25.- Sonrisa falsa

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Mi corazón latía frenético, casi pude ver mi vida frente mis ojos, pero no. Aún estaba vivo, abrí lentamente los ojos y vi su mano a menos de un centímetro de mi pecho. Esta se había detenido ella misma, su otro brazo sujeto al otro con el que iba a matarme.

Cuando vi su rostro, estaba llorando y luchando contra toda su fuerza para detenerse.

- No quiero...- empezó a decir con voz temblorosa- no quiero matarte.
- N-No lo hagas.

Mordió su labio con frustración.

- No puedo detenerme.- dijo mientras aun sujetaba su brazo frente a mi
- Debes luchar.
- Es difícil.

Su voz cada vez se oía más quebrada mientras las lágrimas caían por sus ojos.

- Tú eres fuerte, tú puedes contra esto.

Negó con la cabeza.

- No puedo. Tengo miedo... no puedo controlarme más.

Respiraba agitada mientras fijaba toda su atención a su brazo.

- ¿Puedes detener la técnica que utilizaste en mi?
- Lo intentaré.

Tomó aire y cerró lo ojos unos segundos, de pronto ya podía moverme.

- Killua, vete.- dijo mientras parecía estar luchando internamente para no volver a atacarme
- No te dejaré.
- Si me ayudas te mataré.
- No lo harás.
- ¡Vete!

Otro vagón explotó, cada vez estaba más cerca del que nos encontrábamos.

- Te ayudaré.
- No puedes ayudarme.

Después de eso soltó un grito llevando sus manos a la cabeza para luego retorcerse de dolor en el suelo.

***

¡Mátalo!

- ¡No quiero!

¡Hazlo!

- ¡Nooo!

Golpeaba mi cabeza suplicando que esa voz saliera de allí.

Hubo otra explosión del carro que estaba antes del nuestro.

- ¡Debemos irnos!- me dijo Killua
- ¡No! Si me voy contigo puede que intente asesinarte otra vez.
- No lo harás.
- Lo siento, pero debes irte... déjame.
- ¡No pienso dejarte! No quiero que sigas obedeciendo a ese tal "amo"... no quiero que sigas matando si no quieres.

Luchaba con toda mi fuerza para no atacarlo otra vez.

- ¿Por qué me ayudas?
- Porque...

Se detuvo.

- Killua, tu tienes mucho porque vivir... tú tienes amigos que te quieren y te ayudan... déjame.

Sentía un tremendo nudo en la garganta mientras lo decía.

- Vete, prometo no serte un problema otra vez.
- ¿Qué?

Mordí mi labio con miedo mientras pensaba en lo que iba a hacer.

***

No sabía que debía hacer para ayudarla, pero sabía que irme no era una opción.

Se quedó unos segundos temblando de rodillas en el suelo antes de volver a mirarme con una sonrisa falsa, sonrisa que me recordó a ella, me recordó que siempre lo hacía cuando estaba aterrada pero intentaba transmitir que estaba bien.

Apreté furioso mis puños al recordarla

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Apreté furioso mis puños al recordarla.

- Es el fin de nuestro viaje.

"Es el fin de nuestro viaje"

Pude oír su voz en mi cabeza recordando el momento exacto en que Yuiko también me dijo lo mismo, utilizó esa frase cuando se marchó y no pensaba volver a verme.

Recordar eso me hizo sentir pánico, no quería que sucediera algo así otra vez, no podía dejar de ver a Yuiko en ella.

Desde ese momento todo pareció transcurrir en cámara lenta. Levantó su mano para luego dirigirla directamente a su pecho, pensaba quitarse la vida para acabar con todo pero no dejaría que fuera así, por lo que me lancé y sujete sus manos quedando encima de ella.

- ¡¿Qué haces?!- me gritó
- ¿Qué crees que hago? Te detengo, tonta.- dije regañandola
- ¡Déjame!
- No pienso dejarte.
- ¿Por qué?- dijo entre lágrimas asustada como una niña pequeña que está perdida
- Porque... no quiero abandonarte... una vez perdí a alguien, no quiero que suceda otra vez.
- Pero intenté matarte.
- Tú no eres una asesina, tú puedes cambiar yo lo se, puedes luchar.
- No puedo... tú no me entiendes, no eres como yo... tú no estas solo.
- ¡Pues entonces yo te acompañaré! Estaré contigo hasta que encuentres tu camino.

En ese momento sus ojos volvieron a estar de su color original y a pesar de las lágrimas pareció calmarse.

Solté sus muñecas y en ese momento me abrazó continuando con el llanto.

Me sentí aliviado por un momento al poder detenerla pero había olvidado lo de las bombas.

- ¡Es cierto, debemos irnos de aquí!- dije mientras la ayudaba a ponerse de pie

Corrimos hasta el otro vagón justo antes de que explotara en el que nos encontrábamos. No nos detuvimos hasta que notamos que alguien desconectó el vagón donde estábamos del resto del tren.

- Este vagón va a explotar.- dijo

Miré hacía arriba y golpeé el techo para romperlo y subir allí.

A pesar de que estábamos desconectados del otro tren, nuestro vagón por inercia seguía en movimiento.

- Vamos a tener que saltar.- dije
- ¿Ah? Pero...
- Vamos... rápido, antes que explotemos.

La abracé sin avisarle que rápidamente saltaríamos, caímos rodando por la tierra y cinco segundos después el vagón exploto. Cubrimos nuestras cabezas por las piezas que volaban por los aíres.

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