Touch me

13.- Capturada

Habían llamado a Leorio del hospital donde había dejado los exámenes de sangre de la chica y le informaron que estos estaban listos antes de tiempo. Esto nos daba una gran ventaja, al fin podríamos saber de dónde provenía ella y que es lo que oculta su verdadera identidad.

- Iré a buscarlos ahora, ve que la chica este durmiendo...- Leorio tomo sus cosas rápidamente- espero que no sospeche nada.
- Tranquilo, yo me ocupare de eso. No veas los resultados hasta que llegues al hotel ¿ok?
- Ok.

Al marcharse fui hasta la habitación y sentí una extraña brisa, la ventana estaba media abierta.

- ¿Pero qué...?

Corrí hasta su cama y ella no estaba. Tomo toda su ropa y se la llevo sin decir nada ¿Acaso se dio cuenta de la mentira?

Me había confiado de ella, se dio cuenta de que mentí y aprovecho el momento para huir.

***

Corrí lo más rápido posible para estar muy lejos del hotel antes de que Killua se diera cuenta de que me había ido.

Necesitaba saber de mi y si la respuesta de quién soy estaba en esos exámenes entonces iría a un hospital a realizarme unos por mi cuenta. Debía ser rápido porque de seguro Killua saldría a buscarme si es que le importo, la otra posibilidad es que me quisiera solo para entregarme y cobrar la recompensa en el caso de que yo resultara ser la famosa asesina.

Las calles que caminaba cada vez estaban más vacías y ni siquiera podía oír voces pero...

Pasos... podía oír que alguien me seguía, mi oído al parecer era muy agudo, también podía notar su presencia la cual estaba cada vez más cerca. No había forma de que se dejaran ver de inmediato si no iba a un lugar más aislado, es por eso que fui directo a un callejón. Caminé hasta al final para voltearme y en menos de un segundo comenzaron a aparecer muchos hombres vestidos de traje negro.

- ¿Quienes son?
- Eso no importa.- dijo quién comenzó a apuntarme con una pistola- no tienes escapatoria y si fuera tú solo me entregaría.
- ¿Quién los envío?
- Lo veras cuando te llevemos, nuestro jefe no quiere que te matemos nosotros, solo quiere que te entreguemos viva para encargarse personalmente.

Vi como desde la azotea del edificio de enfrente me apuntaba un francotirador justo en la cabeza.
Al parecer, estar en estas situaciones agudizaba cada vez más mi audición y visión.

Alcé las manos lentamente.

- Ok, iré con ustedes.

No podía desperdiciar esta oportunidad otra vez, necesitaba saber quién era y qué es todo lo horrible que hice supuestamente para que me buscaran.

Me ataron las manos, los pies y me colocaron una bolsa de tela en la cabeza, para luego arrojarme bruscamente a la parte trasera de una camioneta. Me separaron de mis cosas y no me hablaron hasta llegar al lugar.

Cuando la camioneta se detuvo, después de un no tan largo viaje, me arrastraron hasta lo que yo creía el interior de una casa.

Solo podía oír los ruidos de las puertas y las indicaciones que recibían por radio los hombres. Me sentaron sobre una silla y terminaron atándome con otras cadenas que estaban hechas de un material bastante pesado.

Cuando al fin me sacaron la bolsa de la cabeza pude ver bien donde me encontraba. Estaba en el centro de un lujoso salón, todo estaba medio oscuro puesto que la única luz que estaba encendida estaba solo sobre mi. La forma del lugar era algo ovalada y en todas las paredes se encontraban hombres mirándome con total superioridad. Frente de mi había una gran pantalla blanca que parecía querer proyectar algo en cualquier momento.

- Al fin te tenemos.- dijo una voz tras de mi

Su presencia masculina solo se mantuvo detrás.

- Fue bastante difícil encontrarte, lograste librarte de mis hombres en aquel tren y logramos ganarle a los otros que te buscaban.

De un momento a otro, como un flash, saco un cuchillo y cortó la manga de mi ropa. Al ver mi tatuaje su rostro se iluminó.

- ¿Quién eres?- pregunté

Mi pregunta pareció ofenderlo tanto que su rostro se deformo en una extraña mueca.

- ¿De verdad no sabes quién soy?

Negué con la cabeza.

Ahora la situación parecía causarle gracia soltando una carcajada.

- De verdad eres una perra.

Solo una mirada a uno de sus hombres basto para este me hiciera un profundo corte en la pierna.

- No creas que porque eres mujer tendré piedad contigo.- chasqueo los dedos y una imagen se proyectó en la pantalla- ¿los reconoces?

Era una fotografía donde aparecía una mujer bien vestida y dos niños  de 5 y 7 años aproximadamente. Los dos pequeños tenían cierto parecido al hombre que estaba frente a mi pero aun así no lograba saber si es que los había visto antes.

- No tengo ni la menor idea de quienes son.

De un momento a otro, bruscamente, me agarro del cabello y movía mi cabeza hacia la pantalla y luego a su cara.

- ¡¿Acaso quieres morir?!- me gritó- ¡esa era mi familia!

Al notar que mi rostro no expresaba nada en lo absoluto comenzó a perder a paciencia. Me soltó y de su bolsillo saco un encendedor y un cigarro, camino un poco mientras lo encendía y murmuraba groserías contra mi. Fumó un poco exaltando con total relajación llenando el ambiente por ese molesto olor a cigarrillo.

- ¿Sabes por qué estás aquí? - preguntó extenuado
- Soy la famosa asesina que buscan ¿no?
- Así es...- su tono era un poco más tranquilo esta vez pero procuraba no mirarme- nos costó encontrarte ya que otros te buscan también, ademas, según me informaron viajabas con un chico ¿es tu novio?
- No, huí de él.
- ¿Entonces no significa nada para ti?
- Nada.
- ¿Tienes a alguien que signifique mucho para ti?
- No.

Regresó a mi y apago su cigarro en mi brazo.

- ¿Sabe, señor...?- no sabía cómo continuar puesto que no conocía su nombre
- Radly ¡Maldita sea, de verdad no sabes quién soy!
- Vera, seré sincera con usted. Tuve un accidente, perdí la memoria y no tengo ni la menor idea de quién soy. Vine aquí para buscar respuestas esperando que sea así. No lo recuerdo a usted, ni a su familia, ni a lo que sea que haya hecho antes.

Parpadeó perplejo ante lo que yo había dicho, pareció tratar de descifrarlo mientras una extraña sonrisa se formaba en su rostro.

No pareció dudar cuando me dio un puñetazo en el rostro para luego agarrarme del cabello para que lo mirara.

- Mira estupida, no creo nada de la mierda que dices.- su voz se tornaba cada vez más grave- eres una malnacida que contrataron para matar a mi familia y luego a mi, pero fallaste... te encontré primero y ahora eres mía.
- ¿Sabe quien me contrato?

Propino otro golpe a mi rostro.

- ¡Deja de fingir! - gritó- no estoy para tus juegos.
- Entonces...- escupí un poco de sangre- no sabe quien fue.
- Ojalá lo supiera... porque lo mataría. Es hora de que me encargué de ti, pero no te asesinaré...- una sonrisa sadica se asoma en su rostro- te torturare por años.