Heaven and Hell || RM & TÚ || [Primera Temporada] || TERMINADA ||

Capítulo 12

*Narra Namjoon*

- Señor, tenemos todo listo.- Shin me sacó de mis pensamientos. 

- ¿Dónde está?

- En la cabaña del señor Min, a las afueras de Daegu.- Shin ajustó sus gafas y agregó.- Fue a refugiarse a ese sitio después de...- interrumpí.

- Llévame.- ordené.

- El señor Min está sedado y amordazado señor, no habrá problema de que se escape de nuevo.

- ¿Cómo está ella?- pregunté.

- Aún no despierta.

Me aclaré la garganta y salí de la casa. Yoongi merecía sufrir por haberme desobedecido, pero sobre todo, por haber atacado a la chica. Subí al auto y Shin hizo lo mismo. Manejé cerca de dos horas hasta adentrarme al bosque. Treinta minutos después, llegamos a aquella cabaña alejada de la civilización.

Entramos a la cabaña, y en el centro de la sala, me encontré a un Yoongi drogado y amordazado.

- ¿Qué quieres?- balbuceó.

- Venganza.- respondí.

- Valla, viniste con tu perro faldero.- Shin entró a la cabaña con mi maletín.

- Busca el puñal.- le ordené a Shin y comenzó a buscar por la cabaña dejándonos a Yonngi y a mi solos. Me senté en el único sofá que se encontraba en frente de él.- ¿Te divertiste?

Yoongi arqueó una ceja e hizo una mueca.- Lo hice.- rió.

- Mírate.- dije.- Min Yoongi, tercero al mando en Ndrangheta y viviendo como un pordiosero. 

- Te hice un favor Namjoon.- dijo.- Sólo falta el viejo y tendremos el poder.

Reí. No me parecía mala la idea de aniquilar al bastardo que asesinó a mi padre.- Tienes buenas ideas Min Yoongi.- dije.- Pero nadie toca a la chica.

Yoongi comenzó a burlarse. Trató de zafarse.- Está bien.- dijo.- Sé que te quieres coger primero a la chica y después matarla.- volvió a reír.- No te mentiré al decir que mi miembro se hinchó con tan sólo probar su sangre.

Shin volvió a la sala con el puñal en su mano derecha. Se acercó a mi y me lo tendió.- Lo encontré en el baño.- dijo.- Está sucio y necesitamos de...- lo interrumpí.

- Que mejor usarlo así.- dije mientras veía la sangre de (Tn)___ y unas cuantas manchas de color café.- Quítate los pantalones.- me dirigí a Yoongi.

- No sabía que te venían los hombres.- rió.

Ignoré su comentario y le ordené a Shin que le quitara los pantalones.

- Sabía que tenias tus qué veres con tu perro.- comentó Yoongi sin hacer fuerza.- Sabían que están a punto de violar a un hombre drogado.

- ¡Cierra la boca hijo de puta!- grité.- ¡Deja de decir estupideces!

Yoongi volvió a reí. Shin le bajó los pantalones exponiendo su miembro.- ¿Qué harás?- preguntó Min con una pizca de diversión.- Te doy permiso de que me la chupes.- volvió a reír.

Me levanté de mi asiento y fui hasta Yoongi.- Orina.- ordené.

- Sí que te encanta lo sucio.- volvió a reír. No puso trabas y comenzó a orinar. Pasé el puñal por la orina, hasta dejarlo empapado completamente.- Sé que quieres chupar mi pene.

- Te perdoné por haberte metido con el idiota de Dae-hyun.- caminé hasta llegar a su espalda.- Merecías que todos te patearan las bolas por meterte con un hombre.- acerqué el puñal en su cuello dando toques suaves, mientras que gotas de orina escurrían sobre su cuello.- Pero no te perdonaré haber lastimado a (Tn)_____.

Clavé el puñal en un costado de su cuello. Lo movía de un lado hacia otro. No tenía piedad con él. Yoongí gritaba y se retorcía. Gritaba maldiciones, pero no hice caso. La sangre comenzaba a escurrir, quedando mi mano empapada con ella. Recordé a (Tn)____ semi inconsciente en el sofá de su habitación, manchada con su propia sangre. Esto hizo que clavara más el cuchillo en Yoongi.

- ¡Hijo de puta! ¡Te partiré las bolas cuando salga de esta!- gritó.

- ¡Obedecerás mis órdenes y no te atreverás a actuar sin mi consentimiento!- grité.- ¡Maldito bastardo!

Dejé de mover el puñal. Llamé a Shin para que tomara el arma y se largara al auto. Caminé hasta la salida.

- ¿Acaso piensas dejarme aquí?- gritó Yoongi sin mucha fuerza.

- Tu castigo no se acaba aquí.

Salí de la cabaña y cerré la puerta con llave. Si Min Yoongi creía que lo llevaría a un hospital, estaba equivocado. Dejaré que el muy maldito sufra de la soledad y del hambre por tres días. Posiblemente pueda que en ese tiempo esté muerto, pero no me importaba.