Recuerdo extra + nota ♡

617 47 12
                                    

Por favor, lean la nota al final del recuerdo. Gracias :)

°  °

Isabela Argent

Dormir en una cama que no fuese la mía jamás se había sentido tan bien. Tampoco dormir sobre el pecho de alguien, realmente su piel era cálida y no quería separarme ni un poco. Mis párpados estaban pesados, quizás por la hora a la que nos dormimos y mi respiración al igual que la suya era muy pesada.

Estaba profundamente dormida cuando sus dedos empezaron a hacer cosquillas en mi espalda baja. Me removí al instante y abrí los párpados sin pensarlo.

—Buenos días —dijo Thomas con una voz adormilada que me encantó los oídos—. Lo siento, no quise despertarte, fue un impulso. Me gusta acariciarte...

Una de mis comisuras se alzó a medida que mis ojos se adaptaban a la claridad de su habitación.

No, no habíamos tenido sexo, solo pasamos una noche completa absolutamente solos, viendo varias películas de varios géneros, comiendo helado y frituras, besándonos y compartiendo ligeras caricias el uno con el otro hasta que finalmente terminamos yéndonos a la cama para jugar un rato con miles de besos tiernos, otros atrevidos y apasionantes y conversaciones largas.

Una sencilla cita en su departamento. No podía quejarme, nunca me aburría estando con él.

—Hola —respondí somnolienta.

Sus ojos avellanados se achicaron debido a la sonrisa que sus labios esbozaron.

—Duermes como un bebé inquieto.

—¿En serio? —tallé mis ojos con mi mano por unos segundos. Thomas asintió.

—Pero debería de ir preparándome, ¿no?

Fruncí el entrecejo con una leve sonrisa. Acomodé mi mejilla sobre su pecho.

—¿Por qué?

—Porque obviamente tendremos bebés en un futuro.

Oh, alto ahí vaquero. Detén tu vaca, cerdo, caballo, unicornio, lo que sea.

—¿Por qué tan seguro?

—¿Acaso no quieres? —soltó un bostezo. Alcé la mirada y la enfoqué en él, sus ojos me observaron bien abiertos y miré por un segundo su cabello revuelto tentándome a acariciarlo.

—Sabes cuál es mi respuesta.

—No, Isabela, no se puede parir sin dolor. De alguna u otra manera siempre te va a doler.

—Entonces esperaremos a que se retroceda el tiempo y Eva no peque para que así no exista el parir con dolor y todos felices, ¿qué dices? —bromeé levantándome un poco para observar su rostro de recién levantado.

Thomas rió y negó con la cabeza, sus manos se enrollaron en mis caderas y me alzó para sentarme sobre él, mis dos piernas a sus costados. Vislumbré y saboreé con la mirada todo su espléndido torso desnudo ante mí. Sus lunares lucían tan tocables y besables mientras que sus pectorales me llamaban a gritos.

Necesito ayuda.

—Al primero le pondremos Nemo. Y a la niña Dory.

—Eres pésimo eligiendo nombres, ¿lo sabías? —le miré burlona, inclinándome y colocando mi cabeza en su pecho. Ahogué un bostezo—. Por Dios, he dormido excelente, no pensar en la universidad, no tareas, no trabajo, no presión... Nada.

—Creéme que yo igual—una de sus manos viajó a mi cabello enredado y lo sobó—. Amo dormir contigo.

—Yo amo simplemente estar contigo.

Recuerda no olvidarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora