Capítulo Veinte

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Esa tarde, Yunho notó que la actitud de Jaejoong había cambiado un poco. Como si estuviese distraído y tratando de evitar mirarlo a toda costa. Jaejoong lo disimulaba siendo un poco más cariñoso de lo normal. Así pues, Yunho decidió preguntarle qué era lo que lo preocupaba. Pero, Jaejoong le respondió que solo estaba un poco cansado, que no era nada de qué preocuparse. Yunho dejó pasar aquel incidente. Después de unos minutos, Jaejoong le dijo que debía de ir a comprar comestibles. Yunho quiso acompañarlo, Jaejoong aceptó. Instantes después, ambos fueron de compras al supermercado. Yunho sentía que ya eran como una pareja casada. Jaejoong pensó lo mismo, pero no dijo nada. Yunho se la pasó llenando el carrito de compras casi innecesarias que Jaejoong iba dejando. Por más que le decía a Yunho que la comida enlatada y congelada eran malas. Él terminaba por llenar el carrito nuevamente de ellas. Lo que podía deducir Jaejoong era que Yunho en Estados Unidos solo se alimentó de aquel tipo de comida. Realmente, no entendía como Yunho estaba tan bien de salud. Cuando terminaron de hacer las compras, regresaron al departamento. Fue entonces, que Yunho trató de consentirlo. Primero, trató de cocinar, pero casi incendia la cocina. Al final, Jaejoong terminó remediando el desastre que había empezado Yunho. Después, intentó hacerle un masaje a Jaejoong mientras estaban descansando muy cómodos sobre el sofá. Pero, Jaejoong terminó por quejarse pues Yunho estaba siendo un poco entusiasta y rudo. Luego, intentaron ver una película romántica. Esta vez, fue Yunho quien no pudo terminar con la película pues era demasiado triste. Así que detuvo la película, y acercó a Jaejoong contra su pecho. La suave fragancia de Jaejoong, lo calmaba de pensar cosas sin sentido.

-Jaejoong, prométeme a pesar de todos los problemas que se nos presenten. Siempre nos mantendremos juntos- besó la cabeza de Jaejoong.

De pronto, Yunho recibió una llamada. Jaejoong estaba por emitir una palabra. Fue entonces, que Yunho colocó un dedo sobre los labios de Jaejoong y le sonrió.

-Espera un poco, cariño- sonrió amablemente.

Jaejoong asintió, y esperó pacientemente mientras Yunho tomó la llamada. Era Sung Ryung, su madre, quien parecía decirle temas referentes a su padre. Jaejoong, se acomodó sobre el cálido pecho de Yunho. Él planeaba contarle todo a Yunho. Ya no habría más secretos entre ellos. Le contaría sus motivos para volver a Corea. Desde su venganza hasta que se vería con Do Jin. Yunho se oía tan animado hablando con su madre. Jaejoong sabía que la verdad, le dolería mucho a Yunho, pero no podía esperar más. Ya no más. Cerró sus ojos para imaginarse la respuesta de Yunho. De alguna manera, veía a Yunho siendo comprensivo con él. Él realmente esperaba eso. Pero si Yunho reaccionaba diferente, trataría de calmarlo y comprenderlo. Poco después se quedó dormido con el sonido de la voz tranquila del hombre a su lado. Soñó con una vida con Yunho.

***

A la mañana siguiente, Jaejoong despertó en su cama. No había rastros de Yunho. Él temió por la vida de Yunho. Pero entonces el sonido de un mensaje lo hizo levantarse para tomar su celular de la mesa de noche. Era un mensaje de Yunho, que decía que estaría todo el día en la clínica acompañando a su padre puesto que su madre había ido a descansar. Poco después, Jaejoong dejo su celular y comenzó a hacer su día con normalidad. No podía dejar de pensar en Yunho. Las horas pasaron rápidamente, más rápido de lo que él hubiese esperado. Se cambió, y terminó de almorzar para ir a ver a Do Jin. Tomó el autobús para llegar sin levantar mucha sospecha. De por sí ya se sentía bastante mal al ocultarle aquello a Yunho. De repente recibió un mensaje. Sacó su celular de su bolsillo del saco. Y leyó:

"Ven, a la suite presidencial. Solo das tu nombre en la recepción, y ellos te enviarán conmigo."

Do Jin.

Jaejoong trató de calmarse. Luego caminó con normalidad hacia la impotente puerta vidriada de la entrada. El lugar era bastante lujoso. Jaejoong tuvo miedo. Sea lo que sea que quisiera Do Jin de él, no sería nada bueno. Pero si no hacía lo que él decía ponía en riesgo la vida de Yunho. Entró, y habló con una encargada de la recepción. Después de unos breves instantes, la señorita le entregó una tarjeta llave y le explicó por dónde podía ir para llegar sin problemas. Primero tendría que tomar el ascensor, y dirigirse al último piso del edificio. Ahí encontraría cuatro suites, el número de la habitación de Do Jin era el número 3002. Siguió todas las indicaciones, y cuando llegó al piso indicado, dudó de seguir con aquello. Pero se obligó a continuar caminando. Al estar frente a la puerta de madera oscura, colocó de inmediato la tarjeta, un "bip" y una luz verde en la cerradura le hicieron saber que no había vuelta atrás. Empujó levemente la puerta, y entró. Una voz conocida lo hizo girar hacia el ala derecha de la habitación. Era Do Jin, que estaba sentado en un cómodo sillón de cuero al lado de una gran cama, llevaba en una de sus manos una copa ancha y achatada con lo que parecía ser brandy.

"Sometimes it's not the End"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora