4. Emergencia.

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Estuvimos unos cuantos minutos en ese mismo lugar, sin movernos, sólo podía sentir los sollozos de Cony. Estaba muy mal, no podía ni imaginar cuál era la magnitud de lo que estaba pasando pero sé que era algo realmente fuerte... Él era el tipo de personas que siempre estaba sonriendo, siempre buscaba el lado bueno de las cosas, para todo tenía un chiste, debo admitir que siempre me sacaba sonrisas aunque a veces quisiera matarlo y en ocasiones sintiera que lo odiaba por lo obstinante que podría ser.

Le di el tiempo necesario para que pudiera desahogarse, creo que sentía que conmigo podía llorar sin ser... ¿juzgado? Sí, quizás era eso. Pronto, fuí separando mi cuerpo de él, no quería mirarme, no quería que lo viera llorando en eso se parece demasiado a mí.
Pero debía hacerlo, necesitaba saber ¿por qué estaba en ese estado? ¿cuál era la causa?

Tomé su mentón con mi mano derecha y levanté su cara, miré sus ojos y podía ver tanta tristeza en ellos, no entendía nada, ¡Mierda! Quería saber qué era lo que le ocurría, él no había dicho ni una sola palabra luego de comentar algo referente a Carlos, volví la mirada hacia sus ojos, esta vez lloró de nuevo y limpié con mi pulgar las lágrimas que corrían por sus mejillas. Pregunté de nuevo.

—Tyrone, ¿QUÉ RAYOS ESTÁ PASANDO?

Ya estaba enojada, me sentía mal por verlo de esa forma pero me enojaba que no me respondiera, a pesar de saber que le faltaban las palabras. No me importaba sólo quería saber qué mierda estaba pasando.

Me miró y notó que de verdad me estaba molestando, así que no le quedó de otra que calmarse un poco y hablar...

—Ca-carlos tuvo un accidente automovilístico luego de dejarme en casa, Ángela (su mamá), me llamó hace aproximadamente diez minutos antes de que llegaras —decía entre sollozos—, no sé que hacer, no tengo mi auto para ir al hospital porque lo llevé al taller hace unos días. Necesito ir, necesito saber cómo está —Decía cada palabra con la voz entre cortada—. Su mamá dice que los doctores informaron que iba en muy mal estado, al parecer conducía muy rápido, atravesó una carretera y no se percató de que un semáforo estaba en rojo (lo que indicaba que debía detenerse). —Lágrimas seguían corriendo por su mejillas, no podía detenerlas—. Un autobús impactó contra su auto y éste le ocacionó el maldito accidente, me siento tan impotente... Aquí, sin poder hacer nada, no me quedó de otra que bajar y tratar de relajarme jugando en mi consola... ya sabes, me desestreza.

No me gustaba verlo así, pero ahora lo entiendo. En realidad, no tenía amigos, prefería quedarme en casa a leer, dormir y otras cosas que se hacen cuando estas en tu mundo (tu habitación). A veces me gustaría sentir el afecto que puede dar una persona que llamas “Amigo(a)” pero.. me daba miedo. No todas las personas que te encuentras en tu vida son buenas, debes saber a quién confiar tus secretos y hoy en día vivimos en un maldito mundo en donde importa más el interés que lo que sientes, donde el noventa por ciento de las personas más uno... nos van a fallar, herir, maltratar, decepcionar, siempre será lo mismo y yo tenía miedo de ser herida, eso me aterraba.

Suspiré, como si me hubiese desahogado por todas las cosas que llegaron a mi mente en ese momento. Es increíble las cosas que podemos pensar en tan sólo unos segundos.

Me levanté, fui a la mesa de madera en donde se encontraba la consola, tomé el control del segundo jugador, giré mi cuerpo quedando en frente de Cony y levanté el control en un movimiento lento con mi mano derecha, la mano izquierda la empuñe dejando por fuera sólo mi dedo índice lenvantado y la coloqué a la altura de mi pecho.

Él sólo me miró, me dedicó una sonrisa de boca cerrada y asintió. Él sabía lo que yo quería decir, lo estaba retando, solíamos hacer eso desde muy pequeños. Nos lo enseñó papá.
Desde entonces usamos eso cuando queremos jugar el uno con el otro o cuando simplemente buscamos escapar de algo que está pasando y necesitamos dejar el estrés sin decirle nada al otro, sólo... jugamos.

Visiblemente invisible. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora