Capítulo Dieciocho

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Ambos estaban solo a unas cuantas calles de llegar a la clínica en la que estaba Sang Woo. Después de unos cuantos segundos, el auto estaba entrado en el estacionamiento del sótano. Yunho aparcó en una zona libre, y entonces apagó el motor del auto. Realmente estaba muy emocionado al poder ver a su padre despierto después de muchos meses. Jaejoong colocó su palma sobre el hombro derecho de Yunho. Para hacerle saber que él sería su apoyo en lo que necesite. Yunho sonrió entre lágrimas que brotaban de sus ojos involuntariamente y bañaban sus mejillas. Sus sentimientos se desbordaban. Y no era para menos. Poco después, se quitó el cinturón de seguridad, guardó sus llaves y salió del auto. Jaejoong salió un poco más lento. Yunho aseguró el auto, y caminó hacia el ascensor, Jaejoong lo seguía sin decir ni una sola palabra. No era porque él no quisiese decirle algo para reconfortarlo, la verdad era que no sabía que decir. Subieron hasta el piso en el cual se encontraba la habitación de Sang Woo. Yunho se apresuró a salir cuando el ascensor sonó anunciando lo inevitable; estaban en el mismo piso de Sang Woo. Jaejoong lo vio salir. Lo seguía de lejos, observó como Yunho preguntaba en la recepción por su padre y luego corrió por un gran pasillo. Él no estaba seguro de seguir caminando detrás. Instantes después, Yunho entró a la habitación. Jaejoong estaba a unos cuantos pasos pero se detuvo. Esperaría afuera por Yunho. No quería incomodar después de todo era una reunión de familia. Y él no tenía mucho que ver. Sin embargo, era la pareja de Yunho pero eso no le daba el derecho a irrumpir entre ellos. Se sentó en uno de los asientos del pasillo. No entendía como pero se sentía exhausto. El pasillo era más frío de lo que recordaba. La última vez que estuvo allí. Yunho lo había besado, y todo a su alrededor era cálido. Pero esta vez él estaba ahí solo. Decidió ir por un café. Caminó hasta la recepción, y le pregunto a la enfermera a cargo donde podría encontrar una máquina expendedora de café instantáneo. Lo necesitaba. La señorita muy amablemente le indicó que en el ala oeste había un salón en donde podría encontrar eso y más. Lo instruyó para llegar. Minutos más tarde, Jaejoong se dirigió por su café. Mientras tanto, Yunho se había encontrado con su padre. Al principio pensó que eso realmente no estaba sucediendo pero al ver a su madre al lado de la cama de aquel hombre, cayó en cuenta de que era la realidad. Su padre había regresado. Aún estaba postrado en aquella cama, pero ahora lo recibía con los ojos abiertos. Sang Woo no podía hablar debido al respirador artificial que se lo impedía. Tenía un limitado movimiento de las manos, pues temblaban ante cualquier gesto que él quisiese hacer. Yunho se acercó para tomar la mano de su padre. Y esta dejo de temblar. Los ojos de Sang Woo estaban vidriosos al reconocer a su hijo. Él había esperado tanto por verlo. Cayeron lágrimas de sus ojos al ver a su hijo, lo había visto tantas veces en las fotos de los reportes que mando a pedir por medio de investigadores privados, pero era como si lo viese por primera vez en años. Fue lo mismo cuando pudo ver a su lado a Sung Ryung. No podía pedir más. Él quería hablar y disculparse por todos estos años. Aquellas palabras resonaban en su cabeza una y otra vez.

Perdónenme, por favor. Una de las cosas que hice mal fue el nunca haberlos seguido, tal vez el orgullo y el dolor no me dejaron ver lo que realmente quería. Yo... los amo más que a nada. Estoy muy arrepentido de las cosas que he hecho y oculté.

***

Do Jin entró por las puertas principales de la clínica. Él necesitaba ver con sus propios ojos el famoso despertar del gran Sang Woo. Tenía la respiración agitada había manejado como un loco por toda la autopista. Inclusive había ignorado dos señales de tránsito, lo más seguro era que los policías estuviesen viniendo por él. Pero nada de eso importaba ahora, él tendría que ver a Sang Woo sin importar nada. Algunos sentimientos golpearon su pecho, y miles de pensamientos inundaron su mente. Muy en el fondo, él estaba preocupado por Jung Sang Woo. Sin importar el odio que tenía hacia él y hacia su querido hermano, aún era su hijo. Un hijo al que por muchos años no se le reveló la verdad. ¿Por qué Sang Woo nunca le quiso dar su apellido? Acaso, ¿él era menos capaz y digno que Yunho? Tal vez, Sang Woo se avergonzaba de él por ser el hijo de quien era. Su madre fue una mujer pobre y enfermiza que lo crio con lo poco que poseía. Do Jin recordaba perfectamente como todos los días durante su infancia le preguntó a su frágil madre por el paradero de su padre. Pero ella siempre esquivaba sus preguntas con otras. Kim Eun Hye ese fue el nombre de su fallecida madre que solo cuando su hijo tuvo doce años de edad le reveló que lo llevaría a conocer a una persona que los ayudaría y que tal vez se haría cargo de él. Su madre lo llevó a la empresa principal del Grupo Jung. Do Jin, solo vio que su madre entró a una gran oficina mientras él se quedaba fuera. En su inocencia él pensaba que tal vez en ese lugar lo ayudarían a encontrar a su padre o hasta podría conocerlo. Pero, Sang Woo simplemente los mandó a echar. En ese entonces, él no sabía quién era Jung Sang Woo. Inclusive meses más tarde cuando su madre y él volvieron para poder hablar con Sang Woo. Él no quiso recibirlos. Después de la insistencia de su madre. Sang Woo solo la recibió a ella en su gran oficina. Do Jin tenía mucha curiosidad. Se levantó de su asiento y se acercó a oír desde la entrecerrada entrada.

"Sometimes it's not the End"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora