21. La noticia.

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Capítulo veintiuno-

-Alison-

∞∞∞

Lyan continúa decorando el pastel, lo está haciendo tan bien como si fuese para una fiesta. Me alegra saber que se esmera por todo lo que hace aún sabiendo que el pastel es para mí y que no va a venderlo. Bueno, pensadolo desde un mejor punto de vista... Soy su novia ¿no? Se supone que tiene que sorprenderme. Aún no me creo que sea la novia de Lyan y que luego de conocerlo mi vida haya cambiado tanto... Y no me disgusta, al contrario, me alegra esto.

Salgo de la cocina y voy a a hablar un rato con mamá.

—Hola mami.

—Hola hija.

—¿Cómo pasaste la tarde? ¿cómo se comporta Lyan?

—Bien hija, ya sabes, atendiendo clientes. ¿Lyan? Bien, no tengo ninguna queja de él.

—Eso me alegra, cuando salgamos de aquí ¿puedo ir a acompañarlo a ver las residencias que quedan cerca de la casa? Ya sabes, ahí se va a quedar.

—Sí, puedes ir. Solo, no lleguen tan tarde y cuidense.

—Gracias mami, estoy esperando que termine el pastel y luego nos vamos.

Al terminar el pastel cierran la pastelería y nos vamos. Entre risas, enojos sin razón llegamos a la casa. Dejamos a mamá y continúo con Lyan hacia la residencia.

Lyan detiene la camioneta y yo miro hacia ambos lados para ver de cuál residencia se trata, se abaja y me indica que es la del lado derecho, es muy linda por el frente. No me imagino lo linda que será también por dentro.

Es un hermoso gesto de su parte venirse hasta una residencia para cuidarme, aunque por lo que veo también quiere librarse un poco de su casa. Ya sabes, su papá y esas cosas...

Entramos a la residencia y como lo había dicho, es súper linda en la parte de adentro, pequeña pero muy cálida. Me gusta el ambiente, vemos juntos el lugar el cual está constituida por dos cuartos; éstos conllevan una cama matrimonial a la derecha de la habitación, dos mesitas de noche a cada lado de ellas, el armario y el baño el cual es muy espacioso. Luego nos dirigimos a la sala de estar en donde se encuentran tres sofás, un televisor, y una mesita pequeña de madera que le da un aspecto hermoso al lugar.
La cocina sin duda alguna es un área en el cual te encantaría estar; los gabinetes a su alrededor, el refrigerador el cual lleva el mismo color de la cocina, los cuadros que le dan un toque realmente magnifico, un comedor para cuatro personas y el centro de mesa que tiene me encanta. También tiene un pequeño garaje el cual aún no observamos.

Realmente es perfecta y no queda tan lejos de casa, es lo que más me gusta.

—¿Qué te parece la residencia? —Me sorprende Lyan con su pregunta.

—No sé a ti, pero a mí me parece perfecta.

—A mí también, sobre todo la súper cocina que tiene. Aunque es pequeña, es muy cálida.

—Yo mirando las habitaciones para que duermas bien y tú mirando la cocina. ¡Ay no!

—Sabes que amo cocinar.

Le doy la espalda y continúo viendo los espacios tan agradables que tiene éste lugar, y sí, me imagino a Lyan viviendo aquí mientras mamá regresa, realmente confía demasiado en Lyan. Es que... son muchos años los cuales a trabajado Lyan con mamá, según lo que ella me contó, él llegó buscando trabajo y apenas tenía quince años. Era tan bueno que mamá luego de varias pruebas le dio trabajo, Hoy en día Lyan tiene veinte y se ve como si tuviese dieciséis. No sé por qué nunca le presté atención o quizás era porque casi nunca iba a la pastelería. Pero agradezco haberlo conocido, es sin duda una de las mejores personas que conozco.

Visiblemente invisible. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora