Capítulo 33

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De camino al aeropuerto Ethan se muestra más ensimismado que antes, con la mandíbula tensa, arrugas pequeñas alrededor de los ojos por la preocupación, el ceño fruncido y una tristeza enorme en la mirada. Cass también está triste, pero trata de tranquilizar a Jude, quien está en su regazo y aprieta fuertemente su oso entre sus brazos.

Embarcan y Jude se pone muy nervioso. Ethan le rodea con su brazo y trenza los dedos con los de Cass, suspira y se queda dormido, soñando que no es real, que no van a ir al entierro de su hermana, que sólo van de visita o algo, soñando que al bajar e ir al aeropuerto su hermana va a estar ahí, con su sonrisa y su fortaleza, con su sabiduría tan grande para su edad...Se despierta con un sobresalto, Jude se aferra con fuerza a su mano y Cass lo mira preocupada.

- ¿Qué ocurre?

- Estamos aterrizando, campeón.

- Oh, qué rápido. – murmura, su ánimo cae en picada, siente la bilis subírsele por la garganta y su corazón acelerarse.

- Tranquilo, campeón. – Cass le roza la mano con sus labios suaves y él siente un nudo en el estómago.

- Gracias por todo, corazón. – Jude sigue nervioso.

- Hey, Jude, no pasa nada.

- Nunca me había subido a un avión. – susurra, una sonrisa temblorosa se instala en su pequeña carita. Cass le revuelve el pelo con cariño.

Una vez abajo, se dirigen a la salida, Ethan llama a su madre y quedan de verse en el hospital, primero se instalan en un hotel, pues Ethan no soportaría ver la casa en la que creció con esa pequeña de ojos vivarachos y sonrisa felina, Cass no protestó, lo apoyó en todo lo que pudo, cosa que Ethan agradeció muchísimo.

Los días que pasaron ahí fueron muy frenéticos, llenos de papeleos, trámites, el entierro y el llanto no ayudaron mucho....

Madeline se mostró agradecida con Cass, a Jude le dio un poco de desconfianza, no le agradaba y mucho menos creía que era su abuela, aunque se comportó bien, no le hizo gracia estar con ella.

Ethan lloró una noche entera, Cass lo consolaba lo mejor que sabía, pero no servía de mucho, no sabía qué decir, no podía imaginar lo que sentía, ella no se imaginaba un mundo sin Mich...

Al día siguiente del funeral, al que sólo asistieron ellos, se dirigen al aeropuerto, Madeline insistió en quedarse a vivir ahí, en su casa, sola con sus recuerdos, aunque Ethan quiso llevarla consigo y Jude murmuró su desacuerdo un par de veces, Madeline se negó rotundamente.

Cuando desembarcan en casa, Jude está exhausto, así que Ethan lo toma en brazos hasta que llegan al carro, el clima está frío, el cielo embotado y gris, parece que más tarde lloverá, el día va de acuerdo a los ánimos de esa peculiar nueva familia....

Llegan a casa y Jude quiere dormir, así que Cass le da un baño y lo acuesta, después de leerle, sale de la habitación y se reúne con Ethan en la sala.

Está de pie frente al ventanal, con los hombros hundidos, unas ojeras muy marcadas, tristeza en la mirada y más barba de la que jamás le había visto Cass. Le rodea la cintura con sus brazos delgados, pero asombrosamente acogedores, él se relaja visiblemente, ella le da pequeños besos en la espalda musculosa, apretando de vez en cuando su abrazo. Ethan se da la vuelta, pero ella no lo suelta, lo mira y repasa cada rasgo, desde su mentón cuadrado, cubierto de barba áspera, sus labios perfilados y suaves, su nariz recta, su frente, sus cejas gruesas y expresivas hasta sus ojos, verde esmeralda, bañados de una tristeza que le gustaría hacer desaparecer, sus pupilas se dilatan y su boca se entreabre, a él le gusta que lo mire así...

Él siente su presencia incluso antes de que le tocara, justo como lo dijo ella en algún momento, tal como fuegos artificiales en la piel, un cosquilleo placentero en la espina dorsal, algo mágico que nace dentro, muy en lo profundo de él.... Su tacto lo relaja, lo calma, es como su barco, su salvavidas.... La aprieta contra su cuerpo, casi cerrando los ojos del placer que le produce el sentirla contra él, y se agita al ver cómo recorre su rostro con veneración, cada centímetro, lo mira con tanto amor... cierra los ojos y apoya su frente en la de ella.

- Shh, aquí estoy, vas a estar bien, vamos a estar bien. – susurra mientras le rodea el cuello con sus brazos y él recorre su espalda con las palmas de las manos abiertas.

- Gracias, gracias por estar aquí, con nosotros, conmigo...

- No me des las gracias, aunque aún no nos casamos, voy a estar contigo hasta la muerte, voy a cuidarte cuando enfermes, voy a festejar contigo cuando estés bien, voy a apoyarte cuando no puedas más.... Voy a envejecer a tu lado porque te amo y no voy a irme a ningún lado donde no estés tú. – Ethan suelta el aire que contenía y suena casi como un sollozo, se aferra con fuerza a Cass, como si su vida dependiera de ello, la besa con fuerza, con fervor, Cass, aunque desconcertada, responde a su pasión con el mismo ímpetu.

- Cass... quiero que te cases conmigo, ya... - la urgencia en su voz la asusta, se aparta un poco, para poder verlo a los ojos.

- ¿Cuándo sería ya? – Ethan la mira a los ojos, con emociones encontradas, incapaz de esperar más.

- No lo sé, ¿mañana? ¿Una semana como mucho?

- ¿Por qué con tanta urgencia? – aunque no le reprocha nada, siente curiosidad, enarca una ceja y recorre su cara con los dedos, él cierra los ojos y cuando los vuelve a abrir ella se pierde en sus profundidades, con angustia, la mira con angustia y necesidad.

- Porque temo que te me escurras entre los dedos, que una mañana despierte y de pronto me encuentre solo, que te esfumes... Quiero que seas mía. – Cass abre mucho los ojos, la intensidad de su necesidad y urgencia la alarman un poco.

- Pero si ya soy tuya, Ethan, desde el primer momento. – él niega con la cabeza con fuerza, frunce el ceño.

- Quiero un papel que me diga que eres mía legalmente...

- Eso es absurdo, el papel se puede romper, puede quemarse, puede mojarse, puede perderse sin más.... Pero mi amor y mi palabra no... ¿por qué es tan importante?

De pronto, el matrimonio no era suficiente para salvaguardar lo que ella significaba para él, ella tenía razón, un papel era muy frágil, ¿Por qué no existía algo más vinculante que un mero trozo de papel y el derecho de poder llamarla su esposa? Los votos eran una promesa, pero él necesitaba una garantía de por vida de que la tendría el resto de sus días, todos y cada uno, quería que su corazón latiera al mismo ritmo que el suyo y que se detuviera cuando lo hiciera el suyo, quería que por nada del mundo ella se separara de él, quería escucharla todo el día, quería verla todo el tiempo...

- Porque quiero que seas mía en todos los aspectos posibles, quiero tenerte de cualquier forma.... – Cass se conmueve, lo abraza con fuerza mientras él entierra el rostro en el hueco de su cuello y se aferra a ella con fuerza.

- Oh, Ethan....

- ¿Eso es un sí? – ella se ríe, con una mezcla de histeria y emoción, le toma la cara entre las manos y lo besa con pasión.

- Sí... - susurra contra sus labios, Ethan la abraza y da de vueltas con ella en sus brazos, ambos se ríen.

- ¡Sí! – Cass se pone el dedo índice contra los labios a la vez que se ríe.

- Shh, Jude ya está dormido.... – Ethan se ríe con gesto travieso, la abraza una vez más y la mira con una sonrisa amplia, radiante y bellísima.

- Señora de Bullock, suena muy bien, corazón. – Cass de ríe.

- Señor de Hale, suena mucho más... sexy. – Ethan se ríe.

- Vamos a la cama,futura señora de Bullock. – la toma en brazos y ambos se van a la ama y noprecisamente a dormir.... 

¿Te cuento un secreto, corazón...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora