Capítulo 10

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Ethan sale de la casa, furioso, hiperventilando y confundido, su mente es un torbellino de actividad, se siente desconcertado porque nunca le había hablado así a nadie, menos a Abby, que es su única oportunidad de futuro, pero sabe perfectamente la razón: Cassandra. Esa chica le ha movido el suelo, sintió una rabia tan grande que lo asustó, el que Abby la haya rebajado hasta el subsuelo lo ha sacado de sus casillas, para él y seguro que para cualquiera que tenga dos ojos, Cass es perfecta, su melena indomable, roja y rizada seduce, sus ojos turquesa hipnotizan, su sonrisa es sincera, su cuerpo es perfecto, sus pecas le dan el toque final, no se explica la repulsión de Abby, ya que Cass es una bella persona...

Cuando llega a su departamento, frío, solitario y vacío, se prepara una copa y se encierra en su despacho, se acerca al ventanal, del suelo al techo, con vistas a la ciudad, y deja que su mirada se pierda en la lejanía, sus pensamientos no dejan de ir hacia Cass y Abby, no puede dejar de pensar y dudar respecto a lo que debe hacer, en la balanza tiene su futuro o sus emociones, parecería fácil si no sintiera lo que siente, si no tuviera que verla diario o si fuera horrible, pero siente algo potente, la ve casi diario y es preciosa... Se sobresalta al escuchar su teléfono sonar, se acerca a su escritorio y gruñe al ver el nombre de Abby en la pantalla, pone los ojos en blanco y lo deja sonar.

Se alegra de haberse ido, para así no haber tenido la posibilidad de haber dicho algo de lo que después arrepentirse. Su celular suena varias veces más, así que decide meterlo al cajón, se dirige a su habitación e ignora el murmullo del celular, se da una ducha y finalmente se acuesta para dormir unas pocas horas antes de ir al hospital a las 6:30 am.

Mientras tanto, Cass no puede dormir, pensando en el arrebato de rabia de Ethan, la empatía que sintió por Abby, su trabajo, su hermana, su padre, su madre; dando vueltas, inquieta.

A la mañana siguiente, Cass tiene dolor de cabeza, y unas ojeras enormes, desayunan, ella y Mich, con Isabel en la cocina, ya que Mich se reusaba a compartir la mesa con Abby. Cass la reprendió diciéndole que eso era rencor, pero al ver que sus ojos se llenaban de lágrimas inmediatamente, accedió por esa vez.

Desayunando en silencio, las tres, sumidas en sus pensamientos no se percataron que Christian observaba a Cass desde la ventana, con melancolía y dolor, ya que él solito la había alejado, le había hecho daño y ahora ya no confiaba en él, suspirando y sintiendo una opresión en el pecho, se aleja de la casa para ir a podar el pasto.

Abby despierta con dolor de cabeza y los ojos hinchados por llorar toda la noche, Ethan nunca le contestó el teléfono y teme que su relación haya terminado, sintiendo náuseas y dolor en el pecho, se levanta para darse un baño, luego baja y desayuna sola en el comedor de 10 personas, sintiendo un nudo en la garganta. Ella sabe que no lo quiere, si lo hiciera, preferiría su felicidad, aunque no fuera con ella, pero lo que ella quiere es ser su mujer para tener estabilidad económica, además de que es guapo y divertido, culto e ingenioso, sería perfecto si la amara y ella lo amara, pero al parecer ambos sienten repulsión mutua, ambos buscan la conveniencia propia y se han olvidado de los sentimientos, se han acostumbrado al otro más por obligación que por gusto y ahora se han dado cuenta de que no es lo que querían, Abby por su lado siempre ha estado enamorada de un socio de su padre, es cirujano, tiene 25 años y es guapo, pero no tiene ni tendrá en mucho tiempo la estabilidad económica que tiene Ethan y solo por ese pequeño detalle no se arriesga a acercarse a él, solo lo mira desde lejos y al parecer él también la admira desde lejos, pero ninguno da un paso al frente.

Ethan sale del hospital para comer cuando su teléfono vibra en la bolsa de su pantalón blanco, extrañado y aún molesto con Abby, lo saca y se extraña al ver un número desconocido en la pantalla. Pone los ojos en blanco pensando que Abby le ha marcado desde otro número para que le conteste, curioso, contesta y su respiración se acelera al escuchar esa preciosa voz:

¿Te cuento un secreto, corazón...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora