11 | Todo para mí

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Primera parte del último recuerdo.

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ISABELA

—¿Sabes? Estuve hablando con Chloe — alcé una ceja. —. ¿Qué?

—¿Por qué?

—¿Cómo que por qué? Para sacarle información.

—¿Y para qué queremos información? Hace meses nos graduamos, esa gente ya no nos tiene que interesar, Stella — dije antes de dejar de mirarla para seguir escribiendo.

Estábamos en las mesas de la cafetería, afuera del edificio de leyes pues Stella me había pedido que fuera a pasar el pequeño receso con ella y ponernos al tanto de cosas sin sentido.

—Dice que se fue a Seattle.

—Que bien...

—Y que ha hablado con Thomas — detuve mis movimientos. Fijé mi mirada en ella y no vi ningún rastro de broma. —. ¿Crees que sea verdad?

No lo sabía, y tampoco quería pensar que era cierto. Ella estaba allá y Thomas y yo aquí, no podría hacer nada estando a miles de kilómetros de nosotros.

—No importa — suspiré. —. ¿Qué es lo peor que puede hacer?

—Comer mierda creyendo que es chocolate.

—¡Eres una cerda! — le tiré el corrector y ella soltó carcajada.

—Señoritas — ambas alzamos la mirada encontrándonos con Dave y Rick.

—Hola — saludé. Ambos se sentaron en nuestra mesa y por el rabillo del ojo pude ver como Rick le sonreía a Stella con cierta pizca de emoción que no tenía conmigo o con cualquier otra chica con la que lo había visto.

Dave también se percató y me dedicó una sonrisa de complicidad.

—¿No se supone que están en clase? — preguntó Stella, más para Rick que para todos.

—Cambio de clase — respondió el chico a su lado, viéndola detenidamente y con una pequeña sonrisilla en los labios. Sonreí, negando con la cabeza.

Stella se removió algo incómoda, se fijó en su teléfono y se levantó de golpe. Su reacción nos asombró a todos en la mesa.

—Oh, cambio de clase. Claro, debo irme, lo siento, chicos. Nos vemos luego, tal vez — alzó los hombros, agarró sus cosas y se marchó con rapidez.

Rick siguió el camino de mi amiga con la mirada y cuando no pudo verla más, se giró hacia nosotros soltando un bufido.

—¿Siempre es así? — negué, porque esa era la verdad. Stella jamás actuaba así con los chicos, solía ser muy platicadora y bromista. —. ¿Sabes si me odia o algo?

—Stella odia a todo el mundo — comentó Dave. —. Si no la odia a ella es porque en realidad tiene que caerle muy bien — me señaló con los labios.

—No lo entiendo.

—No trates de hacerlo — sugerí, dejando a un lado mi trabajo y enfocándolos a ambos. —. Se le pasará lo que sea que tenga con el tiempo.

Quizás anda con Andrés...

Pero, ¿entonces anda con Andrés desde que conoció a Rick? Porque fue desde ese entonces que ella se comporta así con él.

Rick era un muchacho que compartía unas clases con Thomas y era miembro del equipo de fútbol, eso nos llevó a conocerlo y darme cuenta de que los jóvenes de la universidad no se parecen en nada con cuando están en la secundaria. En cierta forma, maduran, y eso los hace raramente atractivos. Thomas nos lo presentó un mes después de entrar y desde entonces hablamos y no llevamos con él.

Recuerda no olvidarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora