30.- Sensibilidad

117 14 2
                                    

Gon y Kuro se habían ido juntos al festival. ¿Qué debería hacer?

No lo pensé mucho, algo me decía que debía seguirlos.

***

- ¡Whoaah!

Estaba realmente impactada por lo hermoso de todo. Habían juegos, comida, mascaras y todo era muy colorido con las luces.

- Todo se ve genial.- comentó Gon- demos una vuelta por el lugar.
- ¡Ok!

Mis ojos iban de acá para allá, no quería perderme de ningún detalle porque todo era maravilloso. Habían muchas personas con sus familias, amigos, novios, incluso traían a sus mascotas.

***

Los había perdido de vista y con tanta gente no sabía dónde estaban.

***

Por una calle comenzó a pasar un desfile con diferentes carros en forma de animales, había una música muy buena que hacia bailar a varios.

No quería olvidar esta experiencia jamás. Giraba para grabar todo en mi mente cuando de pronto me fije en una niña de cabello rubio y corto. Sentía que la conocía y sin darme cuenta solo corrí tras ella, esta era muy rápida, iba de un lugar a otro hasta que se adentró en los bosques que rodean la ciudad, la seguía lo más rápido que podía, de repente lograba oír su risa traviesa. Cuando la perdí totalmente me encontraba frente a un lago no muy grande.
***

Cuando logré encontrar a Gon, este parecía preocupado mirando de un lado a otro.

- Gon ¿Qué sucede? ¿Y Kuro?
- La perdí... hace un instante que estaba conmigo.
- Separemonos para buscarla.

***

¿Cómo fue que la perdí? ¿Me habré confundido? ¿Y si solo mi imaginación me jugo una mala pasada?

Cuando vi hacía atrás recién noté que estaba pérdida y un poco alejada de la gente que estaba en el festival, había olvidado por completo a Gon y de seguro ahora se preocupará. En eso, sentí un golpe de frío en mi rostro.

Un momento ¡estaba sintiendo otra vez!

Froté mis manos en los brazos logrando sentir mi piel, esto me provocó escalofríos. Caí de rodillas al suelo mientras tocaba el césped, luego gatee rápidamente hasta el lago y toque el agua que estaba fría. Me puse de pie y corrí hasta el árbol más cercano para tocar su tronco. Todas estas texturas eran maravillosas y me las había estaba perdiendo.

Me acosté en el suelo mientras reía y movía los brazos sintiendo el pasto en mi piel.

***

Algo lejos de la gente y dentro del bosque que estaba cerca, logré oír una risa, esa voz era conocida y no dude en seguirla. Llegué rápidamente y no me había equivocado, Kuro era la que se encontraba allí y para mi sorpresa se encontraba muy feliz.

- ¿Kuro?

De un salto se sentó y vi el brillo de felicidad en sus ojos.

- ¡Killua! - se acercó lo más rápido a mi y comenzó a acariciar mi rostro y luego mi cabello- whoah, Killua eres muy suave.

Algo avergonzado tome sus manos para que se detuviera.

- Kuro, estas invadiendo mi espacio personal.

Esta solo sonrió y dio un paso atrás.

- Recupere la sensibilidad.- dijo con alegría- habían muchas cosas que no sabía como eran... el frío, lo suave, lo áspero, lo húmedo... - enumeraba todo con la emoción de una niña pequeña que parecía recién estar conociendo el mundo con total inocencia
- Me alegro por ti, pero debemos irnos...

Touch me Donde viven las historias. Descúbrelo ahora