Visiblemente invisible. [COMPLETA]

29. No confíes en él pequeña, eres mía.

-Capítulo veintinueve-.

-Alison-.

∞∞∞

Al pasar dos días de mi cumpleaños decidí regresar a la preparatoria y de esa forma terminar de presentar mis exámenes finales. El día transcurrió muy bien, hablé con varias personas de mi salón que ni yo sabía de su existencia ni ellos de la mía. Como he dicho antes, yo aunque era visible al entorno seguía siendo invisible porque es como si no estuviera o no me notaran, seguía siendo Visiblemente Invisible.
Pero el día de hoy fue bueno, me ha agradado compartir con compañeros, despúes de todo no es tan malo como parece.
Respecto a mis exámenes finales, salí bien, dentro de tres días me tocaría presentar los últimos. Aunque podría seguir viniendo a clases no lo haré quizá tampoco venga a la fiesta de despedida porque una fiesta es lo que menos quiero en este momento. Cuando estoy a punto de salir de la preparatoria, me encuentro en la puerta de la salida y veo la camioneta de mamá esperandome. Sencillamente Lyan no va a dejarme caminar. Alguien toca mi brazo, yo frunzo el ceño y dirijo mi vista hasta la persona, es un chico bastante atractivo, creo que él está en mi salón pero no lo recuerdo mucho.

—¿Disculpa? —Hablo primero que él.

—Lo siento Alison, mucho gusto mi nombre es Cesar, estamos en el mismo salón, quería preguntarte si quieres acompañarme por un helado esta tarde. —¿Qué? ¿Me está citando?

—Yo... lo siento. Bueno... ¿Qué esperas de esta ¿cita?

—No, no espero nada como tal pero me gustaría conocerte mejor.

—Tengo novio, no creo que sea lo apropiado aceptar, lo siento.

—No tranquila. —Se despide de mí y yo camino hasta la camioneta.

Entro en ella y el perfume de Lyan entra a mis fosas nasales.

—Hola Ratón.

—Hola. —¿Qué? ¿Qué le pasa?

—¿Qué tienes?

—¿Qué quería ese tipo? —Ja. Celoso el niño.

—Es un compañero de mi clase, me invitó a salir y yo le dije que no podía porque tenía novio. —Lyan sonríe.

—Hola pequeña. —Se acerca, me da un beso corto y comenzamos el camino a mi casa.

∞∞∞

Cuando llego a casa me baño y voy a la cocina en donde está mamá preparando la comida.

—Hola mami, ¿no fuiste a la pastelería hoy?

—Sí hija pero cuando Lyan te fue a buscar le dije que me trajera, estaba cansada. Creo que debemos buscar a alguien que se encargue de la caja cuando yo esté en Colombia.

—Mamá, yo puedo encargarme de eso junto con Lyan, además si ustedes viajan la semana entrante yo me puedo quedar con Mathías porque en tres días presento los exámenes finales. Tú me muestras los libros y todo lo que debo saber y yo me encargo.

—Me parece una buena idea hija, además si no me llevo a Mathi es mucho mejor.

—Entonces es lo que haremos.

Me dirijo a mi cuarto, anoche estuve hablando con Tyrone, la pansita de Anaid está creciendo y eso lo tiene muy feliz al igual que a mí y a mamá. Estamos muy emocionados con que un integrante  nuevo entre a la familia.

Recuerdo nuestra infancia, de lunes a viernes podría ser rutina a menos que fuese en las noches en los cuales comíamos todos en la mesa la cena y hablabamos acerca de nuestro día. Los domingos solía cocinar papá y era algo que realmente me encantaba. Él estaría tan feliz con la noticia de que va a ser abuelo.
Pero bueno, cada día lo extraño y quiero más y sé que desde donde quiera que esté nos está cuidando.
Todo pasa por alguna razón. Algún día nos encontrarenos papá y te diré tantas cosas que te has perdido de mi crecimiento.
El tiempo se me pasó volando, ya son las cinco de la tarde.