—Él se ofreció a ayudarte—comento entregando un horario—; esta tarde yo iré a las prácticas en Lyon, allí tienes la dirección y el horario.
Miro la fina caligrafía, sin dudas era de su profesor de historia, lengua extranjera y geografía.
Además de tomar más turnos de clases, lo tendría como tutor.
¿La mala suerte lo estaba siguiendo?
—Deberé usar un lenguaje especial para que me entienda—murmuró el pelinegro.
Estaba en la biblioteca buscando un libro en especial para poder dirigirse con mayor facilidad a su nuevo alumno y casi hijastro.
—Este debe servir—comento agarrando un libro colorido.
Miro las hojas, todas las palabras eran muy simples y para nada complejas.
—De seguro entenderá, ella comento que ni sabía usar la calculadora—murmuró mirando el libro.
Las imágenes eran muy patéticas, él acostumbrada a dar a personas mayores y maduras las clases, por lo que era más fácil expresarse.
—Aprendiendo a sumar—murmuró suspirando.
¿Qué estaba haciendo con su vida? El amor lo hacía hacer cosas que nunca se había visto ni planeado para el futuro.
Agarro varios libros parecidos, uno de cuentos, otro de actividades y demás.
Camino hacia la vieja señora que atendía el lugar, además de babear el dedo de tanto hacer callar a los jóvenes que hablaban o tecleaban con el celular, era muy amorosa.
—Levi, ¿Ya tienes un hijo? —murmuró mirando los libros.
Eran todos infantiles y para colmo, él era uno de los clientes habituales.
—Algo así—murmuró entregando su tarjeta de socio.
—Ya has crecido, todavía recuerdo cuando venias a leer para poder entrar a la primaria—comento sonriente.
Al ser de sociedad baja, le era imposible poder entrar a alguna primaria, por lo tanto, con la condición de entrar y estudiar el director de dicho establecimiento le propuso hacer un examen para poder incluirlo.
—Tsk, esa gente era superficial—murmuró con asco.
Siempre en los recesos lo veían como si fuera la escoria, por sus pantalones rasgados y sucios; con su remera agujereada y su pelo largo.
En esos tiempos deseaba un mundo limpio, donde no hubiera gérmenes rondando o polvo donde duermes.
—Ahora mírate, todo un hombre y con una pequeña bendición—comento sonriente.
La señora paso la tarjeta para luego anotar los libros que se llevaba.
—Señora Springer, ¿Usted cree que sea buen padre? —pregunto el pelinegro.
Esa señora lo conocía desde pequeño, siempre lo veía entrar e irse a las estanterías de cuentos infantiles e ir pasando a otros libros.
—Claro que sí, eres un hombre responsable y tendrás un buen futuro—comento entregando los libros en una bolsa.
Sonrió leve para agradecer e irse del lugar.
¿Él con un hijo? No se imaginaba siendo padre, pero si lo fuera, sería el hombre más feliz.
—Armin, ¿Tú crees que el karma hizo esto? —pregunto el castaño.
Ambos estaban en shopping para comer las habituales hamburguesas.
— ¿Qué tiene que ver el karma? —pregunto comiendo su alimento.
—Que Ackerman sea mi profesor da miedo—murmuró con un dedo en su mentón.
Y si ¿El karma viene por qué se robó un chicle? Él lo uso para una buena causa, no iba a hablarle a Sasha con olor a patatas fritas en la boca.
Suspiro para comer su hamburguesa, estaba muy pensativo en ese momento que no se dio cuenta que su amigo ya había terminado.
—Vamos Eren, hoy quizás salgamos temprano—comento Armin con una sonrisa.
—Pero yo tendré que ir a la casa de mi profesor—murmuró desganado.
— ¿Empiezas ya las clases? —pregunto el rubio confundido.
El contrario asintió triste, comía a grande bocados su alimento. Estaba depresivo, recibiría más regañadas que la de su madre, rogaba para que su tutor no tenga una especie de chancla.
—Te ira bien—comento Armin con una sonrisa—; tu madre no te pondrá con cualquier tutor, si lo eligió a él, será por lo bueno que es dando clases.
Oh quizás porque sea su novio, el rubio suspiro mirando a otro lado.
—Eso espero—murmuró tomando la gaseosa—; ¡Andando!
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Coincidence of destiny ❥ʀɪᴠᴀᴍɪᴋᴀ
Fanfiction❤┇DESTINY┇ ❝¿Podrán guardar su secreto por más tiempo?❞ ▬▬x▬▬▬▬▬▬▬▬▬x▬▬ ❁Historia de •Levi y Mikasa Ackerman• ❁Prohibida copia y/o adaptación. ❁Por editar.