Capítulo 3

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Cassandra se sintió aturdida todo el día después del percance con Ethan... como ya llevaban varios días sin salir, decidió ir a explorar los jardines, salieron por la puerta de la cocina y se encontraron a un tipo subido en una escalera cambiando un foco de afuera; el chico la ve y se tambalea en la escalera... y se cae en el pasto.

- ¡Oh, por Dios! – grita Cassandra y corre hacia el muchacho tirado y sucio. Michell corre con ella, pero se queda a unos pasos atrás.

- ¿Estás bien? ¿Te rompiste algo? ¿Quieres que te traiga algo? ¿Cómo puedo ayudarte?... – el chico levanta la cara y la reconoce enseguida.

- ¿Cass?

- ¿Christian? – al ver sus ojos cafés claros, esas cejas tupidas, ese cabello café claro casi rubio oscuro y esa barba de tres días, lo recuerda perfectamente.

- ¡Sí! – dicen al mismo tiempo. Christian se levanta y ayuda a Cass a levantarse, una vez que ya están de pie, él la abraza fuerte y ella le echa los brazos al cuello.

- Cuanto tiempo sin verte, pequeña. – le susurra mientras besa su cabello.

- Lo sé, lo sé, pero es que tu madre se fue de la ciudad contigo y mi madre jamás quiso llamarle o algo así...

- Pero ahora estás conmigo, no te voy a dejar ir... no me pienso ir ahora. – cuando se separaron él le preguntó algo que ella hubiera preferido obviar.

- ¿Tus padres ya se divorciaron?

- Sí.

- ¿Quién ganó la patria potestad?

- Mi tío Javier, por eso vivimos aquí.

- ¿Vivimos? – Cass asiente y se hace a un lado, detrás de ella, una pequeña muñequita se retuerce las manos y nerviosa mira el suelo, como mucho tendrá unos 6 años.

- ¿Quién es esa princesa que está ahí? – Cass le hace una seña a Mich para que se acerque y la niña corre hacia el refugio de las piernas de su hermana.

- Michell. ¿Cómo te llamas tú? – su voz delicada y un poco temblorosa por los nervios le enternece el corazón a Christian.

- Christian. – le tiende la mano y ella se la toma algo titubeante.

- Eres hermosa. – la niña le sonríe y él se da cuenta de que le falta un diente, lo cual hace que se sienta aún más encariñado con ella.

- Es mi hermana menor. – dice Cass suavemente. Christian asiente y le pregunta algo animado:

- ¿Ya conociste a Abby?

- Sí.

- Es toda una joya, ¿eh? – se ríe y le muestra esa hermosa sonrisa tan sincera que recordaba.

- Aja. – Isabel se asoma por la puerta de la cocina y ambos chicos dan un paso atrás, Cass se sonroja y Christian sonríe incómodo.

- ¿Van a comer, Cass?

- Claro, ahora te ayudo, Isabel.

- No te preocupes, tú sigue con lo tuyo. – le dice con picardía y les guiña un ojo.

Christian aún no se puede creer que tenga a Cass, el amor de su vida desde hace años, justo enfrente de él. Es como un sueño, lo deseó con tantas ganas que se ha cumplido. Su madre y él salieron juntos de la ciudad porque su padre los perseguía, han pasado 3 años y aún no los ha encontrado.

Entran a la cocina y se sorprenden al encontrar a Ethan y a Abby besándose junto al refrigerador.

- Yo... - dice Christian para despedirse de Cass, pero llama la atención de Abby y comienza a gritarle. Michell se aferra con mucha fuerza a la mano de su hermana.

- ¡Pero qué haces aquí! ¡Tu lugar está en el lodo!

- ¡Abbygail! No te permito que le hables así a Christian. – dice Cassandra verdaderamente molesta y roja de la ira.

- ¿Y tú quién eres para permitirme o no cosas? – Javier entra en la cocina desconcertado por los gritos y pone orden:

- Abby, cariño, no le hables así a Christian, aunque sea de mantenimiento es una persona y tiene sentimientos. Cass, ¿hay alguna razón para que Christian esté aquí? Porque si ya acabó sus tareas es libre, pero había un foco que...

- Ya terminé, señor. – responde Christian.

- Christian es mi amigo, tío, por tanto, espero que no te moleste encontrarlo conmigo de vez en cuando...

- No, claro que no, mientras cumpla con su trabajo. – voltea hacia Abby y Ethan y dice con autoridad:

- Abbygail, no quiero volver a enterarme de que discriminas o degradas al personal, porque sin ellos no podríamos llevar esta casa. ¿Entendido? – Abby asiente y agacha la mirada.

Javier sale de la cocina, Abby toma de la mano a Ethan y entra Isabel. Pero Ethan no se mueve, solo murmura:

- Ahora te alcanzo, quiero agua.

No le quita la vista de encima a Cass, Christian se ha dado cuenta y se ha puesto rígido.

- Así que, ¿tú amigo? – le pregunta a Cass directamente.

- Sí. – responde secamente Cass.

- Escucha, no quiero que le faltes el respeto porque... - antes de que termine su amenaza Christian lo interrumpe.

- No eres nadie para amenazarme, yo la conozco más que tú y eres novio de Abby... - cuando comienzan a acercarse como si fueran gallos de pelea, Cass interviene poniéndose en medio.

- Basta, ya te lo dije ayer, Ethan: no soy así. Déjame en paz y no te metas en mi vida. Isabel... - Cass toma de la mano a Christian y se gira hacia Isabel, quien enseguida reacciona.

- ¿Sí?

- Vamos a comer en mi habitación, por favor. – asiente y Michell, Cass y Christian salen de la cocina dejando ahí a Ethan furioso y confundido.

Al llegar a su cuarto, Cassandra suspiró cansada y miró a Christian.

- ¿Tienes algo con...?

- ¡No! Solo que ayer... yo... me tocó la mano y... luego trató de besarme... yo no soy así y no... - tartamudea nerviosa. Michell la mira con los ojos como platos.

- Ya, te entendí. ¿Vamos a ser amigos? – Cass se sonroja y asiente.

- Yo... no quiero problemas con mi tío, ni creo que esté en condiciones de... - tocan la puerta y se asoma Isabel, deja la comida en la mesita y se va, en silencio.

- Está bien, pero voy a convencerte. – le guiña un ojo travieso y se sientan a comer.

¿Te cuento un secreto, corazón...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora