Los comestibles de la despensa se estaban acabando, y Jaejoong tenía que salir a comprar más. Tenía que apresurarse antes de que la nevada comenzara. Tomó las llaves de su auto y caminó hacia la entrada. Abrió, se aseguró de que la casa se quedaba con la alarma encendida y caminó bajando las escaleras. El viento frío le helaba el rostro. Suspiró. Hacía cinco meses que estaba en Canadá. Y solo una vez pudo contactarse con su familia para decirles que se iba a quedar en Corea, a pesar de que era mentira, él no quería preocuparlos por todo lo que le había sucedido. Cuando llegó a Estados Unidos, la única persona con la que contactó fue con Yoochun, quien al saber sobre su situación lo ayudó a conseguir nuevos papeles con una nueva identidad. Pues él no quería usar la que Do Jin le había dado, además de eso, Yoochun le consiguió la bella cabaña de dos plantas en la que vivía. Así que ahora no era más Jaejoong sino Eric Kim. El nombre que le había dado Do Jin era casi tan ridículo que fue por eso que decidió vivir como Eric. Y tal y como se lo había prometido no había intentado contactar a Yunho. Rompió su acuerdo solo para tranquilizar a su familia pero era necesario. Por lo demás, él seguía con su palabra. Así por lo menos tenía la certeza de que la vida de Yunho no peligraba.
Estaba a punto de anochecer, y él caminaba hacia su camioneta, que estaba aparcada al lado derecho de las escaleras, en donde estaba una pequeña pero necesaria cochera. A menudo se perdía en sus recuerdos. Inclusive había noches en las que deseaba estar en los brazos de Yunho, y casi era tan insoportable que no podía evitar tener algunos sueños húmedos. Después de ello, lloraba al sentirse solo en la cama, toda esa situación lo estaba volviendo loco. De no ser por la pareja gay que vivía cerca, se habría vuelto loco. Y era verdad pues casi no hablaba con nadie en el pueblo, no conocía a nadie y trataba de no entablar ninguna conversación con nadie. Pero, realmente Jean Paul y Sebastián habían sido todo un caso cuando llegaron a la cabaña a unos metros de su propiedad. Ambos se empeñaron tanto en conocerlo que se podría decir que se aprendieron su rutina diaria. Un día de descuido, Jaejoong encontró a Jean Paul sentado en el pórtico de la entrada esperándolo con un pie de limón. Para ese entonces, Jaejoong o solo Eric no pudo escapar y lo invitó a pasar. El hombre era casi tan delicado y amable como una bella joven. Era un joven un poco más alto que él con cabellos rubios ensortijados, de ojos verde esmeralda y con un rostro bastante femenino para ser un hombre. El hombre era bello, a Jaejoong no le extrañara que dijese que se dedicaba al modelaje, pues su cuerpo era esbelto con músculos bien tonificados; lo suficiente como para decir que estaba en forma. Desde ese entonces, el hombre casi siempre iba a visitarlo después del trabajo. Habían comenzado a tener una amistad cercana. Cuando Jean Paul trajo consigo a Sebastián, Jaejoong estaba feliz de que ambos disiparan su tristeza. Y aunque muchas veces se sintió tentado a contarles acerca de su situación, no lo hizo. Él simplemente se reservaría eso. Pero Jean Paul se había vuelto tan cercano a él, que a veces le daba la impresión de que le estaba leyendo la mente. Los había llegado a conocer tanto que los quería como si fuesen viejos amigos. La pareja muchas veces pasaba por su cabaña para llevarle vino, pan y queso. Los tres se la pasaban conversando de muchas cosas, y se admiraban de la vista que les regalaba la posición de la cabaña de Jaejoong.
Sonrió al recordar a la pareja. Pronto, se acomodó la chalina que cubría su cuello. Abrió la puerta del auto, y prendió el motor, esperó durante unos cuantos minutos antes de poder salir de su propiedad. Mientras acomodaba el retrovisor, observó que llegaba un auto por el camino. El vehículo se dirigía a la propiedad de sus amigos, pero ellos no estaban en casa, habían decidido irse por una semana a Estados Unidos. Así que bajo de su auto, dispuesto a decirle a la persona que estuviera en busca de la pareja que no estaban en casa. Al bajar, se percató de que en efecto solo era una persona, un hombre alto, con una cola de caballo y barba. Por lo menos eso era lo que podía ver. A medida que se iba acercando sentía un hormigueo en sus pies. Cuando estuvo lo suficientemente cerca como para tocar el hombro del sujeto delante de él, este se giró para verlo. El sujeto lucía muy parecido a Jean Paul, pero se veía algo más varonil y menos delicado. Era un hombre atractivo, y tenía un estilo hípster que lo hacía ver como un modelo de revista. Jaejoong alejó su extraña fascinación al ver al hombre y dijo:
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"Sometimes it's not the End"
Fanfic"Hay situaciones que a veces no podemos controlar y solo nos queda dejarnos llevar por el destino". Cuando Kim Jaejoong conoce a Yunho, ni siquiera le parece un tipo agradable pero este poco a poco se va ganando su confianza y por ende su amistad...