Semanas atrás Yunho había acordado que se vería con Jiyeon cuando llegase a Seúl. Solo para saber en qué situación se encontraban las cosas.
Ese día se levantaría por la tarde, aún no se acostumbraba a los husos horarios. Lo mataría de no hacerlo, tendría que adaptarse rápido a la vida en Corea. Entre tanto tomaba su celular y le escribía a Jiyeon para saber dónde se encontrarían. Ella respondió con la dirección de una cafetería, ahí podrían verse sin problemas y a él no le sería difícil encontrar el lugar.
Le advirtió que no se sorprendiera si se acercaban a ella para pedirle autógrafos, pues era una modelo muy conocida y trataría de pasar desapercibida por él.
Hasta ahora todo iba bien pues él se sentía descansado, y minutos después tomo una ducha y se vistió. Lo haría de manera casual. Llevaría una polera azul marino, debajo un polo blanco. Unos pantalones de deporte holgados lo suficientemente térmicos para el clima. Encima una casaca larga de color negro. Sus zapatillas deportivas, le recordarían la última vez que jugo tenis con Jaejoong, aun así, estaba cómodo con ellas. Llevaba el cabello hacia atrás. Bajó a la recepción para preguntar por la dirección, le dijeron que quedaba a cinco cuadras de ahí. No le pareció problema caminar. Pues según decían era muy fácil de encontrar aquel lugar.
Así llego a una concurrida calle, en donde podía ver una sola cafetería, era pequeña, pero del estilo de Jiyeon. Un tanto lujoso, pero nada demasiado extravagante. Entró, el lugar parecía vacío a excepción del mesero y una señorita tras el mostrador. Se acomodó en una de las mesas cerca de las ventanas. En seguida el mesero apareció para tomar su orden. Pidió un simple café expreso. Mientras esperaba veía por las ventanas que daban a la calle, para ver si aparecía su amiga. Entonces sintió que le provocaba unos panecillos dulces del mostrador, y se dirigió a ver con qué los podría acompañar. En eso pudo ver que por las ventanas se detuvo una joven delgada pero esbelta. Ella estaba con una polera gris, pantalón rosa de deporte y un saco negro con capucha también tenía lentes oscuros además de un cubre bocas. La joven se detuvo a observarlo y fue entonces cuando pareció reconocerlo. Parecía estarlo saludando, él no entendía quién era esa persona. La joven entró al establecimiento, se quitó los lentes y corrió a abrazarlo. Ahora Yunho estaba más desconcertado, pero algo en los ojos marrones de aquella joven le hizo pensar que la conocía. Entonces ella se soltó y con una risa. Se alejó un poco del cuerpo de su amigo le dijo: Soy yo, Jiyeon.
Yunho entonces la abrazo con efusividad. Estaba feliz de verla y la invitó a sentarse en su mesa. Estaban frente a frente luego de dieciocho años de no verse. Fue cuando la joven se quitó la capucha y se bajó el cubre bocas a la altura de su cuello. Jiyeon estaba diferente a como él la podía recordar, pero seguía siendo muy bella. Ella lo veía con felicidad, pero unos minutos después ella tenía una mirada triste, que trato de disimular, pero a Yunho no se le había pasado uno solo de sus gestos. Hablaron mucho y en ningún momento se centraron en lo que deberían. El motivo del viaje de Yunho. Ambos sabían porque estaban ahí, y esperaban abordar el tema con calma.
Jiyeon como te dije antes... -estaba esperando que ella entendiera a lo que se refería- y cuando asintió el prosiguió. La razón por la cual regrese a Corea, es solo para romper nuestro compromiso. -alzo la mirada para ver su reacción- a pesar de que ella en muchas ocasiones le contó que había querido terminar el compromiso, pero sin éxito alguno pues sus padres siempre hacían caso omiso.
Yo lo sé y te lo agradezco -dijo la joven con una sonrisa cálida- pero creo que hay algo muy importante que debes saber... -lo dijo cómo esperando una respuesta de su joven amigo. Bajó la mirada para luego tomar un sorbo de su café- ...tiene que ver con tu padre. -su mirada se tornó triste y esquivó la de él- Hace un par de días él sufrió, tuvo una embolia y ahora su situación es crítica. Los médicos dicen que no saben cuánto daño pudo haberle causado todo esto a su cerebro. Pues sigue sin despertar. -concluyó y tomó las manos de Yunho entre las suyas como para consolarlo-.
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"Sometimes it's not the End"
Fiksi Penggemar"Hay situaciones que a veces no podemos controlar y solo nos queda dejarnos llevar por el destino". Cuando Kim Jaejoong conoce a Yunho, ni siquiera le parece un tipo agradable pero este poco a poco se va ganando su confianza y por ende su amistad...