Coincidence of destiny ❥ʀɪᴠᴀᴍɪᴋᴀ

🍸ᴄᴀρɪᴛᴜʟᴏ 27🍸

— ¡Si lo hiciste! —exclamó apretando sus puños.

— ¿Qué quieres que haga? —murmuró.

Ella no quería que él la odiara, era lo que menos quería en el mundo, que su bebé no la quisiera.

—Termina con él —murmuró mirando el suelo. El egoísmo hablaba en el pequeño—. Termina con él y no quiero que lo veas Mikasa—ordenó mirándola fija.

Esta misma sin pensar asintió, no sabía que cometía un gran error.

Su hijo la abrazo fuerte para volver a llorar.

—Mamá...

—Muéstrame el video—murmuró su rubio amigo con el ceño fruncido.

¿Era cierto lo que había escuchado? ¿Ahora se le dignaba a contarle?

—Ten—comento Eren entregando su aparato móvil.

El rubio busco en la galería aquel video, lo miro tres veces, pero en la cuarta lo paro en una escena específica.

Lo volteo para mostrarle a su amigo.

— ¿Qué vez allí? —pregunto acomodando sus lentes.

—Mi maestro aprovechándose de mi madre—murmuró asqueado.

—No, ¿Qué vez allí? —pregunto nuevamente.

El castaño no lo entendía, ¿Ah qué quería llegar?

—Ve al grano—comento luego de ver aquella imagen varios minutos.

—La sonrisa de tu madre y el profesor—comento señalando aquellos rostros, que era lo único que salía bien en todo el video como coincidencia—; ¿No vez que son felices?

Eren frunció el ceño para pararse amenazante de la mesa donde estaban sentados.

—Creí que estabas de mi lado.

—Siéntate Jaeger—comento una mujer rubia.

El nombrado se sentó con el ceño fruncido.

—Les traje chocolatada —comento poniendo las tazas frente a ambos amigos que se miraban fijamente.

—Gracias mamá—comento su hijo sin apartar la mirada amenazante de su amigo.

—Gracias señora Annie—comento haciendo lo mismo, pero un golpe hizo que hable de nuevo—; digo, gracias señorita Annie.

—Así está mejor—comento volviendo a la cocina.

—Arruinaste una relación feliz, tu madre era más feliz ahora que con Jean—comento Armin.

—No te metas en la relación de mis padres—dijo tomando aquella bebida que eran de los dioses.

—Nunca lo he hecho, pero ahora es necesario—dijo el de anteojos para tomar su bebida—; necesitas dejar de ser orgulloso y luchar por la felicidad de tu madre.

El rubio lamentablemente tenía razón, quizás... ¡No!

—No quiero—negó con un puchero, para así girar su rostro a otro lado.

—Actúas como un bebe Eren—dijo el contrario.

Miraba el bigote de leche tenía sobre sus labios. Realmente sería difícil conquistar a Sasha si sigue así.

—Ella ya lo dejo hace añares—comento el contrario alzando los hombros.

—Un mes Eren, y nunca es tarde para cambiarlo—comento tomando la bebida.

¿Cambiar? Aunque quizás tenga razón, su madre no sonreía, siempre estaba con ojeras u acostada en la cama donde dormía ella y su padre, además habían tenido muchas clases libres, por lo que pasaban menos tiempo en el colegio.

— ¿Qué quieres que haga? —pregunto desganado.

—Ella ama al profesor Ackerman, y él a ella—comento sonriente—; llega su cumple y quizás si él aparece...

— ¿Tú dices? —pregunto rascando su barbilla.

Ayudaría en el plan, pero no tendría cara para ir a hablar con su profesor.

—Haremos lo siguiente—comento para agarrar un papel y anotar.

Un rubio robusto tocaba exageradamente la puerta del departamento del profesor.

—Acá tengo la llave—dijo un hombre alto.

Este mismo llegaba desde las escaleras para acercarse a la puerta.

—Espero que este bien Mike—murmuró con preocupación el contrario.

—Tranquilo—comento abriendo la puerta.

Adentro se encontraba todo desordenado, los ataques de rabia de su ex pequeño y todavía amigo eran horribles.

Ambos hombres caminaron hacia la habitación, donde aquel sujeto que no había aparecido en días, estaba.