Cap. 3

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Hoseok es... ¿cómo describirlo? Es un gran hombre, han pasado ya un par de semanas desde que nos besamos aquella noche, cabe mencionar​ que no fue la ultima vez que lo hicimos. A veces nos quedamos hasta noche charlando, pero no pasa nada más allá de unos simples besos. La verdad creo que me estoy enamorando de Hoseok más de lo que creí. 

Aún así, Hoseok era un hombre comprometido con su trabajo, ahora lo había entendido, pero no quería aceptarlo del todo. Me senté en el viejo sofá café de cuero mientras esperaba a que mis compañeros llegaran, hace unos días fui con un compañero que era psicólogo forense, quería saber si algo de lo que él sabía podía llevarme a alguna respuesta. El objeto de estudio era determinar los factores previsibles de los crímenes violentos, pero no había sido un éxito clínico; ni mucho menos. 

Sin muchos datos por investigar y con solo uno de tantos involucrados en esto me daba un dolor inmenso de cabeza. Me acomodé en el sillón rascando mi sien con estrés. Me sentía como si todos mis años como criminólogo se fueran a la borda, como si no supiera nada de crímenes y criminales. Caminé a la gran ventana abriéndola buscando un poco más de aire, a veces me parecía como si no hubiese aire jamás. Asfixiante. 

A cambio tuve el ensordecedor sonido de los automóviles mañaneros pasando y un tumulto de gente afuera tratando de comprar café, el periódico o simplemente pasando por debajo de mi. En ese momento la puerta en mis espaldas se abrió con tres toques.

- Buenos días Tae - ahí estaba Hobi con esa bella sonrisa que amaba en secreto. Le sonreí de igual modo.

- Buenos días jefe.

Creí que la rutina sería como todos los días, nada de mostrarse afecto en horas de trabajo, pero parece que a Hoseok el día de hoy no le importaba pues me di cuenta cuando cerró la puerta con pestillo tras él. Sin decir nada caminó con velocidad hasta mí y pegó sus labios desesperadamente en los míos.

- ¿Qué ha sido eso? - cuestioné tratando de tomar un poco de aire, su beso me lo había robado todo.

- ¿A caso no te gusta que lo haga? - me tomo de la cintura y me pegó más a su cuerpo, su perfume me volvió loco y me hizo querer adentrarme más a su cuello para oler.

- No es eso Hoseok - trate de mantenerme lo más profesional posible - Es que no es el momento - susurré en su oído pero cuando lo hice aprovecho y se apropió de mi cuello mordiendo y besando con lujuria y vehemencia.

No negaré que me gustaba, me estaba encantando y comenzaba a sentir un cosquilleo en mi estómago y espina dorsal. Debía contener mi cuerpo y sus necesidades, definitivamente no podíamos hacer nada aquí, era un NO rotundo a mi cuerpo. Además aunque quisiera hacer algo no se lo permitiría porque... No sé si él de verdad me ame como yo a él. ¿Y si sólo me usa para un rato? ¿Y si me desecha cual basura? Yo quiero a Hoseok más que solo para un rato, lo quiero para toda la vida y a mi lado.

- Hoseok... ah~detente Hyung - trate de forcejear pero era más fuerte que yo en todo sentido.

- ¿Por qué Tae? - me tomó de los hombros penetrándome con su mirada - ¿Es que... Nunca hubo nada entre nosotros?

- ¿Lo hubo?...

- Pero claro que lo hubo Taehyung, siempre hubo algo en mí que te quería, te quería y quería más de ti - camino y me estampó contra la pared - siempre quise de ti más que unos besos.

- ¿Mi cuerpo? - cuestioné con algo de nostalgia.

- No TaeTae...a ti. - me besó tan delicadamente que sentí mi corazón bombear como nunca - No me importa si no quieres ahora. Solo quiero que sepas una cosa Taehyung - se pegó a mi oído - Te amo, y no te pienso dejar.

En ese momento reaccioné mientras los colores se me subían al rostro. Finalmente lo que tanto añoré escuchar. Que Hoseok me amaba. Sin importarme lo que pudiera pasar correspondí el beso esta vez jugando con​ mi lengua, era la mejor batalla que habíamos tenido. Sus manos se deslizaron por mi espalda, sacó mi saco y comenzó a desfajar mi camiseta. Entre cada beso lujurioso metía sus manos por la orilla de mi pantalón tratando de tentar mi trasero, me encantaba.

A pasos rápidos me dirigió al escritorio y me tumbó en éste. Caí de modo que mis codos quedaron como apoyo, mis piernas abiertas y él entre estas. Lo veía mientras se quitaba su ropa quedando solo en interiores. Como una bestia tomó mi camisa del cuello y arrancó los botones dejando mi abdomen al aire. Estábamos cegados por la pasión y las hormonas. Volvió a mis labios devorando mi cuello y succionando mientras me sacaba los pantalones junto a mi ropa interior... Me sentí avergonzado.

- ¿Qué pasa pequeño? - cuestionó cuando cerré mis piernas impidiéndole tocarme... O verme.

- No... No quiero Hyung.

- ¿No quieres? ¿O te da vergüenza? - no respondí nada - Confía en mí. Me encanta tu cuerpo tal cual es. No necesito nada más.

Comencé a sentir un poco más de confianza. Separé mis piernas de poco a poco hasta que una sonrisa pervertida se formó en la cara de Hoseok, me encantó. Estaba erecto, y me dolía. Tomó mi miembro con firmeza provocándome sacar un fuerte jadeo y tirando mi cabeza hacia atrás. Sus bombeos eran muy rápidos y a rítmicos provocándome muchas sensaciones. Mantenía mi boca abierta sin dejar salir sonido alguno mientras comenzaba a sentir espasmos. En ese momento sentí como mi zona íntima era expandida por un dedo de Hoseok... Eran demasiado grandes.

- Ah, ah. - me queje mientras apreté su brazo impidiéndole mover sus dedos - Duele, saca, saca. - pedí con la voz algo chillona apretando los ojos. De verdad dolía.

- Shhh... En un momento te sentirás mejor.

Ingresó un dedo más y esta vez juro que lloré, mordí mi labio inferior con fuerza hasta hacerlo sangrar impidiendo que afuera se escucharan mis gemidos. Siguió moviendo sus dedos en mi interior lentamente hasta que en un dado momento tocó algo dentro de mí que hizo mi columna temblar. Mi punto.

- Tu pequeño punto - susurro con voz ronca, sacó sus dedos y los metió de golpe dando ahí nuevamente. Aferré mis uñas a sus brazos mientras me encorvaba de nuevo.

No aguantaría mucho más y Hoseok lo sabía. Sacó sus dedos y lo vi posicionarse entre mis piernas bajando sus pantalones. Mis mejillas estaban rojas y con los ojos cristalizados y algo de cansancio pude mirarle.

- Tae... Lo que menos quiero es lastimarte. Si...

- Mierda Hoseok, solo métela - interrumpí completamente cegado por Hímero. Y de una sola estocada​ me penetró.

Cubrí mi boca con mis dos manos mientras me retorcía en el escritorio por el dolor y el placer concentrados al mismo tiempo. Hoseok esperó unos segundos a que el dolor desapareciera. Poco a poco éste se fue, y Hobi comenzó a moverse lentamente, yo solamente sacaba pequeños jadeos agudos. Me excitaban más los gruñidos de Hoseok quien también estaba sumido en el placer.

- Mierda, Tae - se quejó - estás tan estrechó, me encantas. - se estiró un poco y volvió a besarme, definitivamente amaba sus besos.

- ah~ Ho...¡seok! - nuevamente mi punto. Aceleró la velocidad mientras me volvía loco en placer.

- Gime de nuevo mi nombre, Tae, hazlo para mí.

- Ho-Seok ah~ ah.. ¡ah! ¡Hoseok! Ya casi ah~

Tomó mi miembro y al mismo tiempo que me embestía comenzó a masturbarme, perdería la cabeza.

No hizo falta mucho tiempo para que me viniera y seguidamente Hoseok en mi interior. Sentir el calor de su esencia dentro de mí me puso la piel de gallina.

Me tomó entre sus brazos ayudándome a sentarme en el escritorio. Con la respiración agitada y mojados en sudor me ayudó a vestirme y luego él lo hizo por sí solo.

No me di cuenta de la hora y miré a Hoseok apenado. - ¿Y Jungkook?

- Fue a averiguar algo de Jimin. - sonrió malvado.

- ¡Ajá! ¡Sabías que Jungkook no estaría! - le hice un puchero y caminó a mí abrazándome y besando mi frente.

- Sí, lo sabía.

- ¿Qué seguirá? ¿Qué pasará ahora?

P.R.E.Y. (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora