Capítulo 29

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Cass y Ethan no han vuelto a discutir o alzarse la voz desde aquella tortuosa tarde, ambos son conscientes de que se quieren... para toda la vida.

La operación de Eli fue todo un éxito, su cuerpo se adaptó rápidamente, ahora aún sigue en cuidados exhaustivos, no puede hacer mucho esfuerzo, pero ha sido realmente fuerte.

Han pasado dos semanas desde aquel día, Jude sale del hospital en unos días y la trabajadora social debe ir al apartamento de Ethan en la semana, ambos han trabajado en la seguridad y calidez de la casa, han puesto mucha atención a cada detalle y están muy satisfechos.

- Uff... - murmura Cass mientras se pone las manos en las caderas y observa su alrededor.

- Nos quedó bien, ¿a que sí? – los ojos de Ethan brillan con ilusión, la obra final fue producto del esfuerzo de ambos.

- Sí, estoy segura de que le va a encantar. – la habitación de Jude es todo tonos de azul, con una cama grande, juguetes, unos cuantos libros de cuentos, en fin, todo con la intención de hacerle sentir seguro y cómodo.

- ¿Crees que sea buena idea que no sepa quién lo va a adoptar? – el tono inseguro de Ethan hace sonreír con ternura a Cass.

- Sé que lo que más desea es que seas tú. – Ethan se acerca y la besa, sin importarles mancharse de pintura la cara.

- Te quiero, corazón.

- Te quiero, campeón.

Limpian todo con nerviosismo, tocan el timbre y ambos se dirigen nerviosos hacia la puerta. Fuera está una señora de unos 35 años, con el cabello corto y negro, lentes oscuros y una libreta en mano.

- Buenas tardes, soy la señorita Adams. – les tiende la mano y ambos se la estrechan.

- Buenas tardes.

- ¿Ustedes son el matrimonio que va a adoptar a Jude? – Cass se ruboriza. Ethan le sonríe con nerviosismo.

- Yo soy el que lo va a adoptar, ella es mi novia, Cassandra. – la señorita Adams se sonroja ligeramente.

- Disculpe.

- No importa.

- Adelante, por favor. – se hacen a un lado y ella entra.

- Si no les molesta, me gustaría echar un vistazo al lugar.

- No, no hay ningún problema. – la siguen mientras camina por el departamento.

Recorren la cocina, que tiene seguros en cada puerta de la despensa, protectores en las esquinas de la barra y todo pulcramente limpio; pasan a la sala, que está perfectamente ordenada, la mesita del centro igualmente tiene protecciones en las esquinas; continúan con la habitación de Jude, recién acabada y completamente equipada para un niño de casi 5 años, con protecciones en las esquinas, una cama mullida y acogedora, un estante con libros para niños, una lámpara ancha junto a la cama, muchos juguetes y estrellas fluorescentes pegadas por toda la habitación, de todos los tamaños. La señorita Adams mira con asombro, pues no pensaba que la llegada de este pequeño niño fuera tan deseada, todo está en perfecto estado, colocado con mimo y atención, los voltea a ver, observa sus manos firmemente entrelazadas, sus miradas ilusionadas, sus sonrisas nerviosas y siente un nudo en la garganta de emoción.

- Parece que será un niño muy querido. – dice con la voz quebrada.

- No tiene ni idea de cuánto deseamos que Jude esté con nosotros.

- Me hago una idea bastante clara, le aseguro. – le sonríe a Cass y Ethan la rodea con su brazo y la pega a su costado.

- Tengo que anotar algunas cosas de rutina, ¿les parece bien si vamos a la sala? – ambos asienten y la siguen hasta la sala, ella se sienta en el sillón y ellos se sientan muy juntos en el sofá.

- Se ven muy jóvenes, ¿qué edad tienen?

- Yo tengo 25, ella tiene 18. – ella asiente y lo anota en su libreta.

- ¿Dice que son novios?

- Sí.

- ¿Saben que sería más rápido y le daría muchas cosas a su favor si estuvieran casados? – ambos se ruborizan, pero Cass se pone escarlata.

- Yo... creo que tiene sentido, pero el que va a tener su custodia legal es él. – ella enarca una ceja y Cass se encoje de hombros.

- Bueno, es cierto, pero para un niño es mucho más positivo vivir en un entorno familiar, con dos padres.

- Y eso va a pasar, es solo que aún no hacemos planes de boda y nos interesa más tener a Jude aquí. – asegura Ethan con detenimiento, la trabajadora social asiente y escribe más cosas en su libreta.

- ¿Viven juntos?

- Eh... no.

- ¿Entonces cómo va a tener dos padres?

- Bueno, siempre me puedo mudar. – añade nerviosa Cass, la señorita Adams asiente como dándole la razón y anota otra cosa.

- Bien, ¿planean meterlo en una guardería o...?

- Eh... -murmura Ethan.

- Sí, hay una guardería local, a unos minutos de aquí, por donde yo trabajo, hay un parque enfrente.

- Sí, creo que sé de qué habla.

- Pues ahí entraría, yo pasaría por él al salir a almorzar y lo traería aquí.

- Vale, me parece perfecto. – mientras ella anota cosas frenéticamente en su libreta, Ethan mira con gratitud a Cass.

- ¿Dicen que ambos trabajan?

- Sí, yo soy cajera en una cafetería.

- Yo soy cardiólogo en prácticas en un hospital grande.

- ¿Entonces su sueldo es suficiente?

- Más que suficiente, creo yo. – dice Ethan.

- Perfecto.

- ¿Quién se haría cargo de él durante el resto del día?

- Yo salgo a las 7 u 8 de la noche, Ethan puede acoplar su horario para que esté con él hasta que llegue yo. – ambos están improvisando porque no han hablado de ello, pero la trabajadora social parece satisfecha.

- Excelente, creo que eso es todo.

- Vale. – se ponen en pie los tres y se dirigen a la salida.

- Fue un placer, me parece que ustedes serán unos buenos padres, voy a recomendarlos mucho. – Ethan le sonríe y ella se ruboriza un poco, Cass frunce el ceño ligeramente.

- Gracias.

- Una última pregunta, ¿planean adoptar más niños? – ambos abren los ojos, ambos parecen contrariados, hasta que Cass se calma un poco y salva la situación.

- Por ahora nos interesa que Jude se adapte bien a su nueva vida y sea feliz, lo demás puede esperar. – la señorita Adams sonríe complacida y asiente.

- Muy bien, eso es todo, les llegará una carta dentro de un día para hacerles saber el resultado, que tengan un buen día. – da media vuelta y se sube al elevador. Una vez solos, ambos sueltan un suspiro de alivio.

- Parecía muy satisfecha.

- Sí. Cielos, no pensé que fuera a preguntar tanto, muchas gracias por responder lo que yo no podía, corazón. – le acaricia la cara con los nudillos y Cass cierra los ojos unos segundos para luego abrirlos y mirarlo directamente a los suyos.

- No hay problema, campeón. Pero creo que tenemos que hablar seriamente. 

¿Te cuento un secreto, corazón...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora