37.- Tres semanas despues

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No dejaba de buscar en la web algo que me diera una pista sobre su paradero, iba a los peores lugares solo por algo de información y viaje por todos lados pero era como si se la hubiera tragado la tierra.

Pegado en la computadora, muy tarde ya, Gon apareció mostrando preocupación por mi.

- Killua... creo que deberías descansar.
- Solo una hora más.- dije sin despegar la vista de la pantalla

Se marcho ya que sabía que insistirme era inútil, me había peleado un montón de veces con Leorio y Kurapika por lo mismo. Ya no comía o dormía bien, a penas hablaba ya que todo mi tiempo se dedicaba en su búsqueda.

Aún podía recordar su rostro de decepción al oír lo que había dicho

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Aún podía recordar su rostro de decepción al oír lo que había dicho.
Apreté con rabia mis puños por haber sido un idiota, otra vez fui culpable de que ella se alejara, soy culpable de todo lo que le ha pasado en su vida, si yo no hubiese dicho ciertas cosas ella jamás se habría ido de mi lado.

Eras las cuatro de la mañana y ya solo por inercia bajaba con el mouse buscando algo que de seguro no encontraría. De apoco el sueño comenzaba a ganarme y mis ojos pestañeaban más luchando por quedar abiertos.

- Killua... Killua...

Me sacudía para despertarme pero me encontraba muy cómodo en esa posición.

- ¡KILLUA!- me gritó y casi quede sordo
- ¡Ah! ¡Yuiko! ¿¡Qué te sucede?! ¿Estas loca?

Molesta, se cruzó de brazos e infló sus mejillas con su ceño fruncido, tal vez ella no se daba cuenta pero siempre hacia esa cara cuando se molestaba conmigo y se veía tal graciosa que no podía enojarme con ella.

- Ok, ok...- trate de evitar reírme- no te enojes...
- No es justo que venga jugar y tú estés durmiendo.
- De acuerdo, tienes razón... - me siento cruzando mis piernas- ¿qué quieres hacer hoy?
- Juguemos a las escondidas.
- ¿Sabes que siempre te gano en ese juego, verdad?
- Si, si... pero no pierdo la esperanza de algún día ganar.
- Yui, mi padre me enseñó a ser sigiloso y ocultar mi presencia, podría estar detrás de ti y aun así no te darías cuenta.
- Pues entonces búscame esta vez.

Suspiré mientras me ponía de pie.

- Ok, como quieras.

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