El legado de los hijos de la anarquía (Sons of anarchy)

13

Ni siquiera llevaba grilletes y ya sabía que las cámaras estaban apagadas, sin nadie vigilando, Tully podía acabar conmigo allí mismo.

—Sweet dreams are made of this, who am I to disagree travel the world and the seven seas, everybody is looking something...— entra cantando felizmente mientras yo tiemblo.— La hija de la anarquía, supongo.

—Raven.— contesto mientras palpo la herida que ese bastardo ha dejado en mi cara.

—Siento la agresividad de mis chicos.— hace el amago de tocar mi herida pero yo me aparto asqueada.— La hija de la anarquía, sin duda.

—¿Por qué me han traído aquí?— digamos que un nazi no es el prototipo de novio que todas ansiamos.

—La última vez que estuvo aquí uno de los tuyos tuve que matarle.— susurra mirándome a los ojos con intensidad.

—¿A quién has matado?— espero que solo necesite un hombro sobre el que llorar y no prentenda matarme a mí también.

Me parece que tengo un poco de paranoia con esto de las muertes.

—Se llamaba Juice,— me viene a la memoria la foto que Chibs me enseñó.— era tan tierno...— si no supiera que es imposible hasta creería que Tully siente su muerte.

—¿Por qué lo hiciste?— algo me hace pensar que si consigo apretar el botón adecuado haré que se derrumbe.

—¡No lo elegí yo!— grita frustrado.— Tuve que matar a la única persona que me ha escuchado... aunque fuese contra su voluntad.

—¿Por qué?— repito para terminar de abrir la herida en su corazón.

—Porque era un chivato, y los traidores reciben su merecido.— tragué saliva porque estaba muerta de miedo.

—¿Para eso me has traído?— digo con la voz trémula.

—No, estás aquí porque tú querías verme.— alza las manos recorriendo su cuerpo.— Aquí me tienes.

—Oh...— pues habría venido más tranquila si unos nazis no me hubieran raptado.— Tenemos que hablar sobre eso de que queréis matarme.