Touch me

18.- Dolor

Al parecer mi pregunta no le extrañaba, es más, parecía tener la respuesta lista.

- Digamos que no estoy haciendo esto por ti, no me interesas en lo absoluto. No puedo criticarte por ser una asesina, creo que es hipócrita de mi parte siendo que años atrás también lo era.

Hablaba muy tranquilo hasta ahora, pero de pronto su rostro cambio en menos de un segundo demostrando levemente una molestia por mi.

- Pero... cuando estaba investigando a las familias que aparecían en los exámenes, descubrí una en particular, una donde había una chica que yo conocía... Tengo la teoría de que tu eres el supuesto asesino que acabo con muchas de esas familias.
- Entonces crees que yo maté a esa chica y ¿quieres vengarte?
- No se si vengarm...
- ¿Qué significaba ella para ti? ¿Quién era?
- Su nombre era Yuiko y fue...

En ese momento se pauso y parecía recordarla con añoranza.

- Fue una amiga de la infancia.
- Ok, entiendo... debes odiarme por "supuestamente" matarla. Quieres averiguar si de verdad yo la mate... solo por eso me ayudarás. Comprendo totalmente y no me quejo.
- ¿Entonces cooperaras sin objeción?
- Si.
- Muy bien, mañana comenzaremos con los recuerdos, sigue descansando.

Esas fueron sus últimas palabras antes de abandonar la habitación.

***

Al día siguiente, empezamos con la idea de extraerle información. No sabía bien que es lo que pasaría de aquí en adelante pero esperaba resultados.

Nos encontrábamos todos en la habitación, la chica y yo estábamos sentados en la cama viéndonos frente a frente.

- Solo tomaré tus manos ¿ok? Hay que tratar de que sea el mayor tiempo posible  para que logres recordar lo mayor posible.

Asintió con la cabeza.

Lentamente acercó sus manos las cuales era muy finas y delicadas. Hice lo mismo y al tener contacto note lo suave que era su piel. Durante el primer segundo ella solo cerró los ojos y no ocurrió nada pero después comenzó a respirar agitada, fruncía el ceño como sintiendo dolor y sus manos comenzaron a temblar.

- No... no, por favor... - decía asustada- deténgase.

Nadie sabía con quién estaba hablando.

- No quiero... no quiero más.- esta vez su voz estaba quebrada porque comenzaría a llorar en cualquier momento

Comenzó a hiperventilarse mientras hablaba cada vez más asustada pidiendo que la persona que veía en su recuerdo se detuviera.

- ¡No quiero! ¡Alto!- gritaba casi desgarrando su voz- ¡Nooo!

En ese momento se zafó de mi y cayo de la cama retorciéndose de dolor en el suelo.

Leorio se acercó velozmente a ayudarla.

- ¡Duele!- gritaba entre llantos- ¡No quiero más!

Cuando abrió los ojos su cuerpo no paraba de temblar y cuando me vio se alejo lo más posible.

- ¡No volverás a tocarme!- me gritó mientras me señalaba con el dedo- ya me importa un carajo todo... esto -coloca la mano en su pecho- no lo vale.

Todos parecíamos estar en estado de shock al ver lo que sucedió.

- ¡Un momento!- dije- ¡dinos qué recordaste!
- ¡Cállate! ¡Déjame en paz!
- ¡Hey, hicimos un trato!- dije molesto mientras me acercaba a ella y esta intentaba alejarse aún más
- ¡Killua!- dijo Gon para reprenderme- deberíamos dejarla sola... deja que descanse.

Miré los rostros desconcertados de Leorio y Kurapika para luego ver el rostro de odio de la chica que al parecer aún tenía efecto mi contacto hacia ella y por esto estaba demostrando emociones.

- ¡Bien! - dije fastidiado yéndome mientras daba un portazo

***

Al otro día, después lo que me ocurrió cuando Killua tomó mis manos, no podía dejar de pensar en lo que había recordado.

Miraba la ventana de la habitación cuando alguien tocó a la puerta.

- ¿Puedo entrar?

Era Killua.

- Vete.
- ¡Teníamos un trato! - me gritó detrás de la puerta
- No podré cumplirlo.
- ¿Abandonaras todo?
- No lo se.
- ¿Y piensas quedarte acostada en la cama sin hacer nada?
- Lárgate.

Esta vez sin respetar mi petición solo entró a la habitación.

- ¿No respetaras mi privacidad?

Pensó en gritarme otra vez pero se abstuvo.

- ¿Cómo te encuentras?

Al parecer cambio de estrategia comenzando a hablar conmigo de otra manera.

- Ya no siento dolor.
- Se que lo que debiste recordar debió ser fuerte.- camino hasta la cama para sentarse en la orilla- pero si voy a ayudarte debo saber qué te paso.

Apreté mis labios antes de volver a hablar.

- ¿Dónde están tus amigos?
- Fueron a dar una vuelta.

Miré sobre su hombro y no había nadie atrás oyendo.

- ¿Me dirás tú recuerdo?
- No solo tuve uno, fueron varios y horribles.
- ¿Sobre qué?

Killua mostró una faceta más cercana mostrando interés.

- Al parecer tenía razón... si soy un experimento de laboratorio. Me vi a mi decenas de veces sobre una camilla, Killua. Me operaron, me torturaron y no tuvieron piedad conmigo.
- ¿Quienes?
- Cuando recordé a mi padre, en ese recuerdo él me presentaba a un hombre de anteojos y bata blanca que tenía una cicatriz en su mejilla. Papá me dijo que ese hombre me ayudaría tener una vida mejor.
- ¿Qué te hacían exactamente?
- Me electrocutaban, me herían para ver cuánto tardaba en sanar y así era siempre. El hombre de la bata blanca siempre estaba ahí llevando una sonrisa enferma.
- Yo... lamento haberte gritado ayer.
- Killua, por favor no lo volvamos a hacer no quiero vivir cosas así o peores.
- ¿Pero es que acaso no quieres saber la verdad de tu padre? ¿Por qué te llevo con ese hombre? ¿Prefieres vivir con la duda?