5.- Una idea

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¿Tocarla? ¿Qué rayos?

- Ok... - respondí- como quieras.
- Podemos partir mañana en la mañana.
- Me parece, vamos en tren... compraré los pasajes mañana.
- No quiero que gastes dinero en mi.
- No me interesa, solo vamos.

Al ver que no podría transar conmigo solo camino rumbo hacia la casa. Al llegar, le dije que podía dormir en mi habitación y yo en el sofá pero se negó rotundamente.

- No quiero seguir aceptando tantas cosas, no tengo cómo pagártelo y tampoco pienso hacerlo.

Esta niña me sacaba de quicio.

- ¡No te pido nada a cambio!- exclamé
- Lo siento, pero me sigo negando.
- Eres una niña.- dije entre dientes

La discusión no llego a nada y al final logró salirse con la suya.

A la mañana siguiente abordamos el primer tren a Guta.

- Nos darán el desayuno aquí ¿quieres pedir algo en particular- Le pregunté mientras veía la pantalla con el menú de desayunos
- Me da igual.- fue su respuesta mientras miraba todo con indiferencia por la ventana

Odiaba esa actitud suya.

- Oye niña ¿cómo es eso que te da igual? Elige algo y ya.
- Lo mismo que tú.
- ¿Y si no te gusta?

Seguía con la mirada en la ventana.

- No te preocupes por eso.- fue todo lo que dijo

Entorné los ojos y resoplé frustrado.

- ¿Cuántas horas de viaje son?- fue lo único que preguntó mirándome a la cara
- Ahm dos horas y media.
- Ok.

Volvió la vista al exterior ignorándome por completo.

Ha pasado una hora y no hemos hablado nada, definitivamente este viaje es aburrido. ¿Por qué se supone que la estoy ayudando? Es una chiquilla pesada, fría e indiferente. En ese momento recordé a alguien muy diferente a ella, Gon. Con él todo sería distinto, divertido y al menos vendría parloteando todo el viaje.

No veo a Gon hace años, rara vez mantenemos el contacto pero no hemos podido reunirnos.

De pronto la chica se paró de la nada.

- Hey, ¿a dónde vas?
- Al baño.

Suspiré aburrido.

****

Lavaba mis manos y me mojaba la cara una y otra vez para mirarme en el espejo. Veía escurrir el agua por mi piel pero no lograba sentirla, no sabía si estaba fría o caliente, ni podía sentir la gota que recorría de mi mejilla al mentón.

¿Debería decirle esto a Killua? ¿Será importante?

Mientras me secaba me quede mirando mi brazo con el tatuaje del número.

¿Debería contarte quién me lo hizo?

A pesar de que recuerdo solo a un hombre de bata blanca creo que cualquier detalle es importante.

Me quedé mirando mi reflejo mientras me repetía una y otra vez ¿quién soy?

A ver... repasemos: soy cazadora, mi nombre es 1001 y no puedo sentir.

Nada tiene sentido.

Salí del baño tratando de pensar en algo que pudiera recordar. ¿Dónde podría encontrar alguna pis-

¡Eso es! ¿Cómo no lo había pensado antes?

****

Me sorprendí cuando note que ella llego rápidamente como si algo sucediera.

- ¡Ya sé dónde buscar!- dijo- cuando estemos en la ciudad busquemos una computadora y si tienes tu licencia podemos entrar al sitio de los cazadores... hay información de todo allí.

¡Cierto, lo había olvidado!

- Es una buena idea.- dije- podemos empezar por ahí.

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