🍸ᴄᴀρɪᴛᴜʟᴏ 24🍸

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—Sí, mi mamá lo cocinaba cuando estaba bien con mi padre—comento apoyándose en la pared.

El pelinegro bajo la mirada, no quería preguntar pero la duda lo carcomía.

— ¿No te gustaría un hermano? —preguntó, mirando la hora del pequeño reloj que colgaba sobre el marco de la puerta.

— ¿Hermano? —Pregunto, para luego rascar su mejilla—. Me gustaría uno, pero mis padres ya no están juntos.

—Pero aunque no estuvieran juntos, ¿No te gustaría uno? Aunque sea de la otra pareja de tus padres—murmuró poniendo las cebollas caramelizadas en el agua.

Aquella duda dejaba pensando al menor, pero como no le tomo importancia respondió.

—No, aunque quizás mi padre ya tenga otra novia o no se—comento mirando sus manos con guantes sin dedos—; él tiene una secretaria desde hace mucho, y me trata como su hijo, así que supongo que no tendría problema si es de ella o eso creo.

Levi apretó la cuchara de palo al escuchar eso, ¿Hitch lo trataba como hijo mientras estaba con él? Y peor, sacándole el lugar como madre a Mikasa.

— ¿Me alcanzas el pan? Está en aquel armario blanco.

Trato de cambiar de tema, aquello todavía le dolía pero no por su ex, si no por su novia.

—Está bien—comento buscando donde él había dicho.

Agarro el pan y se lo paso a su profesor.

—Profesor, ¿Usted fue al ejército? —decidió preguntar.

—Así es, allí aprendí español—comento colocando pequeños trozos del pan a la sopa.

— ¿Es lindo allá? —pregunto rascando su nuca.

Era la primera vez que entabla una conversación normal con su profesor.

—Así es—comento apagando la llama de la hornalla.

La cena había pasado tranquila, el castaño contaba sus aventuras y actividades diarias, hasta las novelas que veía y sin olvidar de No Name

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La cena había pasado tranquila, el castaño contaba sus aventuras y actividades diarias, hasta las novelas que veía y sin olvidar de No Name.

Levi se mantenía callado escuchando atentamente aquellas anécdotas, nunca había podido socializar con algún alumno, al menos que sean mayores. Pero se percató de un problema, el pequeño Eren no era escuchado en la familia, es decir, tenía ausente a sus padres, sin contar que sentía un leve rechazo hacia su madre; por lo tanto no tenía a algún mayor que le diera consejos o ayuda en las materias.

—Recuerdo que un día fui al campamento de verano en primaria—comento pensativo, había cenado tres platos de sopa.

— ¿Y qué hiciste? —pregunto sirviendo agua fresca a su alumno.

—Tenía un compañero que me molestaba—comento tomando la bebida.

— ¿Y no le contaste a los profesores o a tus padres? —pregunto alzando la ceja.

El pequeño negó rascando su mejilla para dejar el cristal en la mesa.

—No suelo contar eso, mi madre estaría como loca y mi padre simplemente me diría que no me acerque a ellos.

Alzó los hombros aburrido, su vida diaria constaba de ver a sus padres a la noche, aunque muchas veces no aparezcan.

—Ahora en adelante cuéntame a mí—ordeno tomando su bebida.

Eren abrió los ojos por la sorpresa, ¿Su profesor quería defenderlo? ¿Qué mosca le pico?

— ¿Por? —pregunto nervioso.

Quizás quería motivos para regañarlo, no era un chico que se metía a las peleas o estaba en el grupo de los "machos pechos peludos o pelados que se respetan", él solo era... Eren.

—En la secundaria me había pasado—comento aburrido—; siempre hay esos matones que quieren hacerse los fuertes.

Todos le tenían miedo al profesor Ackerman, por lo tanto tenia ventaja en el hecho.

— ¡Genial! —Exclamó, pero luego carraspeó para mejorar la oración—; digo gracias.

Levi despeino la cabeza del pequeño para así levantar los platos.

—Ve a la habitación con puerta de madera negra—ordeno—; allí puedes instalarte, te dejare algo de ropa.

El contrario asintió para agradecer la comida e ir al pasillo, habían tres puertas, la del fondo era de madera clara, la que estaba al frente de la negra había una gran puerta, pero esta misma era corrediza.

El pelinegro se mantenía lavando la vajilla, extrañaba los besos y abrazos de su chica con orbes grises

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El pelinegro se mantenía lavando la vajilla, extrañaba los besos y abrazos de su chica con orbes grises. Quería escuchar su voz, pero primero tenía que acostar a su "hijastro" o alumno.

— ¿Desde cuándo me pongo nervioso? —murmuró para él mismo.

Era la primera vez que se ponía así, aunque la cuestión era agradarle a Eren, para así poner más feliz a Mikasa y ganarse quién sabe, alguna noche movida.

Cerró el grifo al terminar para secarse con el delantal de cocina las manos. Tenía ropa que usaba en la secundaria, sin comentar que tenía el traje de No Name guardado.

Camino hacia su habitación, la cual estaba casi siendo abierta por un pequeño curioso.

Coincidence of destiny ❥ʀɪᴠᴀᴍɪᴋᴀ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora