01 | Thomas

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Recuerdo 01: Thomas

El lipstick se movía sobre mis labios mientras cerraba los ojos deleitándome con la música de piano que sonaba de fondo. Divenire de Ludovico Einaudi nunca era una mala opción.

Cuando Stella finalizó de pintar mis labios de un impactante color rojo, me observé en el espejo, inspeccionando mi rostro una y otra vez. Tenía el cabello cayendo por mis hombros, mi vestido negro ajustando mi cuerpo y las uñas pintadas de un esmalte transparente.

—Dios, te envidio. Te ves tan genial, Bela — fruncí los labios no muy convencida de lo que Stella estaba diciéndome. Ella vió mi reacción y se cruzó de brazos. —. No... no me digas que no te gusta porque voy a matarte.

—Stella.

—Nop, cierra la boca — solté un suspiro. —. Es mi cumpleaños, dejame verte así por una noche — se acercó a mí y puso sus manos en las mías. —. Por favor — hizo puchero.

Observé sus verdes ojos mirarme con súplica. Stella me rogaba con la mirada que le dijera que si, pero yo aún no sabía si ceder. Sin embargo, como buena mejor amiga...

—Está bien.

—¡Si! — se dejó caer en la cama e hizo unas raras volteretas como niña inmadura. Cuando se detuvo, acomodó mi cabello y habló. —. Muero por ver como de pronto atraerás a todos los tíos — abrí los párpados con sorpresa. Stella se puso de pie y comenzó a alistarse.

Unos toques en la puerta lograron distraerme, esta se abrió sin siquiera esperar una respuesta, dejando ver a un Jaden muy arreglado y bastante apuesto, poniendo mis pelos de punta y mis manos a sudar. Se veía guapísimo.

—¡Jaden! — gritó Stella con entusiasmo.

Yo me quedé hipnotizada por la belleza del amigo de Stella, bueno, también era como mi amigo pero era más de Stella, ya que gracias a mis nervios y a mi amor platónico por ese chico, me impedía a mí misma hablar tan seriamente con él.

Lo había conocido desde que entré a la secundaria y con el tiempo me fue gustando más y más, sus cabellos castaños, ojos cafés, su hermosa sonrisa y su increíble porte me encantaban. Tuve esperanzas de que talvez podía gustarle, jamás se lo conté a Stella porque sabía que ella intentaría acercarme a él y no iba a poder tener tanto valor para hablarle así que mejor me lo guardé a mí misma. Jaden se juntaba bastante con nosotras, aveces nos dábamos miradas de reojo tan espontáneas que me hacían estremecer. Se sentaba a mi lado en clases, era un chico muy conocido por todos, y adorado por toda la población femenina. Mis esperanzas seguían, su comportamiento conmigo las mantenían, pero rápidamente fueron rotas cuando una vez, en casa de Stella hubo una reunión, y Jaden llegó abrazado de una chica muy bonita y de buen cuerpo a la cual estuvo besando casi toda la noche en mi cara mientras sentía mi corazón siendo pisoteado.

Si, era su novia.

Lo peor de todo llegó cuando los ví meterse en una de las habitaciones, claras eran sus intenciones.

Desperté de esos dolorosos recuerdos al sentir la calidez de unas manos sobre las mías. Alcé la mirada y me vi obligada a sonreír.

—Hola — me saludó Jaden, sonriendome devuelta.

—Hola — aparté un poco su mano de la mía, no me gustaba tener ni un poco de contacto físico con él sabiendo lo problemática que era su novia.

Jaden lo notó y me vió un poco confuso, aún así, lo ignoró por completo.

—Te ves hermosa.

Recuerda no olvidarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora