Capítulo 7

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A la mañana siguiente, Cass se despierta algo molesta, Mich le ha exigido que la lleve a ver a su padre y Cass no quiere mentirle a su hermana.

- Mich, ya te dije que no lo podemos ver porque está muy ocupado.

- No me importa, seguro que se alegra mucho de vernos y se toma un poco de tiempo en el trabajo. – Cass se tensa y suspira.

- Ya no tiene trabajo.

- ¿Qué? ¿Por qué? – Cass la mira con amabilidad mientras le explica pacientemente.

- La empresa ya tenía muchos empleados, papá faltó una semana entera mientras arreglaba nuestros papeles y demás, su jefe se molestó mucho y decidió despedirlo.

- Pero papá era muy bueno en su trabajo, su jefe fue muy malagradecido. – le dice Mich enfurruñada y cruzando sus pequeños brazos en el pecho.

- Lo sé, por eso papá no puede venir y nosotras no lo vamos a presionar más, ¿vale? – Michell asiente a regañadientes y sale del cuarto aún molesta. Cass la sigue y entran en la cocina, Christian está desayunando en la cocina e Isabel lo está regañando severamente, pero se detiene al ver a las dos chicas.

- Buenos días. – dice secamente Cass, Michell fulmina con la mirada a Christian y sale de la cocina.

- Buenos días, mi niña. Su desayuno ya está servido en el comedor. – Isabel le sonríe amablemente y Cass le devuelve la sonrisa, sale de la cocina y Christian siente cómo se aleja de él otra vez.

- Buenos días, niñas. – dice su tío Javier y ellas le responden, se sientan y comienzan a desayunar, el asiento de Abby sigue vacío y Mich hace la pregunta que pensaba Cass.

- ¿Dónde está Abby? – Javier les sonríe forzado.

- En su habitación, no quiso bajar e Isabel le ha subido el desayuno.

- Oh. – dice Michell y desayuna en silencio.

Cuando terminan, recogen la mesa y Cass lava los trastes, Javier se encierra en su despacho, preguntándose varias veces: ¿Qué fue lo que hizo mal? ¿Por qué su hija no tiene un alma bondadosa y amable como Cassandra? ¿Por qué su hija es tan caprichosa y falsa? Tal vez se deba a que la ha malcriado, en un intento equivocado de consolar la ausencia de su madre, le ha pasado por alto muchos años sus groserías y ofensas, sus travesuras y actos, disculpándola por el dolor y la culpa que oscurecían su alma, pero no piensa seguir haciéndolo, su hija debe madurar y cambiar, por su bien, porque nadie con dos dedos de frente la va a soportar, Ethan lo hace porque él le ha pedido ese favor enorme a cambio de una beca y un lugar estable en su hospital, pero está convencido de que en cuanto termine su residencia la va a dejar, y no lo culparía, con pena se dirige hacia el cuarto de su pequeña princesa para hablar con ella.

Mientras tanto, Cass lucha contra sus pensamientos, sumida en ellos lava los trastes sin prestar demasiada atención, buscando la manera de llegar a su trabajo sola.

¿Te cuento un secreto, corazón...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora