el dolor era cada vez mayor- y hubiéramos sido felices para siempre... ¡¡PERO USTEDES NOS SEPARARON!!

Los cristales en la parte de arriba de aquella iglesia se rompieron, aquellos pedazos comenzaron a caer cortando la piel de Jungkook. Extrañamente los cristales no habían rozado ni un poco a Jimin, ni siquiera cayeron cerca de él. 

-¡Jimin tienes que parar esto!- decía Jungkook cubriéndose las orejas, de las cuales comenzaba a caer un poco de sangre.

La lluvia se estaba colando por las ventanas rotas, haciendo que casi todo dentro de la iglesia comenzara a empaparse.

-¿Parar?- una risa burlona salió de Jimin- tú no pensaste en eso cuando mataste a Yoongi- su expresión de repente se volvió seria.

-¿Y qué piensas hacer?, ¿matarme?- decía un poco desesperado- sabes que eso no resolverá nada, Yoongi no volverá... ¡él ya se ha ido, supéralo!- estaba intentando hacer entrar en razón a Jimin, pero hacer entrar en razón a un loco es como hablar con la pared.

-Oh, sé perfectamente que no resolverá nada- agachó la mirada- pero así podré vengar a mi Yoongi- Jimin levantó su cabeza un poco, una sed de sangre se hizo presente en su mirada después de unos ojos brillantes por amor.

-¿Y por qué no lo haces de una vez?- Jungkook comenzó a retarlo aunque esa fuera una batalla perdida para él.

-Oh no, eso no sería divertido- decía con una sonrisa de psicópata- mejor haré que alguien más lo haga por mí...

-¡Jungkook!- Lee gritaba por ayuda, el eco de su grito hizo estruendo con la lluvia. Sin que Jungkook se hubiera dado cuenta Jimin ya se encontraba detrás de él, ahorcando a Lee, sus pies elevados del suelo, simplemente desgarrador.

P.R.E.Y. (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora