30. Vereda del Lago.

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-Capítulo treinta-.

-Alison-.

∞∞∞

Estaba con Cesar y Tyrone llegando a mi casa, la tensión en la camioneta podría cortarse con tijeras, desde el principio le dije a Lyan que podría irme caminando con Cesar a lo que él se negó rotundamente.

¿Por qué tiene que ser así? En cierto punto me agrada mucho que se preocupe y cuide de mí pero por otro lado me molesta un poco que no confíe en mí.

Cuando llegamos Cesar se abaja de la camioneta y cuando voy a despedirme me toma del brazo.

—Confío en ti pequeña, pero no en él.

—Gracias Lyan, pero en serio, confía en mí.

—Ten cuidado con ese tipo, podría romperle la cara.

—Lo sé. Pero ralajate.

Me despido con un beso y Lyan me guiña un ojo lo que me hace sonreir.

Mamá estará hoy en casa por la visita.

Abro la puerta principal de mi casa.

—Pasa Cesar.

—Gracias Alison. —Pasamos y le indico que camine hasta la cocina porque vamos a almorzar, al entrar mamá está terminando de cocinar.

—Hola mami, te presento a Cesar. —Ella extiende la mano y él hace lo mismo.

—Mucho gusto señora. ¿Cómo está?

—Bien hijo. ¿Y tú?

—Bien. —Luego de eso nos sentamos a esperar la comida.

∞∞∞

Mientras estamos sentados en la sala de estar con varios cuadernos alrededor de nosotros, le envío a Lyan un WhatsApp porque es extraño que no me haya escrito.
Con Cesar estamos practicando algunos temas de vectores, matrices, calculos y otras cosas matematicas escenciales. Podría decir que Cesar no presta atención pero es todo lo contrario, atiende a lo que le digo y participa cuando hago preguntas. Es buena su compañia al estudiar.

Ya se hace de tarde y es hora que Cesar se vaya, hemos pasado mucho rato estudiando para dichos examenes y ambos estamos cansados.
Salgo a despedirlo y cuando estoy a punto de hacerlo, él de acerca para darme un beso en la mejilla pero justamente en ese momento va llegando Lyan y yo me quedo estatica, Cesar aprovecha y voltea la cara y por un momento sus labios rosaron los míos lo cual me produjo repulsión. Sin pensarlo dos veces le doy una bofetada y él sonríe. Me siento muy frustrada, aparte de todo. Lyan acaba de ver eso, estoy segura.

Cuando me percato ya Lyan viene caminando a nuestra dirección con tanta rápidez que falta un poco para que comience a trotar. Me interpongo en su camino porque sé lo que está destinado a hacer.

—Alison, quitate. —Sus orejas se enrojecen y los puños están tan apretados que se puede ver el blancusco de sus nudillos, nunca antes lo había visto tan molesto.

—Lyan, espera, puedo explicarte.

—Yo lo vi todo. —No me dio tiempo de reaccionar muy bien cuando Lyan estaba encima de Cesar dandole puñetazos.

—LYAAAN, SUELTALO. —No reaccionaba a mis palabras, es comos si fuese otra persona la que estuviera frente a mí.
Sin pensarlo, me abajé y como pude puse su cara entre mis manos... Cuando nuestras miradas se encontraron poco a poco se fue calmando y deteniendo sus golpes pero era tarde, Cesar ya tenía la cara destrozada.

Se levanta del suelo y va hasta la camioneta, la enviende de nuevo y se va. Yo le grito pero está muy molesto como para prestarme atención. Ayudo a Cesar a levantarse.

Visiblemente invisible. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora