"Prólogo"

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Enero

Acaecía la tarde y Sang Woo estaría todavía revisando algunos expedientes, apenas se habría percatado del tiempo. Era lo que estaba acostumbrado a hacer durante los últimos años, quedaba poco de aquel padre atento, amoroso y protector. Tenía el rostro muy varonil a pesar de los años. El trabajo lo había absorbido tanto que en lo último que se preocupaba era en su salud o por el bienestar de su único hijo y menos por el clima que amenazaba por aparecer contra los grandes ventanales. La nieve sería lo que menos le importaba. A decir verdad, él hubiera deseado ver a su propia familia aparecer frente de sus ojos; era lo único que anhelaba, pero el paso del tiempo era cruel. Y había desaparecido en él toda esperanza de que eso pudiera pasar.

Entonces retomaba sus obligaciones y olvidaba aquello que alguna vez le causó el más profundo dolor. Sus propios deseos lo estaban matando de a pocos. El abandono de su familia era algo de lo que nunca se podría olvidar.

Alguien interrumpió, tocaban la puerta.

Él con voz firme y casi en seco infirió que pasarán. Detrás de la puerta apareció su mejor amigo, el señor Park Seung Heon, y vendría hacía su escritorio con una gran sonrisa. Fue entonces cuando su amigo lo percibió distante y dijo algo que lo aliviaría aunque fue por un momento.

Sang Woo... -vio su expresión dura con la mirada perdida pero él sabía que en el fondo sus recuerdos lo inundaban- ...Jiyeon me dijo que Yunho piensa volver a Corea. -Fue lo que necesitó para acarrear toda su atención pues ahora se veía feliz-

¿Cuándo será eso? -preguntó con ansias-

A comienzos del mes próximo -respondió satisfecho por la expresión de su amigo-

Eso es dentro de dos semanas... necesito preparar todo antes de que él vuelva. ¿Es seguro que viene solo? -hizo una pausa como esperando que su amigo contestase rápido- O tal vez Sung Ryung lo acompañará ha pasado mucho tiempo -se detuvo a pensar entonces se molestó por pensar de esa manera-

Y nuevamente tendría esa expresión en su rostro, tristeza.

Jiyeon solo me dijo que piensa venir solo... -como tratando de calmarlo-

Oh, ya veo. -Su tono de voz bajó, se sentía culpable- Hace muchos años que no veo a mi propio hijo espero que aún me recuerde -de todos modos había algo en su expresión que mostraba cierto entusiasmo-

Él ahora es un adulto, no trates de controlarlo... -como para que entendiera que sus trucos no funcionarían ahora- Y ¿Cómo vas con el Grupo Jung? -antes de que contestará hablo rápidamente- ¡Ah! y se supone que no sabes nada acerca del viaje de Yunho.

Sé nada. Por otro lado Seung se supone que la otra semana tenemos que viajar a Londres para firmar con los nuevos inversionistas europeos. -otra vez tenía una expresión pérdida como si estuviese recordando algo-

¿Debemos? Sang Woo me retire hace un par de años. ¿Lo recuerdas? -viendo a su amigo con desconcierto-

Sí, lo olvide por un segundo. Últimamente olvido ciertas cosas... -su rostro palideció por unos instantes-

Está bien. ¿Quieres ir por unos tragos? -tratando de animar a su amigo-

No, hoy tengo mucho por atender, lo siento. -como tratando de poner cara de preocupado-

Lo comprendo entonces me retiro, no llegues tarde a casa. -dijo alejándose de la oficina-

Sang Woo realmente usaba lo del trabajo solo para torturarse con sus recuerdos. Hubiera deseado tanto que Seung Heon le hubiera hablado más sobre su hijo, pero dentro de él sabía que no tenía ese derecho. Decidió que por hoy era suficiente de trabajo. Y que podía irse temprano. Tomó el teléfono y aviso a su secretaria que preparen su auto. Salió de la oficina y caminó por el gran corredor, estaba en el piso treinta y entonces algo en los grandes ventanales distrajo su atención. Podía ver a lo lejos un avión. Parecía tan pequeño que fácilmente lo pudo tapar con una sola mano. Se imaginó que en solo dos semanas podría tener así o más de cerca a su hijo, su amado hijo, esto lo animó nuevamente. Caminó a lo que le quedaba del pasillo hasta llegar a los ascensores. Fue entonces cuando algo aceleró su corazón, un dolor vendría de manera punzante en su pecho, sudó frío y de golpe paró frente a las puertas del elevador. Algo no andaba bien con su salud estos últimos dos años, recordó entonces que podía llamar a Do Jin, pues se encontraba demasiado lejos de la secretaria como para que ella le ayudase. Su mano derecha con las pocas fuerzas que le quedaban tomó el celular. Sentía que a cada minuto se le aceleraba cada vez más el corazón. Poco después se sintió desfallecer. Antes de ello lo último que llegó a ver era que las puertas del ascensor se habrían de par en par frente a él. Y pudo escuchar que gritaban su nombre: Presidente Jung. Antes de perder por completo la consciencia. Podría haber jurado que ese joven era su hijo.

"Sometimes it's not the End"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora