Capítulo 32

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El teléfono no para de sonar, Jude se levanta, somnoliento, tambaleante y con su peluche de oso bajo el brazo, sus pequeños pies descalzos hacen ruido en el piso frío, toca la puerta de sus nuevos papis y Ethan la abre, tienen el pelo igual de alborotado y los ojos igual de somnolientos, sus sonrisas se muestran igual de ligeras, Cass se revuelve y abre un ojo justo cuando Jude se sube a la cama con esfuerzos.

- Buenos días, mami. – Jude le da un beso en la frente y roza su nariz con la suya, Ethan se sube a la cama y Jude queda atrapado en medio de ambos con una sonrisa radiante.

- Buenos días, cielo. – Cass lo abraza y coloca un brazo debajo de su cabeza, trata de peinarle la mata alborotada de rizos naranjas, pero fracasa al ver que no tienen planes de obedecer.

- ¿Qué tal dormiste?

- Bien. El teléfono no dejaba de sonar. – Cass mira a Ethan, quien se encoje de hombros.

- No contesté. – Cass hace una mueca.

- Eso parece, campeón, ¿qué tal que era Eli? – Ethan frunce el ceño momentáneamente y se levanta, se dirige a la puerta y sale de la habitación con el corazón acelerado por la preocupación, toma el teléfono y regresa con grandes zancadas a la cama.

- ¿Y bien?

- Era mi madre.... – Ethan la mira, con ansiedad, Jude se ha vuelto a dormir, abrazado a Cass con su cabecita recostada sobre su estómago y su pierna encima de las suyas, Cass le acaricia rítmicamente la cabecita, mientras trata de darle fuerza a Ethan.

- Llámala.

- Claro. – con los ojos muy abiertos y el corazón acelerado marca el número. Contesta unos minutos después.

- Ethan... cariño, Eli... no puedo. – solloza sin congruencia Madeline, Ethan siente cómo el alma se le cae hasta los pies, se sienta con rapidez y trata de controlar el pánico.

- ¿Qué ocurrió?

- Ella... no lo sé, te juro que no la escuché, yo... lo siento tanto. – solloza con fuerza y Ethan siente cómo sus ojos se llenan de lágrimas.

- ¿Ella... e-está muer-rta? – Cass abre mucho los ojos y palidece, miles de preguntas y posibles circunstancias pasan por su mente, que trabaja a mil por hora.

- Sí. – y su madre sigue sollozando.

- ¿C-cuándo pasó e-eso?

- Esta mañana. – Ethan cierra los ojos y las lágrimas resbalan sin control por sus mejillas ásperas por la barba incipiente, Cass se suelta del agarre de Jude sin despertarlo y se pone en pie, rodea la cama y se queda de pie al lado de Ethan.

- Saldremos esta mañana en el primer vuelo que encontremos, te aviso a qué hora llegaremos. – su voz carente de emoción no le sorprende a Madeline, quien sigue sollozando desconsoladamente.

- Vale, mi niño, te quiero.

Ethan cuelga, deja el teléfono con cuidado en la cama y se sienta al borde, Cass se acomoda entre sus piernas y él la abraza con fuerza, enterrando su cara en su vientre y sollozando quedadamente, Cass lo mece entre sus brazos y trata de acunarlo, le acaricia el cabello y no para de susurrar:

- Lo siento, lo siento mucho, campeón. – mientras ella igual deja fluir las lágrimas. Jude se revuelve y abre los ojos, se sienta, alarmado por ver a sus nuevos papis llorando.

- ¿Qué pasa? ¿Por qué lloran? ¿Hice algo malo? – Cass se conmueve y niega con la cabeza. Ethan la suelta y le dirige una mirada de disculpa a Jude.

- Ven, Jude, tenemos que darnos prisa, vamos a salir de viaje hoy. – Jude se baja de la cama en silencio, acepta la mano que le tiende Cass y ambos se dirigen a su habitación.

- ¿Qué pasa, mami? – la emoción inicial de escucharlo llamarla así se pierde al tener que explicarle la razón de su repentino viaje.

- Tu papi tenía una hermana pequeña, pero estaba enferma y hoy falleció.

- ¿Qué es fallecer? – Jude la mira sin comprender, frunce el ceño y mira hacia el suelo.

- Morir, cielo. – Cass habla en voz baja y suave, dulce y cariñosa, aunque su semblante normalmente amable y amoroso, está empañado por una tristeza muy grande.

- Oh. – Jude abre mucho los ojos, Cass le quita el pijama y le pone una playera y unos pantalones de mezclilla, le pone una chaqueta cazadora, todo recién comprado para él, y le ata las agujetas de las botas cafés.

- ¿Por eso papi y tú lloraban?

- Sí, la queríamos mucho.

Jude permanece callado, pensando en todo lo que acaba de ocurrir, Cass no lo presiona, prepara una maleta pequeña con sus cosas y él toma su oso de peluche antes de salir y dirigirse a la cocina, donde Cass prepara el desayuno.

Ethan, aún sin poder creer que su hermana ya no está, actúa automáticamente, se quita la playera, se pone una limpia, se quita el pantalón y se pone un pantalón de mezclilla, se pone zapatos y abre una mochila para meter sus pertenencias, sólo las necesarias para un par de días, abre el cajón de Cass y toma varias mudas, cierra la maleta y va hacia la cocina, se encuentra a Jude desayunando cereales y a Cass preparando su desayuno, deja la maleta junto a la de Jude y se sienta. Jude lo mira discretamente, con miedo, sus manitas tiemblan de nervios, nunca había visto así a Ethan y teme que se pueda enojar con él.

Cass sigue en shock, no quiere ni pensar en cómo se pondrá Mich en cuanto sepa, lo cual le recuerda que debe llamar a su padre y a la cafetería para avisarles lo sucedido...

Cuando ella se da cuenta, se revuelve, se voltea y ve cómo Jude tiembla y Ethan lo mira impasible. Así que se apresura, coloca el desayuno de Ethan frente a él y se sienta junto a Jude. Un silencio asfixiante se instala entre ellos, ella le coloca la mano en la rodilla a Jude para tranquilizarlo.

- Ethan... - él da un respingo, estaba sumido en sus pensamientos y no era consciente de que miraba fijamente a Jude, se ruboriza un poco y se asusta al ver el miedo en los ojos del pequeño.

- Lo siento, no estaba aquí.

- Tu desayuno se enfría, campeón. – él baja su mirada al plato que tiene enfrente, su estómago se revuelve y Cass casi espera verlo dejar el desayuno intacto.

- Voy a llamar a mi padre, regreso enseguida. – Cass se levanta y sale de la cocina.

- ¿Jude, no vas a comer? – Jude da un brinco muy grande, abre mucho los ojos y lo mira, Ethan se siente culpable al instante, le sonríe sutilmente para intentar tranquilizarlo.

- Ya voy. – susurra.

- ¿Estás bien?

- Sí.

- ¿Por qué tiemblas? – Cass entra en ese momento y contesta por Jude sin pizca de reproche en la voz.

- Porque tiene miedo, no sabe qué pasa y tú lo intimidas un poco mientras lo miras sin expresión alguna durante una eternidad. – Jude se encoge visiblemente en su silla, Cass le revuelve el pelo con cariño y comienza a comer.

- ¿Eso hice? – Jude asiente, con expresión cautelosa y preocupada.

- Lo siento mucho, campeón, pero...

- ¿Querías a tu hermana? – su voz es apenas un susurro, Cass continúa desayunando.

- Sí, mucho.

- Me gustaría tener hermanos. – ambos dan un respingo, Cass se ahoga con el trago de café y Ethan suelta una risotada brusca.

- Algún día, cielo.

- Ya veremos más adelante. – ambos se ponen nerviosos y Jude frunce el ceño.

- Eso va a tardar mucho, ¿verdad?

- Algo, sí. - reconoce Cass. Ethan y ella comparten una mirada significativa.

- Vale, ya pasará, entonces. – Jude sigue comiendo y ellos le imitan.


¿Te cuento un secreto, corazón...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora