40.- Mujer en vez de amigos

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La cadena no se movió ni un poco frente a mí.

- ¿Qué?- al parecer no era lo que esperaba Kurapika
- ¿Ya puedes soltarme?
- Pero...
- ¿Acaso creías que Yuiko había hechizado o algo a Killua?
- No puede ser... - al parecer estaba frustrado- entonces solo eres un idiota enamorado.
- ¿Puedes ya parar con todo esto?- le reclamé- Yui no me ha hecho nada.
- No importa, ella es sospechosa de todas maneras y no puedo evitar que me moleste que no te des cuenta.
- ¿Puedes dejar tu paranoia? Yuiko esta bien, esta conmigo y no me importa nada más.
- Eso es lo que no te permite ver... solo conocí a esa chica unos días y estoy 100% de que la persona que esta con Gon en casa no es Yuiko.- soltó con total firmeza
- ¡O-Oye!- A Leorio le daba vuelta la cabeza con lo que había oído- pero si es cierto ¿no es malo que esté sola con Gon?
- No creo que este en sus objetivos matarnos... no puedo dejar de pensar qué es lo que quiere fingiendo ser Yuiko.
- ¡Ya basta!- grité- suéltame- las cadenas desaparecieron, moví mis brazos mientras los sentía incómodos por haber estado muy atados- no estoy para seguir oyendo tus teorías, no tienes ninguna prueba.
- Killua, tú la conoces desde hace años... es cierto que eres el único que puede comprobar que no es ella... haz la prueba.- Kurapika se acerca un poco más a mi- deja tu ceguera un momento y mírala bien, hazle preguntas... así te darás cuenta de que no es ella.
- No tengo que comprobar nada.- solté aburrido
- Estoy seguro de que también sospechas pero estas tratando de callar esa voz en tu cabeza. Me decepcionas mucho, siempre haz sido frío, calculador... alguien muy inteligente y difícil de engañar y ahora-
- Quiero que se vayan hoy.- dije harto con un tono que fue muy cortante
- A-aah... Killua - Leorio no parecía saber qué hacer mientras una fría brisa pasaba entre nosotros junto a un silencio que acompañaba las miradas molestas de Kurapika y yo

Un suspiro resignado salió del rubio antes de empezar a caminar hacia casa.

- Como quieras...- dijo tranquilo- me iré en la noche.

Leorio nos miraba a ambos confundido, parecía no saber cómo reaccionar y era entendible, yo jamás había discutido algo con Kurapika.

- E-Eh ¡Kurapika, espera!- gritó mientras corría para alcanzarlo

Mientras ellos se alejaban me quede mirando el suelo.

¿Ella no es Yuiko?...

¡No! Ella si lo era.

Los chicos llegaron diez minutos antes que yo, la verdad quise tomarme mi tiempo para no tener que llegar al mismo tiempo y hacer la situación incómoda.
A penas abrí la puerta, Yuiko, con una bandeja con galletas en sus manos, me recibió.

-  ¡Killua! ¿Por qué tardaste?- estaba preocupada- ¿pasó algo malo? Leorio y Kurapika me dijeron que se irán.

Miré a los nombrados de reojo, se encontraban sentados en el sofá con sus maletas listas.
Al ver que no decía nada, Yui continuó hablando.

- ¿Acaso es mi culpa? No me quisieron decir nada... - bajo la mirada- ¿hice algo mal?
- No te preocupes- pase por su lado mientras sacaba una galleta de la bandeja- no tiene nada que ver contigo.
- ¡¿De verdad?!- sus ojos se iluminaron de felicidad- que bueno... de cualquier manera les pedí que se quedaran a cenar y se fueran después de eso, así pasamos nuestro último momento juntos.

No era lo que quería pero no respondí nada.
Le di un mordisco a la galleta mientras caminaba y estaba deliciosa, no pude evitar detenerme por la sorpresa.

- A todo esto ¿las hiciste tú? - pregunté
- ¡Así es!- Gon aparece de sorpresa saliendo de la cocina- Kuro las hizo y le quedaron deliciosas.

Yuiko me sonrió y caminó hasta Leorio y Kurapika para ofrecerles galletas. Leorio sacó dos y las comió sin ningún problema, Kurapika antes de si quiera mirarlas preguntó:

- ¿Solo las cocinaste y ya? ¿No tuviste ningún problema?
- Nop, como tengo mis sentidos no tuve ningún problema en cocinar ahora.

Kurapika sacó una y le dió un mordisco.

- Que suerte tienes...- me mira esperando que sepa la intención de su mirada- de tener una novia que cocine tan bien.

Yuiko se sonrojó un poco.

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Durante la cena, Yui y Gon se mantenían muy activos conversando, parecían no notar el tenso ambiente que había entre Kurapika y yo.
Gon le contaba a Yuiko las veces que había ido a pescar y qué cosas había encontrado.

- ¡Wow! Suena muy interesante, yo nunca he ido a pescar ni ha hacer ninguna actividad muy interesante la verdad.- dijo algo avergonzada- como de niña mi cuerpo era muy débil no podía salir mucho y bueno... saben como era padre.- forzó un poco la sonrisa
- Deberías intentarlo.- la alentó Gon
- No lo intentes, de seguro asustarías a los peces con tu cara de pez globo.- me burlé

Me miró simplemente con el ceño fruncido.

- Que fea broma, Killua. - se cruza de brazos- Estoy segura de que puedo pescar más peces que tú.

La miré unos segundos y eso la puso claramente nerviosa y confundió a los demás.

- ¿Q- Qué sucede? ¿Tengo algo en mi rostro?- dijo ruborizándose llevando las manos a sus mejillas
- No, nada.- continúe comiendo

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Yuiko se despidió rápidamente de los chicos, dijo que odiaba las despedidas y que no le gustaba que la vieran llorar. Se sintió más mal cuando supo que Gon también se iría. Se quedó dentro lavando los platos mientras yo me despedía afuera de los demás.

Al entrar, vi como ella salía de la cocina.

- ¿Los chicos ya se fueron?

Asentí algo cansado.

- Sigo creyendo que fue mi culpa que se fueran.
- Tranquila.- caminé hasta ella y acaricié su cabeza- no tienes nada que ver con su partida.
- P-Pero Gon también se fue y-
- De seguro tenían cosas que hacer... - suspiré- necesito descansar.

Subí hasta mi habitación y Yui iba conmigo.

Nos sentamos en mi cama dejando al silencio andar un rato.

- Las habitaciones de los chicos están desocupadas pero puedes dormir conmigo hoy.- dije tranquilo
- ¡A-Ah! Pe... pero- se sonrojó nerviosa-  es que...
- ¿No quieres estar a solas conmigo?

Su mirada bajo hasta sus pies para evitarme.

- Es lo que más quiero pero... -apretó los labios conteniendo sus emociones

Acaricié su barbilla y de a poco logré que sus ojos de conectaran con los míos, al conseguirlo juntamos nuestros labios para comenzar un apasionado beso. Al quedar sin aire nos separamos.

- Besas muy bien.- le sonreí

Nerviosa no me pudo responder al cumplido.

- Yui...
- ¿Kill?
- Te deseo mucho.
- Y-Yo también.

Se puso de rodillas en la cama y más cerca de mi.

- Se que sería tu primera vez pero...
- Tranquilo... - sonrió tiernamente- quiero hacerlo.

Apagué la luz pero la habitación no quedó a oscuras porque desde la ventana entraba todo el brillo de la luna llena que había esa noche.

Yuiko se recostó de espalda y yo me posicione sobre ella.

Comencé desabrochando su blusa y miraba cómo estaba de nerviosa. Hice un camino de besos desde su pecho hasta su cuello para luego comenzar a susurrarle en su oído.

- Killua...- su voz algo temblorosa por los nervios no pudo decir mucho
- Te amo, Yuiko.
- Yo también te amo.

Pasaba mi mano por su estomago acariciando con cuidado su tersa piel.

- ¿Quieres saber cómo puedo probar cuánto te amo?- le dije aún susurrándole en su oído
- ¿Có-Cómo?

Sonreí mientras detuve las caricias.

- Así.

Clave mi mano en su estomago.

- ¡Ki-Killua! ¿qué...- escupe sangre- haces?

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